Las palabras dichas por el menor de sus compañeros habían estado haciendo eco dentro de su cabeza durante largo tiempo, provocándole mirar el cielo a través de la ventana mientras la nieve caía, haciéndole pensar una y otra vez lo que podría significar tal oración, quizá era una pérdida de tiempo el desgastarse mentalmente por un detalle como ese, tal vez había falta de una intensión más profunda en ellas, o posiblemente fuese todo lo contrario, pero aún así le llegaba a robar algunas horas de sueño que se manifestaban a través de ligeras ojeras. Había noches en las que ni siquiera podía llegar a dormir, y esa era un de ellas. Se incorporó en su cama lentamente, pasando la mano por su desaliñado cabello blanco mientras seguía hundido en la misma situación. Era algo que no podía ser borrado de su cabeza, una pequeña carga que llevaba sobre sus hombros cada día por el hecho de que podría significar un problema grave. Y es que a pesar de que había establecido una relación amistosa con Core, no llegaba a confiar del todo en él tras lo que le dijo aquel día; estaba agradecido de que no le hubiese delatado con el comandante Kräyon, pero nada aseguraba que no lo fuera a hacer alguna vez. Debía irse con cuidado, el mayor "pecado" era la falta de lealtad al traicionar a su "amada" patria, sólo por ayudar a una niña y sonreírle.
Giró su cabeza para tomar el reloj entre sus manos y ver muy a duras penas la hora con la luz que entraba por la ventana, el tiempo pasaba exageradamente lento para él, pues recién había transcurrido poco menos de media hora desde que se había ido a la cama, cuando el juraba podrían ser horas. Tras pensarlo dos veces, se levantó y cambió su pijama blanco por unas ropas más casuales con tonalidades marrones y blancas, saliendo del lugar donde vivía para recorrer las frías calles semi-vacías, andando a un paso moderadamente lento, sólo podía escuchar el sonido de sus pasos, miró a su alrededor, estaban muy silenciosas, aunque sabía que no tardarían mucho en ser habitadas por las personas que gustaban de la vida y diversión nocturna. Sabía que por el horario su cafetería favorita estaba posiblemente cerrada, así que optó por ir a alguna cantina que hubiese por ahí para tomar algo, buscando distraerse del posible problema que había traído a su rutina un intento de solidaridad.
Entró a la primera que vio sin pensárselo mucho, aunque en cuanto lo hizo arrugó su nariz en un acto reflejo por el aroma tan fuerte a alcohol que había en el ambiente, entró con las manos en los bolsillos del pantalón, analizando como ya era costumbre suya el lugar al que había entrado. Fuera de la esencia a licor, todo parecía muy agradable, estaba bien ordenado y parecía un lugar tranquilo, incluso agradable. Se sentó en la barra mientras esperaba a que el hombre que atendía terminara de atender a un sujeto que aparentemente era demasiado exigente. Nuevamente le dio un vistazo a su entorno, en una mesa varios oficiales de rango alto charlaban animadamente, todos un tanto pasados de copas, mientras compartían experiencias graciosas y cosas que técnicamente podrían decirse en cualquier comida familiar; en otra habían algunos civiles de ambos géneros bebiendo y jugando, casi como si celebraran algo bueno que había sucedido, un cumpleaños o noticia afortunada quizá; y al final, en una mesa más alejada se encontraban un cuarteto de chicos bastante tranquilos pero con una primera impresión visual que delataba cierta hostilidad. Dos de ellos tenían un cabello blanco similar al suyo y los otros dos de coloración azabache, a uno de estos últimos lo identificó rápidamente como el hermano gemelo de su amigo Dream, era Nightmare si no recordaba mal su nombre. Las pocas veces en que le había visto éste siempre se mostraba con un comportamiento serio y distante, no solamente con las personas con las que hablaba, sino hasta con su propio hermano; aunque si había algo que destacar de él era que aunque a veces podía ser tan directo que resultaba grosero, siempre lucía una apariencia pulcra y muy bien cuidada, digna de alguien con un nivel social medio alto.
Se sintió extraño. Pensaba en qué podría hacer alguien como Nightmare en un lugar tan sencillo como lo era ese; por lo que Ink sabía éste no era mucho de dejar a un lado las comodidades que su estatus podía darle, por no decir que el hecho de que tuviera amigos le resultaba algo sorpresivo. A pesar de que no dialogaban con tanta soltura y jovialidad como el resto de las personas en ese lugar, parecían estar bastante amenos. Atinó a mirar al otro moreno del grupo con algo de curiosidad, de las personas desconocidas que había ahí él era quién más había llamado su atención, más no por algún motivo en específico que lo hiciera muy diferente o le hiciera resaltar de entre el resto. Lo analizó tanto como podía desde esa distancia, tenía una expresión indiferente y ojos que para cualquiera podrían resultar hermosos, eran tan profundos como la noche misma a pesar de ser claros, aquel brillo de cristal frío en ellos les hacía lucir de esa manera; siguió perdido en ellos, una heterocromía bastante similar a la suya; sus rasgos a pesar de no ser toscos eran bastante varoniles, el cabello negro resaltaba entre aquella piel blanca y expresión gélida. Le parecía que podría ser alguien interesante.
— ¿Joven? —
— ¿Ah? — Giró la cabeza para mirar al hombre al que le pertenecía la voz, sintiendo algo de pena casi al instante, no era una novedad que terminara por distraerse con cualquier cosa cuando salía a algún lugar y los pobres empleados tuvieran que llamarle incontables veces para poder atenderlo.
— Como le había dicho, ¿qué va a pedir?—
Lo pensó durante algunos segundos mientras miraba a la persona frente a él, de alguna forma, le parecía bastante familiar.
— Solo una copa de vino.—
—¿Bordeaux?, ¿Prädikatswein?, ¿Rothschild?...Bordeaux —
—Bordeaux, del '42, por favor.—
— A sus órdenes, señor.— Asintió y rápidamente se fue, dejando a Ink un tanto extrañado, mientras pensaba en quién podría ser, la mayoría de las veces su memoria a corto plazo llegaba a ser una completa maldición. De manera casi inconsciente, había fijado su vista en el chico junto a Nightmare otra vez, y es que era inevitable querer verlo al menos una vez más, había algo en él que le enganchaba, tenía una presencia muy fuerte.
— Vaya grupo, ¿verdad? Son las personas más tranquilas que he visto en todo el tiempo que llevo trabajando aquí.— El albino se estremeció un poco al escucharlo, había llegado por sorpresa ya con su pedido listo. Como única respuesta asintió en señal de afirmación, volviendo su vista a aquella mesa.
— Es un poco raro, nunca pensé que vendrían aquí.—
— ¿Los conoces? —
— A uno de ellos, es hermano de uno de mis amigos.— Hizo una pequeña pausa, mirándole a él con un gesto curioso.— Hablando de conocer, ¿te conozco de algún lugar? Me pareces familiar.—
El chico únicamente sonrió de manera cansada y cruzó sus brazos, apoyándolos en la barra con completa confianza.
— Heh, y yo pensé que te olvidarías de mí, me dejaste Ink-presionado, espero que mi nombre te refresque la memoria, soy Sans.—
— ¿Sans?... Sans... Espera... ¡Sans! ¡Es cierto! Tú fuiste mi compañero cuando estábamos a punto de formar parte del grupo de entrenamiento para las Schutzstaffel, no te he visto desde hacía años pero... ¿Por qué nunca entraste? Eras el que lucía más tranquilo con la idea, pensé que era lo único que contrarrestaba tu pereza.—
— La vida da muchas vueltas, chico acuarelas. Cuando supe la noticia de que mi pareja tendría un hijo no podía arriesgarme a convertirme en soldado y quizá morir en batalla, no podría dejarles solos.—
— Entonces... ¿Cómo llegaste aquí? Parece que en cualquier momento te quedarás dormido. — Rió un poco, tomando un trago de su vino.
— Bueno, Grillby abrió un nuevo local y cuando vio que yo no tenía empleo me dejó a cargo a mí, así que bueh, intento no decepcionarlo.—
— ¿Y nunca le pagaste la cuenta que le debías? —
— Nope. —
— Eso debe ser Ink-ómodo para él. — Nuevamente soltó una pequeña risita, escuchando la de su amigo. — En fin, ¿qué tal va todo? ¡Tu niño ha de estar muy grande ya! ¿Quiere ser soldado como su papá cuando crezca? Vamos, cuéntame, soy todo oídos.— Sonreía a pesar de que internamente se sentía mal, un niño creciendo en época de guerra era duro, le dejaría severos traumas si algo verdaderamente malo llegara a suceder... Si alguno de sus padres llegara a morir.
Él sin dudas extrañaba a la suya.
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El cometa Halley pasa cada 76 años, más o menos cada vez que éste pequeño y gordito Fanfic es actualizado. (?)
Lo siento si llego a tardarme meses en actualizar, pero es que tengo dudas de si siquiera debería continuarlo a pesar de que me gusta escribirlo.
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Verräter. [ErrorInk]
FanficLa guerra es la época donde reluce la verdadera naturaleza del ser humano, todo lo inmundo de ella, todo lo que nadie quiere ver; pero sin embargo en algunas ocasiones puede sacar a luz el mejor lado de las personas. El querer ayudar en la tempestad...
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