Capitulo 12

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- Imaginate mi sorpresa cuando me encontré cara a cara, con Justin.

Ella suspiró como si estuviesen hablando de una estrella de rock y ella fuese una adolescente. Que otra mujer suspirara de esa manera por su marido, la llenaba de celos.

- Es un hombre tan apuesto e inteligente, que simplemente me derreti sobre mis pies, cuando me saludo de aquella forma tan cordial con una sonrisa. Era atento, amable, caballero y después de una mala relación, donde me eran infiel con cualquier cosa que caminara. Eso fue un sueño hecho realidad. Caí de mi nube, cuando me enteré de que era casado. Además, Justin jamás me coqueteo. Pero no pude evitarlo, el era sexy. Así que comencé a enviarle señales. Pero el no me puso atención. Cuando comenzó toda la negociación de Marquet, hace tres meses, me di cuenta que el trabajo, nos tenía absorbidos. Incluso a Justin. Así que, viendo que llegaba temprano, salía super tarde y agotado, creí que no tenía tiempo para ti. Por lo tanto, un día cuando nos mandaron por la comida, lo bese en el ascensor. - Cerró los ojos como si lo estuviese rememorando. - Fue el beso, más ardiente, que jamás me han dado. Pero, cuando salimos del ascensor y volvimos a la oficina, me ignoro. Siempre que podía hacerlo, me evitaba, y fue igual por una semana. Así que decidí darme por vencida con él.

Sophia la miro. ¿Acaso estaba tratando de atormentarla? ¿Por qué no continuaba con la hustoria?

- Una mañana, fue Justin quien me beso. De hecho, me atacó en mi pequeña oficina. Fue el sexo más caliente del mundo. Cuando la pasión acabo y cada uno se cambió, el no pudo siquiera mirarme a la cara. Así que pidiéndome disculpas, salió. Y me evitó por otra semana. Pero yo, ya tenía la experiencia con el, sabía que me deseaba. Así que comencé a seducirlo. Luego, todo se fue dando. Hasta que... - Cerró los ojos, como si lo que estaba por contar le doliera. - Justin jamás quiso ir a mi departamento. Nuestros encuentros, luego de aquel en la oficina, fueron en moteles. Eran lindos y el siempre fue amable y especial, pero se mantenía distante. De mi, de mi vida privada. Y me alejaba a mi, de la de él.

Las palabras eran cuchillos en el corazón de Sophia. Las lágrimas salían sin permiso de sus ojos. Y, al parecer, no era la única que quería llorar. La rubia, tenía los ojos acuosos, inundados de lágrimas sin derramar. A pesar de todo, sintió pena por ella.

- Tuve la esperanza de que el te dejaría. De que se diera cuenta, que su matrimonio había muerto y viniera conmigo. Pero no fue así. Al contrario. Hace un mes, de la nada, me llamo, llegó a mi departamento y estuvimos a punto de hacerlo. Luego, como si el diablo lo persiguiera, salió corriendo de mi casa sin haberme tocado. De ahí, no volvió, su trato conmigo era educado y netamente profesional. Pensé que estaba pasando por una crisis, como al inicio. Que la culpa no lo dejaba avanzar. Así que, me decidí a darle tiempo. Ayer en la noche, lo llame, le pedí si podíamos hablar, que fuese a mi casa. Trate de besarla pero me rechazó. Luego me pidió disculpas. Por su comportamiento conmigo, por haberme utilizado. Me dijo que estaba enamorado de su esposa. Que había cometido un error al acostarse conmigo, que amaba a su esposa y que le iba a contar de nosotros, esperando que ella lo perdonase y no lo dejara. Me pidió disculpas de nuevo y me dijo que si yo no me sentía cómoda con él y no quería estar cerca suyo, él pediría un traslado y se alejaría.

Las lágrimas de la rubia eran sinceras y llenas de dolor. Su voz se cortaba en algunas ocasiones y se podía notar la pena.

- Yo creo que el está confundido. Creo que se siente culpable y quiere tratar de hacer las cosas bien.

Sophia la miro sin comprender cuando ella se levantó de la silla cerca de la cama donde ella estaba.

- Yo amo a Justin. Y lo que pasamos fue importante. Para los dos. Por eso estas aquí. Cuando el descubra que desapareciste y piense que lo abandonaste, las cosas serán fáciles para nosotros. Ya no habrá culpa, porque fuiste tu la que lo dejo. Podremos estar juntos, ser felices, así que...

El ruido de la puerta que se abrió con gran estruendo, las disttajo a ambas.

- ¿Abby? - Sophia giro la cabeza. - ¿Por qué...?

La rubia abrió los ojos como plato, al darse cuenta que era lo que traía Abby arrastrando.
Sophia las miraba tratando de ver que era. Su boca se abrió y sus ojos derramaron más lágrimas. ¡Era Justin! Estaba inconciente y había un hilillo de sangre que salía de su cabeza y recorría su cara. Miro a su amiga sin comprender.

- Casi arruina nuestro plan.

¿Su plan? ¿Abby estaba ayudando a la amante de su marido? Luego de que terminarán de atar a Justin a una silla, su amiga se giro y se acercó a ella.

- Luego de que termine con esto, vas a quedar libre.

Sophia la miro, luego observo a su esposo que estaba inconciente y luego a la rubia que estaba arrodillada a su lado.

¿Qué era lo que pasaba?

Marido Infiel ➳ J.BDonde viven las historias. Descúbrelo ahora