30 | Pesadillas

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Desperté sintiendo que me iba a precipitar cama a bajo. Una de mis manos colgaba del colchón y me dolía la espalda bastante. Me giré con torpeza, la sábana que me cubría el cuerpo cuando me tumbé había desaparecido completamente y Tiffany a mi lado ocupaba la gran mayoría del colchón y estaba envuelta en las sábanas cual gusano en su capullo de seda. Nota a recordar; No acostarte más con Tiffany (pobrecillo su futuro marido).

Haciendo el mínimo ruido posible me senté sobre mi lado de la cama y tomé mi móvil para enviarle un mensaje a mamá asegurándole que estaba bien. Ni siquiera tenía unas babuchas así que simplemente me puse los zapatos que traía ayer. Gracias a dios me había hecho con uno de los pijamas de Logan (que él mismo me ofreció). No tuve la genial idea de traerme un pijama así que a la hora de irnos a la cama casi me volví loca al sentirme incapaz de dormir con el vestido que me picaba demasiado. A Logan le faltó tiempo para ofrecerme uno de los suyos, tan educado como siempre. La camiseta del pijama de Logan me quedaba como un vestido, por no hablar de los pantalones que iban acariciando el suelo junto a mis pies, aún así, era mejor eso que la opción de quedarme con el vestido.

Todos estaban tan cansados que a nadie pareció importarle demasiado el tener que dormir con lo que llevaban puesto. Aunque no había bebido, aún me costaba reconstruir mucha de las cosas que ocurrieron ayer, debido a la brevedad de tiempo en la que ocurrieron. ¿De verdad Cayden me había besado de aquella forma tan intima? ¿De verdad se había desnudado emocionalmente ante mi, hablándome sobre la muerte de su madre? Seguramente no quiso hacerlo, fue obra del alcohol. ¿Qué pasaría ahora? ¿Volveríamos a estar distantes como después del primer beso? ¿Volveríamos a lanzarnos palabras cortantes como cuchillos? El miedo se atiborró de mi.

Esta vez se me hacía aún más difícil pensar que él quisiese apartarme, no podía hacerlo, no después de la debilidad que mostró ayer ante mi. Me había mostrado un pedacito de él y yo le había ofrecido mi ayuda y no pensaba rajarme.

"No te vayas" cada vez que recordaba sus palabras me estremecía. ¿Necesitaba Cayden tenerme cerca o es que el revivir viejos recuerdos oscuros le había hundido en un foso gobernado por el miedo y necesitaba que alguien le anclase a la realidad de nuevo? Lo único que sabía era que podría vivir completamente llena de energía durante años solo con la fuerza del último beso de Cayden.

Me dirigí directamente al baño, pensando en meter la cabeza debajo del grifo hasta que se me refrescaran las ideas. Una vez dentro de este, eché en falta mi cepillo de dientes. ¿Cómo podía haber previsto tan mal la venida a casa de Logan? No me había dejado la cabeza en mi habitación porque la tenía pegada al cuerpo.

Me miré al espejo; vaya desastre estaba hecha. Dos grandes ojeras moradas bañaban la parte baja de mis ojos. Mi pelo estaba completamente enmarañado. Abrí el grifo hasta que un chorro de agua iracundo salió de él y juntando mis manos recogí agua para llevármela a la cara, empapándomela. Repetí el proceso una y otra vez hasta que sentí que era suficiente y pase a desenredarme un poco el pelo con los dedos. Todo iba bien hasta que me fije en la pequeña marca rojiza que me coronaba el cuello. ¿Qué pimientos era aquello? "Dime que no..." supliqué.

Miles de imágenes de Cayden besándome el cuello me vinieron de golpe a la mente, atizándome. ¿Cómo se escondía una cosa de estas? Ay, no había contado con aquello. ¿Qué pensarían los chicos cuando lo viesen? ¿Qué Tiffany me había chupado inconscientemente el cuello mientras dormía?

Deslice mis dedos por la mancha rojiza y cerré los ojos. Casi pude sentir nuevamente como la lengua de Cayden acariciaba la zona con gentileza. Había algo en esa marca que me producía un miedo atroz; realmente había ocurrido y quedaban pruebas. ¿Que pensaría mamá si llegase a verla? Intenté de forma impulsiva subirme el cuello del pijama de Logan hasta la marca, intentando taparla pero en cuanto mis dedos lo soltaron volvió justo al punto de partida, dejándola al descubierto.

La noche que coincidimos.Where stories live. Discover now