5)La oficina de correos, la floristería y el callejón.

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—Haré algo, pero lo sabréis cuando me hayáis ayudado.

—En conclusión; no harás una mierda —objeto.

—Yo no he dicho eso —me lanza una mirada asesina con la intención de intimidarme, pero lo único que provoca en mí es gracia. Me río, y la gente que está en la heladería me mira—. ¡Deja de reír! ¡El acosador podría estar aquí!

—¿Y? ¿Nos va a esperar en plena noche para matarnos?

—Posiblemente —susurra, mirando a todos lados con miedo.

—Estáis piradas —dice Adam tras terminarse su helado.

—Eso ofende—Mary se levanta de su asiento y se pone su chaquetón—. Vámonos, que llevamos mucho rato aquí.

—Sí, por favor —digo, casi rogando. No podría soportar verles tomándose otra cosa.

—Uf. Me duelen las piernas... creo que se me han dormido.

—¿No será que te duele el culo?

—También, Emilie. También.

—¡Vamos, parejita!

Mary nos obliga a salir de la heladería. Menos mal que habían pagado nada más tener sus helados en la mesa, porque si no parecería que nos estamos yendo sin pagar.

Mary y Adam hablan durante todo el camino sobre algo a lo que no le presto atención. Mary nos ha llamado "parejita" y es algo que me retumba en la cabeza. Adam no parece haberse inmutado, pero yo sí... y me ha dado un vuelco al corazón durante un instante, imaginándonos como tal. ¡Sería taan fantástico! Pero dudo que Adam quiera algo serio cuando ya está quedando con una asquerosa para mantener relaciones sexuales. De nuevo me estoy haciendo ilusiones.

Llegamos al parque central. Es una gran plaza con forma circular donde los edificios se encuentran rodeando al parque. Es un lugar único en la ciudad con esa forma. Lo primero que se ve desde la zona por la que hemos venido nosotros es una gran oficina de correos de dos plantas con una bandera roja justo en el tejado, con un parking exclusivo para camiones, un buzón rojo junto a la gran puerta de cristal automática, y un cartel donde pone "Oficina de Correos" en rojo, con fondo amarillo. Es un tanto horrible.

A su derecha hay un callejón oscuro, sin salida, ya que las farolas de la calle no alumbran ahí, y más a la derecha está la floristería. Tiene también dos plantas, y por fuera la tienda está adornada con muchas margaritas que le dan un toque gracioso. Al igual que la oficina de correos, tiene un cartel donde pone "La floristería Son, donde con una flor te puedes declarar de corazón". Son viene del apellido de la dueña de la floristería, y la rima... no sé, pero tiene encanto.

A la derecha de la floristería se encuentra el supermercado Tesco, de una única planta pero enorme, donde venden absolutamente todo lo que necesites. Al lado una librería y papelería en la que no suele entrar casi nadie por culpa del anciano malhumorado que la dirige. Justo enfrente de la oficina de correos hay un banco con dos cajeros automáticos fuera, y una puerta corredora para entrar, donde solo hay una oficina y gente bien vestida pero aparentemente aburrida.

Justo al otro lado está el ayuntamiento, donde también suelen celebrarse los actos más importantes respecto a la política, o reuniones. Tiene cuatro plantas visto desde fuera, pero por dentro tiene unas seis. Desde un sótano hasta una gran azotea con grandes vistas de la plaza y de media ciudad.

Y finalmente, antes de llegar a la zona de entrada o salida de la gran plaza central, un restaurante muy elegante a los que solo va la gente rica ya que es demasiado caro para gente normal. Total, que Mary va tres veces a la semana ahí. Bueno, iba, ya que desde que su abuelo, el tercer miembro de su familia, desapareció no están para festejar, (el materno, el paterno fue el cuarto en desaparecer).

La llamada del secuestro. (REEDITANDO&RESUBIENDO).Where stories live. Discover now