Valeria.

Un día malo

Al día siguiente, su padre fue a levantarla.

- ¡Ya levántate, ya se nos hizo tarde! – le dijo sacudiéndola con amabilidad.

- Ah...si ya voy – contesto ella semi dormida.

Su padre salió de la habitación, en ese momento Valeria se levanto y se puso lo primero que encontró y bajo a desayunar, su mochila la llevaba en una mano.

- ¿Ya estas lista? – le pregunto abriendo la puerta.

- Si, ¿Y mamá?

- Esta dormida.

- Seguramente se quedo despierta toda la noche.

Subieron al auto, era un mercedes negro. Llegaron a la escuela y un profesor le dijo al padre de Valeria que la llevaría a clase, el padre le agradeció y se fue a su oficina.

- Buenos días, aquí tienes tu horario – dijo el profesor entregándole una hoja.

- Ammmm...gracias – dijo mientras tomaba la hoja.

- Y ¿Cómo te llamas? Yo me llamo Gustavo.

- Mucho gusto, yo soy Valeria y esta es la primera vez que asisto a una escuela.

- ¡¿Enserio?! – dijo asombrado Gustavo.

- Si.

- Pues bienvenida, aquí es tu salón.

- Gracias – susurro.

Gustavo abrió la puerta y Valeria vio que todos los alumnos la miraban entre asombrados y asustados, ella sabia el porqué y no le importaba. Ese día llevaba pantalones negros, su camisa de ACDC roja y negra, tenis blanco y negro, su cadena y su chamarra negra favorita.

- Lamento interrumpir profesora, aquí le traigo a una nueva alumna – le dijo el profesor Gustavo.

- No hay problema – la profesora miro a Valeria y se asusto - ¿Dónde está la alumna?

- Aquí esta – contesto señalando a Valeria.

La maestra volvió a ver a Valeria.

- Si, que pase – contesto la profesora.

El profesor Gustavo salió del salón.

- Buenos días alumna...Emmm ¿Cómo te llamas? – pregunto la profesora.

- Me llamo Valeria – contesto.

- Bien Valeria, siéntate, tomaremos la clase del día de hoy.

Valeria se sentó en un lugar desocupado en la primera fila, los alumnos a su alrededor se alejaron un poco de ella.

- Bien, comencemos hoy veremos las reglas trigonométricas...

Valeria saco su cuaderno y presto atención a la clase. Pasaron 2 horas y salieron a la siguiente clase. Valeria reviso su horario.

- Veamos, me toca arte – dijo para sí misma – Es al lado.

Ella entro y se sentó de nuevo hasta el frente, minutos después llego el profesor.

- Hola alumnos...veo que tenemos a una compañera nueva – dijo señalando a donde se encontraba Valeria - ¿Cómo te llamas? Qué tal si pasas al frente y nos dices tu nombre.

- Ya sabemos su nombre – grito un compañero.

- Ustedes tal vez, pero yo no – dijo el profesor – Anda pasa al frente.

Valeria se levanto y camino al frente.

- Bien, ¿Cómo te llamas? – insistía el maestro.

- Mi nombre es Valeria – respondió fríamente.