"¿Hay camas para todos?" Le pregunté a Cayden durante la cena, mientras él se "tomaba la molestia" de contarle a nuestros padres los planes que teníamos para el fin de semana. "Si, su casa es grande" me aseguró de inmediato. Solo esperé que no me estuviese mintiendo nuevamente.

Miré la hora: más de las ocho y media. Habíamos quedado en irnos a casa de Logan a las nueve y cuarto para ayudarle a preparar un poco las cosas para la fiesta. Adele y yo iríamos en el coche de Cayden mientras que Ethan insistió en ir a recoger a Tiffany. Era más que evidente que a Ethan le había agradado mi amiga, solo esperaba que sus intenciones no fuesen mucho más allá.

—Creo que voy a ir a darme una ducha—comentó Cayden dejando su plato (con la mitad de su trozo de tarta) sobre la mesa. Es tarde—nos miró a modo de: "deberíais comenzar a arreglarse" acto seguido salió del salón sin más bajo la atenta mirada de Josh.

—Tiene razón—comentó Adele levantándose y dirigiéndose hacia mi. Le dirigió una breve mirada a sus padres que habían venido con motivo del cumpleaños del pequeño y que no se apartaban de mamá y Josh, de hecho mantenían una conversación muy animada.—¿Qué vas a ponerte?—me preguntó curiosa.

—Un vestido de color morado.—Si, un vestido morado que me había comprado para la ocasión. Como apenas tenía ropa que me pudiese servir para ir a una fiesta debido a que solo he ido en mi vida a unas tres, contando con la que celebró Cayden en casa aquel fin de semana en el que mamá y Josh estuvieron fuera, mamá me sugirió ir a comprar algo. Tras mucho buscar encontramos un vestido morado de vuelo que nos pareció mínimamente apropiado.—¿Y tú?—intenté parecer interesada en la conversación, aunque no, la ropa nunca había sido de mi interés.

—Un vestido negro...de tirantes. Es ceñido. Suelo pasar calor en las fiestas, demasiada gente—se explicó con delicadeza pasándose la mano por el pelo. Asentí, sonriéndole levemente, haciéndole ver que me parecía genial. Asher, el padre de Adele se nos acercó, con una sonrisa, posando la mano sobre el hombro de su hija.

—Creo que como Cayden baje y no estéis listas se va a enfadar—nos sonrió a ambas. Aparentemente había estado escuchando la conversación. Casi quise replicarle que Cayden siempre estaba enfadado pero hubiese sonado muy impertinente por mi parte, así que cerré el pico.

Asher parecía un buen hombre, era muy simpático y había alabado la tarta que mamá y yo habíamos hecho a la vez que jugueteaba con su esposa Saphne alegando que ella no tenía mano con la repostería. Adele era la viva imagen de su padre, tenían el mismo color de pelo y los mismos ojos felinos.

—Tiene que aprender a esperar a una dama—bromeó Adele tomando la bolsa que Saphne le tendía, donde estaban todas sus cosas. Tenía razón. Que aprenda a esperar.

[...]

Me recogí el pelo en una de mis famosas colas de caballo y bajé las escaleras, acomodándome el vestido. Era demasiado cómodo, le tela suave ni siquiera picaba. Me sentía cómoda con mi atuendo y a gusto conmigo hasta que vi a Adele, imponente, en el salón. Quitaba el aliento con su vestido negro lleno de brillantes. Se le ceñía en todas las partes donde debía un vestido pegarse a la piel. No podía competir contra su metro setenta y cinco, eso estaba claro. Asher revoloteaba al rededor de su hija, tirándole piropos a diestro y siniestro, haciéndola sonrojar.

—Hester—Adele avanzó rápidamente hacia mi, con una sonrisa—Estás increíble—me mordí el labio y sonreí con delicadeza. Necesito clases para saber encajar un cumplido, inmediatamente. Negué repasando su vestido una vez más, a su lado parecía una hormiguita diminuta y sobretodo ahora que ella llevaba tacones. Mi metro sesenta no daba para mucho.

—Tu estás...—negué mirándola, sin saber explicarme en condiciones—Como para pasearte por una pasarela de Victoria Secret—la alagué con total sinceridad mientras veía como Mamá hablaba con Saphne en la cocina. La mayoría de niños del cumpleaños de Adler parecían haberse ido, a excepción de uno que estaba sentado en el sofá con él, jugando con el perrito mecánico que le había regalado.

La noche que coincidimos.Where stories live. Discover now