Prólogo: Bajo la cama

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—Marinette ¿Qué vas a hacer saliendo de la escuela?— preguntó Edward, un chico de su escuela que desde mucho tiempo atrás tenía una gran atracción por su compañera azabache

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—Marinette ¿Qué vas a hacer saliendo de la escuela?— preguntó Edward, un chico de su escuela que desde mucho tiempo atrás tenía una gran atracción por su compañera azabache.

—Lo siento amigo, tengo mucha tarea.— le contestó divertida por la actitud dulce del chico. Él sonrió. Esa chica sí que lo conquistaba.

Cualquiera que los viera a esos dos, dirían que son una linda pareja. Marinette era sumamente popular en su escuela, sobretodo por su buena actitud y empatía por todos; además de su belleza y ser multitalentos. Edward, al igual popular, era un chico de gran corazón y muy dulce, que siempre trataba con respeto a todos y te regalaba sonrisas cálidas en los momentos más tristes; y por supuesto, una belleza comparable con la de Apolo.

Verlos juntos era la imagen de quienes formarían la familia ideal. Una madre y un padre que seguro educarían a sus hijos con amor y valores.

Pero a pesar de esto, Marinette tenía unas cualidades que nadie conocía. Como su afición por las historias de terror.

De pequeña sufrió muchos terrores nocturnos; incluso, su imaginación hiperactiva le hacía ver cómo monstruos salían desde debajo de su cama. La pobresilla recurría a inyecciones para poder conciliar el sueño.

Pero fue hasta que se atrevió a ver debajo de su cama, que empezó a enfrentar aquellas bestias en su cabeza, y así, poco a poco llegó a entablar conversaciones con algunas de ellas. Poco a poco fue leyendo historias de terror, en donde trataba de comprender a todos los monstruos que habitaban en esas historias.

"Todos tienen una razón de ser, incluso ellos"

Y así su fascinación comenzó.

Esa día mintió, Marinette no tenía tarea alguna, pero tampoco es que no le gustara salir con Edward, es solo que iba a leer esas historias que tanto le encantaban en una biblioteca en una calle vieja de París ¿La razón? Era de las pocas que aún dejaban exhibir esos libros tan antiguos y gráficamente violentos que tanto la extasiaban.

Veía los estantes enormes de libros y repasaba esos nombres ya comunes, también había algunos VHS con documentales sobre ello: "The silent twins" "El jinete sin cabeza" "Avenida Cloverfield" "Isla de las muñecas" entre muchas otras estaban ahí. Nombres que ya no le causaban ningún impacto.

—Valery ¿No sabes de algún libro nuevo?— preguntó la azabache en voz alta, ya que como era la única calienta en ese momento, no interrumpía a nadie más.

—Lo siento, ya casi nadie saca libros de terror; las películas le quitaron ese puesto.— exclamó con tristeza la bibliotecaria.—Aunque hay uno que me llego hace un mes. Lo encontraron en unas ruinas en Etiopía.— vio como aquella flaca mujer treintona camino hasta un pequeño almacén y saco una caja que, debido a que poco tiempo había sido desde que la trajeron, aún no estaba llena de polvo. Sacó unas tijeras para retirar la cinta. Solo había un libro.

La mujer se lo dio y Marinette comenzó a verlo, su cubierta era de piel teñida en blanco y el olor a humedad se desprendía a montones de este. En la portada, solo había un cruz enorme y dorada, con unos garabatos inentendibles debajo de ella.

—Esto tiene pinta de ser una Biblia.— dijo Marinette divertida.

—No, no lo es. El que me lo dio me envió unas fotos.— Valery se acercó y empezó a abrir el libro para ojearlo un poco. Claramente no se trataba de una Biblia.— No me supo decir en qué idioma esta, incluso yo lo investigue y no entendí nada. Pero como puedes ver, hay dibujos muy curiosos en él.

Dibujos de monstruos y espectros estaban dibujados en cada inicio de los capítulos de manera muy inquietante. Muchas hojas parecían estar manchadas por el agua, por lo cual hacia la lectura más indescifrable. Era grueso, mínimo unas 800 páginas le calculaba. Torció la boca, hubiera sido una maravilla leerlo.

—Aún no se sabe cuánto tiempo lleva escrito.— impuso pensativa aquella mujer.— Pero bueno, por eso no lo puse en los estantes, nadie lo iba a leer.

Y mientras ojeaba un poco más el libro, encontró un dibujo de un chico. Se detuvo ahí. "¿Disfrazado de gato?" Pensó. Se le veía serio y quieto, viendo hacia la nada posado en un árbol.

—No creo que ese chico sea una historia de terror. Es hermoso. A menos que sea un vampiro.— comentó Valery soñadora viendo aquel dibujó. Marinette rodó los ojos divertida. No la culpaba. El dibujo lo hacía ver muy atractivo.— Bien, será mejor que me lo llevé.— Marinette detuvo el brazo de aquella que pretendía quitarlo de ahí.

—No, lo quiero leer.— dijo. No entendía porqué, pero sentía una gran curiosidad de porque ese chico estaba en ese libro.

—Una cosa es que quieras, y otra que puedas.— tiró viendo el montón de garabatos escritos en el libro.

—Lo intentaré.— insistió.— Por favor.— rogó con carita angelical. Valery sonrió divertida. Esa chica era un montón de sorpresas.

—Bien, déjame sellarte tu credencial de la biblioteca.

Y así fue como, sin saberlo, su vida empezó a peligrar.

Marinette, fue un error haber puesto ese libro bajo la cama, en una noche de luna nueva.

Marinette and the haunting tales // MarichatWhere stories live. Discover now