Simplemente prohibido

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-¡Vamos a llegar tarde, Addy!- exclamó una muy furiosa Maia desde el camino de entrada. Era la tercera vez en cinco minutos que lo decía y yo estaba a una palabra de tirarle un zapato de tacón a la cabeza. 

Gruñí en voz alta.

-¡Ya va! ¡No consigo mi otro zapato!

-¡Pues ponte otros!

No respondí. Mi madre siempre me ha dicho que si no tengo nada bueno que decir mejor no digo nada.

Al cabo de tres minutos más, por fin conseguí mi zapato debajo de uno de lo sillones. Mi perro, Kiki, me lo había arrebatado hacía una media hora y lo había ocultado de mí en quién sabe que parte. ¡Perro malo!

Cuando finalmente salía hacia donde estaba Maia, esta tenía cara de que me iba a asesinar. 

En realidad íbamos bien. Teníamos que ir hasta la parada del autobús a unas cuantas cuadras de mi casa, por lo que Maia siempre pensaba que el bus pasaría y nos dejaría tiradas, pero siempre teníamos que esperar una eternidad para que pasara.

Juntas, bajamos en silencio la pequeña pendiente hasta que llegamos a la parada. A unos pocos pasos, nos dimos cuenta de algo poco usual: había alguien más en la parada, para ser exactos, un chico. Era alto, de cabello castaño y ojos grises, se veía más o menos de un año mayor que nosotras.

Mi amiga se detuvo.

-¡Santa cachucha! Que tipo más bello.- me susurró.

Bueno, la verdad es que sí, era guapo, muy guapo, pero había algo en su postura que no me gustaba: Brazos cruzados sobre el pecho, barbilla en alto y mirada de superioridad... see, un completo imbécil arrogante.

 Encogiéndome de hombros me acerqué hacia donde se encontraba el muchacho y le extendí mi mano sin pensarlo. Él se la quedó mirando y por un segundo pensé que me la escupiría, pero luego tambien extendió su mano y estrechó la mía.

-Soy Adeline. 

-Blake.- dijo con una sonrisa reluciente.

Maia se aclaró la garganta para llamar la atención y yo me giré a verla.

-Ah y ella es Maia, mi mejor amiga.

-Mucho gusto.- dijo ella de inmediato, colocándose frente a mí. 

La atención del chico - Blake - quedó completamente centrada en ella y no es que pudiera culparlo, mi amiga es muy linda: Cabello rubio, ojos verdes y pecas.

Estuvieron hablando durante unos pocos segundos en los que se compartieron sus nombres completos y sus números de teléfono, pero no pudieron hacer demasiado ya que en ése momento el bus llegó y nos tuvimos que alejar del chico. Él se veía agradable, pero seguía pareciéndome demasiado arrogante, su postura me decía que no le parecía nada extraño que una chica guapa estuviera coqueteando con él. Maia nos llevó a nuestros asientos habituales en cuarta fija  y cuando nos sentamos me dijo:

-Me gusta el chico, Blake, así que desde hoy comienza la OC.- "Operación Conquista" no la había usado desde que terminó con su antiguo novio Josh.- así que voy a mantener a todas las aspías alejadas de él, incluyéndote, porque Blake ya está apartado.

La forma en que me lo dijo sugería que no admitía un "no" por respuesta, así que simplemente asentí ya que de todas formas no pensaba involucrarme con él. En ése momento giré la cabeza y me topé directamente con los ojos grises de Blake, eran hermosos, la verdad. Vale, tal vez sí iba a ser un poco difícil.

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