~Capitulo 9~

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Narra Jungkook

— ¡Ya, detente! ¡Me lastimas! –apenas había pasado una semana, una misera semana en la que trataba de ayudarlo, nada resultaba tal y como lo deseaba.

— ¡Ya callate! ¡Me vas a volver loco si dices otra palabra! –me gritó y abofeteó, haciéndome caer al suelo arrodillado y sangrando un poco del labio.

¿Cuántas veces...? ¿Cuántas veces me a partido el labio en una semana?

No estoy en condiciones para defenderme. Aquella actitud que tanto me humillaba reinaba sobre él. Esa no podría ser la personalidad que más le defina. Sé que él es distinto.

Taehyung me tomó del cabello y yo pegué un chillido, ya con los ojos realmente cristalizados. Me miró y sonrío con el cuchillo en su otra mano, acarició mi rostro y yo me quedé quieto, almenos trataba dejar de temblar.

— ¿Verdad que es mucho mejor el silencio? – me susurró, yo solo asentí levemente, sosteniendo su mano tratando de quitarla de mi cabello enredado.

Me miró y puso filo del cuchillo en mi menton para así besarme. Rapidamente, con miedo, seguí aquel beso de la persona que en estos momentos más miedo le tenía. Cuando se separó, me soltó y me dejó ahí. Yo solo me quede en medio de la sala, llorando en silencio, deseando que me ayudaran.

¿Por que esa niña juró guardar silencio? Me arrepiento demasiado en no escapar en aquellos dos unicos momentos. Pero... Miré a todas partes, y vi la puerta, miré a mi alrededor, a ver si él se encontraba por aquí cerca. No, no se encontraba, escuchaba ruidos en el sotano, tenía que irme, eso no me gustaba. Me miré, y me levante con cuidado y muy débilmente. Caminé de la misma manera, tomé la perrilla entre mis manos y la gire, causando un pequeño chirrito el cual dudo mucho, él se enterara con tal escandalo que tenía allá.

Cuando abrí la puerta, la brisa choco contra mi rostro, se sentía... refrescante. Rápidamente salí de ahí, cerrando la puerta. Comencé a correr lo más rápido que pude. Corrí, corrí y corrí, hasta llegar a aquel callejon que me cambio la vida, sabía que estaba cerca de casa. Faltaba poco, me faltaba poco. Se me escaparon varias lagrimas de felicidad, y mí corazón latía con muchísima fuerza. Corrí hasta casa y toqué la puerta rápidamente, jadeando. Y justo escucho pasos rapidos, en éste momento estaba perdiendo la cordura, mi mente me estaba jugando una muy mala pasada.

¿Será él en mi casa?

No, no, no puede ser, no puede ser él. Justo abren la puerta y veo a mi madre, vestida de negro y ojos rojos e inchados. Al verme lagrimas comenzaron a caer, me miró y tomó de las mejillas.

— Mamá... –comencé a llorar y la abracé –soy yo mami...

Me abrazó con algo fuerza y me acaricia el cabello todo enredado.

— Mi bebito... –se separó y me miró. –donde estuviste estos meses!? –Yo solo negué, la verdad, no sabía como llegue a casa.

— Solo corrí con todas mis fuerzas y llegue a casa, mamá... –sonreí un poco y me halo hacía ella y me llevó al baño.

Me buscó ropa y me dí una larga ducha. Pero justo estornudo y me quejo por mi garganta. ¿Me estaría enfermando otra vez? Me puse lo que mi mamá me trajo. Luego comecé a oler algo delicioso, mi panza comenzó a sonar y me dirijí a la cocina.

— ¿Que cocinas, mamá? –me senté y la miré.

— Algo especial para tí, mientras te duchabas me inspiré a cocinarte algo delicioso – se volteó con un plato de comida, se veia muy delicioso, olia igual. Mi estomago sonaba mucho, por lo que en cuanto agarré el platillo comí, algo rápido.

Mamá me dió algo de ramen, y lo comí rápidamente, me dió dos pedazos de pastel y los comí. Me dió tanta comida y aún así no me es suficiente.

— Mamá... Tengo hambre... –me miró rápidamente.

— ¡Oh no, eso si que no! –dijo levantandose, trantando de parecer seria, pero en realidad rio un poco –¿Donde estuviste que andas tan hambriento, mi amor?

— No lo se, mamá, me secuestraron... Ese hombre de las noticias... Lo conocí... Es terrible, no se como sobreviví... –se me quebró la voz –en estos meses vi como mataba a quién quisiera, a quién le humillace... –lágrimas empezaron a rodar por mis mejillas, no podía evitar llorar, al imaginar todas aquellas escenas. Vi una muerte tras otra, a veces, la gente llegaba con golpes en la cabeza y al despertsr eran terriblemente torturados.

— No deseo volver jamás – mi madre me abrazo con fuerza, lastimandome, pero traté de no quejarme, cosa que no pude evitar de todas maneras.

— ¿Hm? ¿Que te duele, amor? –miré a mi mamá.

— Me duele todo, aquel hombre me lastimó demasiado... –dije evitando el tema de que me violaba. No quería recordar esas malditas escenas, esas no, ¡esas no!

Mi madre me abrazó con cuidado y luego ya estabamos en la sala, ella curandome las heridad, que aún dolían, y las resientes de hace horas. Luego de rato, ya estaba en mi cuarto, con mi madre, ella me acariciaba el cabello, con una hermosa sonrisa. La extrañé tanto.

Abracé a mi madre quedando dormido, de manera muy tranquilizadora. Solo espero esto no sea un sueño, pero si lo es, no quiero despertar, quiero creer que volví a casa y haré de mi alguien fuerte, y seguro. Como antes. Quiero, solo quiero no haber ido a esa fiesta aquel Viernes en la noche, en el que aún podría estar conservando mi inocencia, y no me sentiera tan sucio y traumado. En el que, no veo muerte, y tengo sangre en mi, en el que nunca me di por obligacion aquel baño de sangre. No, nada de eso, solo... solo quiero dormir, levantarme con fuerzas de mi cama, y hacer lo que solia hacer en las mañanas de verano, de cada vacación. Ayudar y divertirme con mamá.

Aun que tal vez, tal y como deseo esto no sea un sueño, deseo que aquello fuese la peor pesadilla que viví.

Mi Psicópata Favorito {Vkook}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora