Te Amo

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Narra Megan


Verla dormir sin duda es mi pasatiempo favorito, su rostro tranquilo, su respiración suave y el olor de su piel son las cosas que mas amo de ella y es cierto yo amo a Abigail, por mas que trate de evitarlo ella esta instalada en mi corazon desde hace mucho tiempo y me aterra darme cuenta, anoche cuando me lo dijo me hizo tan feliz pero me lleno de tanto miedo que me quede muda en mi interior las palabras yo tambien morian por salir pero simplemente no las deje así que tuve  que mentirle y negarlo.

Sabia que mi rechazo habia causado un gran dolor en ella pero el miedo a salir lastimada era mas grande y no me quedo otra cosa mas que negar lo que en verdad siento y cubrirlo con placer físico, pero aunque trate de engañarme y engañar a Abi lo que hicimos anoche no es simple sexo fue hacer el amor eso fue para mi.

- Yo tambien te amo- le susurre al oido haciendo que se remueva un poco-

Sonrei con tirteza y me comenze a vestir para irme sin que se despertera, exacto iba irme como la vez anterior como una cobarde tratando de escapar de la mujer que amo y volver a ponerme la mascara de perra fría que cumplio su proposito de satisfacer su placer físico dejando los sentimiemtos de lado y dejando a la mejor persona del mundo con el corazon roto de nuevo.

Camine de forma lenta hasta casa, lo que menos queria ahora era ir a la escuela y soportar a las falsas de mis amigas y al idiota de mi novio pero sobre todo no queria encontrerme con Abi y ver el dolor en su rostro, llegue a mi puerta y saque de forma lenta mi llave pero unos gritos bien conocidos hicieron que acelere el paso y entre deprisa hasta llegar al origen de estos encontrandome con mi madre en el suelo de la cocina y mi padre caminando de un lado a otro de forma histérica.

- Mamá estas bien- dije llegando a su lado para ayudarla a levantarse-

Elizabeth: claro que no estoy bien este cabrón acaba de golpearme!!!- dice sosteniendo su mejilla y limpiando la sangre que salía de su labio roto seguramente por la fuerza del golpe-

Robert: tu tienes la culpa Elizabeth te dije que dejaras de molestarme con tanta pregunta estúpida! - exclama furioso-

Elizabeth: es estúpido querer saber dónde has estado los últimos cuatro días que no te apareces ni para dormir- lloro con rabia-

Robert: callate y deja de llorar por Dios!! - eleva las manos al cielo como desesperado- lo que yo hago no es tu problema, soy hombre y puedo hacer lo que se me pegue la gana-

Elizabeth: y yo soy tu esposa y merezco respeto Robert- dijo acercándose a él- estabas con una de tus putas cierto!? -

Robert: jajaja y eso a ti que- carcajea burlesco- tal vez si busco mujeres es por que tu no me das lo que necesito, siempre has sido una frigida Elizabeth   a sí que no me eches la culpa si busco otra-

Elizabeth: eres un imbécil te odio te odio!! - grito para después darle una cachetada-

Robert: ya veras quién te crees para golpearme- dijo agarrandola con fuerza-

- Basta no te atrevas a golpearla- dije interponiendo entre ambos-

Robert: claro ya vino la loquita menor a defender a la loca alcohólica de su madre- sonrió cínico- apartate si no quieres que te de tu merecido a ti también-

Elizabeth: a mi hijas no la toques imbécil!! - grito-

Robert: ayy por Dios!!  Las dos están locas me voy de aquí- grito para desaparecer y golpear la puerta de forma sulfurica-

- Mamá estas bien? - dije preocupada-

Elizabeth: estoy bien y tu- dijo limpiando las lágrimas de mi rostro que yo no sabía que estaba derramando-

- Estoy bien lo ahora lo importante es curarte esa herida- dije tomando su mano para llevarla hasta su cuarto donde estaba el botiquín de primeros auxilios-

Subimos las escaleras en completo silencio, yo iba delante por lo que pude percibir los sollozos que quería controlar pero no sabía que decirle para que se sintiera mejor y aunque esta situación me duela es algo a lo que ya me había acostumbrado con el paso de los años, aún recuerdo la primera vez que vi a mi padre golpearla yo tenía apenas diez años, estaba durmiendo en mi habitación cuando los gritos provenientes desde el cuarto de mis padres hicieron que despertase, quede completamente aterrada y lo primero que pensé fue que unos ladrones entraron a la casa pero cuál fue mi sorpresa al llegar junto a la puerta y ver por una abertura como mi padre le propina una series de patadas a mi madre que se tirada en el suelo.

Cada patada era más fuerte y mi mamá solo atinaba a cubrirse la boca evitando gritar fuerte, luego mi padre la levanto tomandolo por el culo cabello, se acerco a su oído diciéndole  todo tipos de insulto y terminando con un golpe en su mejilla, dentro de mí no sabía que hacer para ayudarla quería entrar y gritar a mi papá para que la dejará, sin embargo lo único que hice fue irme corriendo hasta mi habitación y llorar de forma descontrolada, desde entonces esas escenas se hicieron más frecuentes hasta que se hicieron una costumbre, aunque en vez de sentir lástima ahora sentía rabia... Una gran rabia hacía los dos, a él por golpearla y a ella por nunca tener el valor de denunciarlo o dejarlo, incluso llegue a pensar que ella siempre se lo buscaba cada que le reclamaba porque si sabía lo violento que se ponía ella continuamente comenzaba las peleas.

Elizabeth: no sabes cuanto lo odio- dijo mientras limpiaba y curaba sus golpes-

- Y por qué no lo dejas- dije viéndola fijo- mamá cuantas veces te he dicho que no lo necesitamos en nuestra vida-

Elizabeth: y que pasaría si lo dejara Megan, sabes muy bien que yo nunca e trabajado cómo nos mantendriamos, perderiamos todas nuestras comodidades -

- y cuales son esas comodidades que según tu tenemos mamá, vivimos mudandonos ya que nunca puede conservar un trabajo, siempre te mezquina el dinero para dárselo a su amantes y por si fuera poco te golpea- dije enojada por su excusa- Yo podría ayudarte a buscar trabajo o inclusive yo podría trabajar medio tiempo y ayudar con las necesidades de la casa- dije tratando de encontrar una solución-

Elizabeth: tal vez no es mucho lo que tengamos pero tampoco es como si yo trabajara fuéramos a volvernos ricas, además no puedo hacerlo no se hacer absolutamente nada hija-

- Podrías intentarlo al menos- dije triste-

Elizabeth: con intentar no lograriamos nada Megan, por favor deja de pensar tonterías hija- dijo tratando de terminar el tema- pero algo si te digo jamás te enamores, el amor no tra absolutamente nada bueno solo más y más mierda- dijo para después levantarse he irse por la puerta-

Esas palabras también se habían vuelto frecuentes con el pasar del tiempo y me hicieron llegar a creerlas fielmente.


El amor no es bueno, no trae más que dolor y amargura...



Esto No Es AmorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora