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Giselle.

Siento que en cualquier momento el corazón se me saldrá del pecho.

Cierro la puerta de mi habitación de un trancazo y me apoyo en ella, abrumada de pronto por lo que ha pasado y el millón de preguntas que nacen en mi cabeza debido a esa simple acción.

Stefan me ha besado.

Maldita sea…

Stefan me ha besado.

Me ha malditamente besado.

Ha junta sus labios y ha metido su lengua en mi boca.

Me ha pegado a su cuerpo y ha hecho esto.

Oh,mierda, mil veces mierda.

Él es tan raro.

El poco trato que hemos tenido me lo deja más que claro.

Es una persona muy bordes conmigo, que no disimula ni un poco. No le caigo bien, eso lo dejó claro hoy durante toda la noche debido a la forma en la que me observó. Sin embargo, no entiendo por qué. ¿Qué le he hecho? Nada. Absolutamente nada que yo recuerde.

Busco desesperación algún indicio, pero se me es imposible.

No le agrado. 

Y entonces viene y me besa.

Gruño frustrada.

¿Qué le pasa a ese intento barato de bad boy?

Aprieto con fuerza mis labios y cierro los ojos. 

Aún no me he calmado del todo. Mi corazón sigue latiendo de prisa, y mi cuerpo entero no para de templar de forma violenta debido al montón de emociones que estoy conteniendo en este instante. Aún así, algo mayor se abre paso en mi sistema cuando fijo mi vista en el abrigo que descansa sobre el espaldar de una de mi silla y, sin dudarlo, camino hacia él.

Es de Chase.

Sigue oliendo a su perfume, y eso ocasiona una contracción en mi pecho.

A la mierda Stefan. Chase es más importante.

Es increíble todo lo que está pasando. Mientras su hermanos está con Seam allá afuera, arriesga su culo, él está aquí y tiene este arranque fuera de lugar, besándome, como si tuviera algún derecho para hacer algo como eso.

Mis pensamientos se alejan un poco del beso para caer de vuelta en Seam, trayendo consigo la preocupación. Chase me preocupa más que Stefan en sí. No sé qué está pasando entre Seam y mi novio, pero, de cierta forma, el hecho de saber que está acompañado por Wendy, me deja un poco tranquila... solo un poco. También recuerdo que Donovan también está con él y eso ayuda un poco más. Es un cazador. Y si es un poco similar a los que salen en las películas o libros, entonces hay esperanza.

No sé cuánto tiempo pasa, pero la ansiedad me carcome por completo. No puedo mantenerme quieta y el encierro me es sofocante. Las paredes se están acercando, reduciendo el tamaño de mi entorno, o por lo menos eso siento. Pero no puedo ni quiero salir. ¡Ni loca voy a compartir un mismo lugar con Stefan después de lo ocurrido! Me rehúso siguiera a verlo.

Detengo mi andar en medio de la habitación cuando unos golpes suaves resuenan en la puerta.

Me la quedo viendo con desconfianza y, colocando el abrigo de nuevo en su sitio, me dirijo hasta quedar parada frente a la puerta cerrada. Estiro mi mano para tomar el pomo de la puerta y abrirla, pero me detengo cuando un pensamiento intruso se hace presente en mi mente. ¿Qué tal si es Stefan? No quiero tenerlo cerca. No después del incidente en la cocina.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora