Explosión

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—¿Es una broma, cierto?

Ten rompe su burbuja de seguridad con tan solo una pregunta, la que es pronunciada en medio de una pequeña sonrisa.

—No, yo...

—Johnny, te has equivocado —parpadea ante la forma hasta burlona con la que Ten le sonríe, incapaz de hacer o pensar nada. Le ve alejarse un poco del abrazo en el que lo tiene envuelto—. No espero nada serio de lo que estamos haciendo.

—¿A qué te refieres con-?

—A que solo te busco por sexo. Pensé que había quedado bien claro. Me dijiste que lo sabías —Quiere golpearse muy fuerte en la frente. Efectivamente, se lo ha mencionado antes (se recuerda a sí mismo diciéndole algo como "solo me quieres por sexo, lo sé, tú y yo lo sabemos, pero piensas que yo también te busco solamente por eso, ¿verdad?", y se maldice internamente por haberlo dicho), en una táctica poco pensada y sin razón de ser—. Y recuerdo también que estabas de acuerdo con eso.

—Pero...

—Johnny, no lo intentes. La pasamos bien. Dejémoslo solo en eso.

Ten se retira finalmente de su abrazo, escurriéndose de sus manos con fluidez, como si se tratara de agua: siempre, incapaz de retenerle por mucho tiempo. Le ve sentarse en la cama, con la leve luminosidad de la madrugada pronta a terminar reflejándose en toda su espalda, y destacando cada una de sus vértebras que bajan hasta dar paso a su trasero, desnudo, al que ha agarrado en más de una ocasión durante el acto. No importa cuáles sean las condiciones, Ten se ve hermoso. Precioso.

Por sobre todo, misterioso.

—Me lo dices solo porque tienes miedo.

—¿Qué?

—Tienes miedo —repite, levantándose para quedar a la altura de Ten, quien rehúye su mirada. Alargando la mano, lo sostiene de la barbilla, y niega cuando siente un nuevo ademán por escapar del contacto. No se lo va a permitir esta vez—. Te da miedo iniciar una nueva relación cuando HanSol te trató tan mal en la última.

—No sé de qué me hablas-

—Yo no soy HanSol. No quiero hacerte daño —susurra, y se acerca más a sus pupilas que le devuelven su propio reflejo. Luce frustrado en sus ojos; casi, como si estuviera aferrándose a sus últimas esperanzas, cosa que no está ni un pelo alejado de la realidad—. Así que no tengas miedo porque-

—No es tan complicado —calla, mientras Ten se levanta de la cama y se queda de pie cerca de ella, sin nunca volver el rostro—. La verdad, mis razones para no estar contigo son más simples. Y es mejor si dejamos a HanSol fuera de todo esto.

Cuando Ten al fin devuelve la mirada, algo en sus ojos le dice que es mejor no contradecirle pese a que no crea ni de broma que su ex no tiene nada que ver con la negación férrea que presenta Ten ante la palabra compromiso. Es obvio que sí influye, y mucho. Ten no quiere verlo.

Más bien, no quiere admitirlo.

—Entonces explícame.

La mano frágil del de nacionalidad tailandesa se extiende en su dirección.

—Vamos a ducharnos, y luego necesitamos ir a un lugar. Ahí entenderás.

La toma de inmediato.

—Vamos pues.

———

Es de mañana cuando llegan al exterior. Conduce en silencio hacia el lugar que Ten ha indicado, y al cual su GPS reconoce de inmediato, para su suerte. Cada vez que intenta entablar una conversación con la persona que tiene al lado es como si estuviera hablando con la pared porque, aunque no sepa bien por qué, el tailandés le ignora de una forma magistral. En medio de un semáforo, se da cuenta de que no está realmente ignorándole a propósito: es, más bien, un efecto colateral de lo mucho que parece sumido en sus pensamientos.

Don't Answer // JohnTen - NCTUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum