―¿Qué dices?

―Nada, Lizard... que ojalá hubiéramos tenido suerte esa vez ―dijeron mientras se alejaban. Abi tuvo una corazonada y se levantó, siguiéndolos.

―¿Qué mierdas estás diciendo, apestoso?

―No me hables, sangre sucia.

―Retira eso ―exigió David, acercándose también.

―¿O qué? ―se burló él―. Nadie se come ya ese estúpido chisme, sólo las niñas fáciles y estúpidas como Cenis, que se comen las-

David sacó la varita con alucinante rapidez, y le apuntó al cuello a Sttank, que miraba a David desafiante, pero con algo de miedo en los ojos. Él apenas había metido un dedo en sus bolsillos y se había detenido, por si acaso.

―Retira eso, pedazo de mierda.

―Bien, Cenis no es una sangre sucia. ―le clavó la punta de la varita en el cuello, cuando Fletcher le apuntó al rostro a David.

―Vamos, deja eso, Renuel.

Pero Abi le apuntaba a Fletcher al corazón.

―¿Qué es lo que quisiste decir?

―¡Ya basta, imbéciles! ―Violet se les acercó―. ¿Se les olvida que soy prefecto? Bajen las varitas. No me importa quitarles quince puntos a cada uno ¿saben?

Sttank y Fletcher intercambiaron una mirada, todos bajaron sus varitas, menos David.

―Vamos, Dave.

Él también apartó la suya.

―De todas maneras, treinta puntos valen más que la vida de Renuel.

―Deja de hablar en enigmas, Sttank. Apenas se te da bien hablar.

―¡No te atrevas a hablarme así, Cenis!

Abi vio un pequeñísimo reflejo de algo en el aire caer en la cara de Sttank, y en su boca abierta. Simon le apuntaba con la varita.

―¿Qué haces, Lizard? Baja esa mierda.

―Claro. Ya no es necesario ―dijo, bajándola y mostrando las manos, en una sostenía la varita con el pulgar, en la otra había una botellita con tapa metálica, que cerró con fuerza., sonriendo maliciosamente.

―¿Qué hiciste? ¡¿Qué hiciste?! ―Sttank dio un paso al frente para tomarlo del cuello, pero Fletcher lo paró.

―¿Yo? Nada... el veritaserum es lo que hará algo. ―Simon hizo que el líquido se moviese dentro, con un movimiento de su varita, sonriendo.

Fletcher se puso pálido, y Sttank también.

―A ver ¿De qué estás hablando sobre la vida de Renuel?

―En tercer año, hechizamos la cola de su escoba con Wingardium Leviosa para que se cayera ―dijo Sttank de manera automática, para horror de Fletcher.

―¡Maldita sea, cállate!

Abi se indignó, recordando lo que había pasado años atrás. Revivió su dolor al no llegar a tiempo, antes de que David cayese sobre los pies de las gradas, saliendo gravemente herido.

―¡Ustedes! ¡Malditos cobardes!

―¡NO me llames cobarde, sangre sucia!

Violet le apuntó con la varita a Sttank, que se alzó en el aire sostenido por un tobillo, gritando y sacudiendo los brazos. Abi casi se asustó de la reacción de su amiga. Violet miraba a Sttank con tal desagrado que hizo dudar a Fletcher si de atacarla o no, pero Simon y David le apuntaban.

La busca problemas y el medio loboUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum