"Hola Papá" Zosan.

"Día del parto"

El viento soplaba las hojas que caigan del otoño con frescura.

Ante aquel paisaje Sanji tomaba chocolate caliente sentado frente a la ventana esperando a law quien lo llevaría al hospital ya que faltaba un día para el parto.
Suspiraba ante aquel anochecer, mantenía las esperanzas de que Zoro llegaría y sostendría su mano con el bebé de lado mientras mantenía una sonrisa suave y le felicitaria -nada mal- son las palabras que esperaría, sonrió inconsciente al imaginar aquello, de pronto sonó el timbre sacándolo de sus fantasías y con cuidado se levanto y a paso lento se dirigió a la puerta, odiaba como había quedado su cuerpo pero recordaba los sacrificios para dar vida a su pequeña dama.

-¿Cómo te encuentras?-

El rubio observó al contrario quien no llevaba su bata blanca con la cual se acostumbro ver, en cambio llevaba un traje negro.

-doctor law- Sanji se hizo a un lado para darle paso.

-te e dicho que solo me digas law sanji-ya-

-como sea, iré por mi maleta para irnos-

-como quieras mientras yo te espero- decía aburrido.

Durante aquellos meses habían forzado una extraña amistad sobrepasando las relaciones de médico-paciente ya que tenían una personalidad que chocaba pero encaja bien al mismo tiempo y más cuando el rubio apenas tenía a su padre y eso, en otro Estado del país, a su amiga y ex Nami y como olvidar a su esposo en cárcel.
Sanji estaba técnicamente solo en esta situación y por ello quiso acercarse a él para darle un poco de apoyo.

-listo- decía Sanji al salir de una habitación con una maleta de ruedas.

-vamos- le quitó la maleta para llevarla a los cual Sanji solo bufó, llegaron al auto donde Law le abrió la puerta a Sanji, este se había hartado.

-deja ese comportamiento mierdoso-

-¿Eh? No estás acostumbrado al cuidado?, Es normal para mí ya que debo de cuidar a mis pacientes pero...-

-lo siento- corto de repente. Era cierto, no estaba acostumbrado a cosas así, ni siquiera con su esposo lo que provocaba demasiados pensamientos por su cabeza, no. Tonterías.

...

-ah Zoro te haz bañado- Ussop se burlaba en su celda de su vecino.

El pobre hombre ligeramente sonrojado tenía aquel uniforme anaranjado limpio, nervioso e impaciente esperaba en su cama.

Ya era el día en que se convertiría en padre y tenía sentimientos encontrados como miedos nuevos y las extrañas ganas de vomitar.

-$500 a qué tiene los ojos del esposo de zoro- apostaba Ace con su compañero.

El narizgrande lo miraba con desaprobación y luego con semblante serio le contestó
-no tengo dinero, apostemos el almuerzo-

Si fuera por Zoro ya los tuviera en el suelo con un chichón en la cabeza.

-acepto-

-tendrá la piel de zoro-

-y su cabello-

Ambos guardaron un curioso silencio.

-pobre niña- dijeron al unísono.

Nuevamente el moreno en su mente ya los tenía hechos pedacitos.

-oigan- interrumpió aquella conversación pegándose a las rejas a lo cual ambos amigos lo miraron con atención.

-¿Y si le pasa algo al cocinero?- preguntó con mucho temor.

-NO NO NO son tonterías, de los pocos casos reportados de embarazos en hombres todos han vivido sin complicaciones- Ussop trató de calmarlo.

- así es, solo estás nervioso- le siguió el más alto de aquella celda.

Zoro solo suspiro -tienen razón-

-Ronroa- un guardia llegó de repente abriendo la puerta -debes ir a firmar un par de papeles antes de tu salida de hoy.-
-Robin...mi abogada no menciono nada de firmas.- comentó saliendo de ahí inseguro.

-hijo yo solo sigo ordenes-

Zoro le dio una rápida mirada a sus amigos en forma de despedida y ambos le hicieron señales, "suerte" era su mensaje.

Se dirigían a las oficinas del lugar a paso lento, algo andaba mal, el oficial no le había esposado y el iba atrás, un momento...

Justo al pasar a lado de los baños sintió una gran fuerza jalarlo perdiendo la vista y en cambio observó ante sus ojos solo negro.

-el papito ¿A dónde va? Jajajaj-

Le habían tapado los ojos y amarrado pies y manos y ni siquiera le dieron la oportunidad de responder.

No sabía que pasaba pero el de verdad estaba furioso.

Lo sacaron del baño y fueron a una bodega cerca de la cárcel de las mujeres que estaba pegado al de los hombres, en ese lugar nadie entraba más que unos cuantos.

Eran 3 hombres y uno de ellos era al grandullón del otro día.

-y tomaré esto- decía mientras le arrebataba el anillo.

-¿Qué mierda quieren?-

-vaya el habla, pensé que te habías quedado mudo del susto-

-solo no desperdicio palabras inecesesarias con cualquier escoria-

Una asquerosa risa se escuchó -¿Y tu qué eres? ¿O acaso estás aquí por vacaciones?-

Entre aquellas risas que se volvían más y más lejanas se escuchó unas puertas cerrarse, lo habían dejado solo.

Tengo algo nuevo, Zosan obvio. Lo hago mejor ahora así que dale una oportunidad.
Búscalo en mí perfil.

(MASACRE DE AMOR MULTIVERSAL /ZoSan/)