Capítulo 10

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Su cabeza latía con fuerza en la parte posterior. Trato de moverse, pero siempre que lo intentaba, la oscuridad volvía a absorberla. Tenía la extraña urgencia de despertar pero no podía, lucho contra la oscuridad, pero al final se rindió. La capa oscura era demasiado pesada y ella estaba muy cansada.

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Debía haberle ocurrido algo. Ella siempre llegaba antes de las tres de la mañana y eran las tres y media y no llegaba. Tal vez su amante al fin la había convencido de que lo dejara. No sabía que era más horrible, que ella lo dejara o que algo malo le ocurriese.

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Escuchaba voces, muchas voces alrededor. Trato de mover la cabeza hacia donde provenía el ruido pero no podía. Su cuerpo no le respondía. Intento con los dedos. Fue inútil. Su cuerpo no atendía a su cerebro. Se pregunto que era lo que había pasado. Más voces, más ruidos, parecía que era una discusión. Trato de prestar atención a las palabras pero la oscuridad llegó a reclamar a y no tuvo la fuerza para detenerla.

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El teléfono sonaba fuera de línea. Ni siquiera le daba señal. Estaba realmente preocupado. Si ella hubiese decidido abandonarlo, seguramente volvería en algún momento por su ropa. Definitivamente, ella volvería a hablar con él, a darle explicaciones. Tomo el teléfono y marco a todos los números, a sus amigos, vecinos y familiares. Alguien tendría que saber de ella.

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Los brazos y las piernas le hormigueaban. Trato de mover un pie y lo logró. Quiso abrir los ojos, pero la cabeza le dolía y pensarlo hacia que le dolor de más. Se fijo en su alrededor y noto que estaba muy silencioso. Intento mover su cuerpo pero había algo que se lo impedía. Algo se movio a su lado.

-¿Sophia? - Trato de reconocer la voz, pero el dolor de cabeza no la dejaba pensar. Espero recuperar un poco de energías para poder abrir los ojos.

- Creo que te golpee muy fuerte. ¿Puedes escucharme? - La voz era familiar. No estaba segura. El lugar quedó en silencio y trato de abrir de nuevo los ojos pero la luz era demasiado fuerte y los tuvo que volver a cerrar. ¿Porque le dolía tanto y que le había pasado?

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Nadie. Nadie la había visto. Sólo le quedaba un número al que llamar pero estaba seguro de que apenas ella se diera cuenta de que era el, cortaría la llamada. Nunca entendió porque Abby lo odiaba tanto. Decidió que iba a ir directamente a su casa. Busco por todas partes entre las cosas de su esposa para ver si tenía la dirección anotada. No la encontró. Miro el teléfono con recelo. Ella lo odiaba, pero era la mejor amiga de Sophia, sí alguien sabía de lo que ella planeaba hacer probablemente seria Abby. Respiro profundamente. Uno, dos, tres tonos.

- ¿Hola, Abby? Soy Justin Bieber...

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-Ah... sí, claro... No, la verdad, es que no lo sé... si... no, no tengo idea... aja... Si, bueno... por supuesto, hasta luego.

Voces, de nuevo. Ruido. No entendía de donde provenía tanto ruido. Trato de respirar profundamente y cuando creyó ser capaz de hacerlo, abrió los ojos. La luz la cegó por un momento y cerró los ojos de nuevo. Apretó los ojos con fuerza y volvió a abrirlos. Tuvo que parpadear varias veces, hasta que al fin se acostumbró, las cosas se hicieron menos borrosas.

Movió un poco la cabeza, para tratar de ver en donde se encontraba. Pero el movimiento le produjo dolor. Un ruido hizo que abriera bien los ojos y girara la cabeza.

- Al fin despertaste. - Había algo además de alivio en su voz. Parpadeo de nuevo, su mente estaba enrollada y toda confusa. Quiso preguntar donde estaba, cuando se dio cuenta de la razón de porque no podía mover sus extremidades. Estaba esposada a una cama. Abrió los ojos y de su garganta salió un grito ahogado.

- Shh... tranquila. Todo está bien. - Una mano, delicada y femenina le acaricio la cabeza. Se alejó de ella nuevamente e hizo que el dolor explotará dentro de su cráneo.

- ¿Por qué...? - Su voz sonó ronca, como si llevase años sin usarla. Carraspeo un poco y trato saliva, tratando de aliviar la sequedad de su garganta. - ¿Qué...? - La mano le acaricio los labios y la hizo callar.

- Voy a ir por algo para que puedas comer. Has estado inconciente por más de 12 horas. De verdad me asustaste.

Sophia miro a su alrededor, todavía le dolía la cabeza, pero las palabras de que estuvo inconciente por más de 12 horas, la alarmó. Recordó a Justin y los planes que había hecho para contarle lo del bebe. ¡El bebe! Sus ojos se llenaron de lágrimas y le rezo a Dios para que el bebe estuviese bien. Para que todo estuviese bien.

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Se estaba volviendo loca. Hacia casi 24 horas que no veía, no sabía nada de su esposa. Abby no le había contestado al teléfono. Estuvo toda la tarde llamándola y nada. No había señales de ella. Llego al dormitorio y miro la cama. Pensó en Sophia y las lágrimas, que estuvo todo el día tratando de contener, se resvalaron de sus ojos. La extrañaba. Se acercó a la cami y acaricio la almohada de su esposa, todavía olía a ella. La abrazo contra su pecho y respiro profundamente. Ella tenía que estar en algún lugar. No podía sólo desaparecer. Estaba seguro de que algo malo le debió haber pasado.

Justin miro a su alrededor y se dio cuenta de que había algo que todavía no había hecho. Ir a donde su esposa iba todas las noches. No estaba seguro de donde era eso, pero quedándose sentado, no iba a encontrar a su esposa. Se sacó las lágrimas de sus mejillas y caminos fuera de la habitación, iba a encontrar a su esposa y regresaría a casa con ella.

Marido Infiel ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora