2

2.5K 330 15
                                    

Jungkook miraba a Taehyung atentamente mientras hablaba con otro de sus hyungs.

Odiaba ser el menor del grupo porque todos creían tener una autoridad sobre el.

Y la tenían, obviamente la tenían pero el muchacho se negaba rotundamente a seguir alguna de aquellas tradiciones.

Simplemente odiaba a la gente mandona.

Ignorando al mundo y los celos que recorrían sus venas, se colocó los audífonos y cerró los ojos, bastante cansado.

Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina y no podía parar de estudiar a cada instante, no estaba dispuesto a perder la única oportunidad que tenía para salvar sus calificaciones. Si tenía que sacrificar horas de sueño, lo haría.

— Jungkook-ah... — un susurro se escuchó cerca de su cara, y al abrir los ojos no pudo evitar contraer su rostro por el susto.

— ¡Taehyung, ¿qué mierda haces?!

Cubrió su rostro con ambas manos al notar que sus mejillas se estaban acalorando, seguramente se había sonrojado y no lo dudó más al escuchar la ruidosa y ronca risa del mayor. Tuvo que haberse visto ridículo.

— ¡Soy tu hyung, mocoso! — dijo con un falso enojo, exagerado, para luego reír al recordar el color que se coló en el rostro del menor.

Jungkook puso los ojos en blanco intentando ocultar su sonrisa, aún avergonzado.

Diablos, ¿cuándo su corazón se aceleró tanto? Definitivamente estaba loco por Taehyung, pero ¿cuándo fue que pasó todo esto?

Ambos eran amigos desde que eran pequeños niños de 12 y 10 años. ¿Cuándo su mejor amigo se convirtió en su primer amor? Buscaba entre recuerdos, entre emociones y latidos pero no lograba dar con el momento exacto.

Quizás fue tan rápido y natural como el caer de las hojas en otoño. Sí, Jungkook estaba seguro que así se sentía. Naranjo, fresco, seguro.

— Tierra llamando a Jungkookie — Taehyung nuevamente acortó la distancia entre ambos, poniendo nervioso al menor, que de un solo empujón juguetón lo alejó de sí mismo — ¡Hey! No hay necesidad de usar la fuerza bruta — dijo riéndose.

Esa fue una de las cosas que tanto amaba Jungkook de él, nunca le faltaba una sonrisa en su rostro, siempre alegraba sus días más oscuros.

— Ya, no invadas mi espacio de esa manera entonces — dijo sacándole la lengua de una forma infantil, a lo que Taehyung se lo devolvió con los brazos cruzados.

— Oye, Jungkook. Estoy preocupado por ti en realidad — dijo adaptando un tono más serio, Jeon frunció el ceño ante aquello, sabiendo que ya no estaba bromeando para nada — Tus ojeras son más notorias, y te noto más delgado, ¿has estado cuidando de tu salud?

Jungkook siempre supo que aquellas muestras de cariño, tales como preocuparse por su persona, no eran nada más que cosas que hacían los buenos amigos, y se odiaba porque, aunque se lo recordaba siempre que estaba cerca de Tae, no podía evitar sentir aquel calor en su pecho que le incitaba a ilusionarse.

— Debe ser por los estudios, hyung — sonrió cansado — Me he estado desvelando para alcanzar la mejor calificación — mencionó firme.

— Entiendo, Jungkook, pero debes tomar descansos de vez en cuando, no puedes seguir así — lo regañó, desordenando su cabello.

Aunque a Jungkook le gustaba aquel gesto, no podía evitar gruñir por lo bajo, porque sabía que su hyung lo hacía porque lo consideraba aún un niño. Él no era un niño, no tendría problema en demostrárselo.

— Está bien, Tae — bromeó ignorando los honoríficos, robándole una sonrisa juguetona al contrario — Me esforzaré por encontrar un balance perfecto.

— Tú siempre tan correcto, Kookie — se burló Tae — No me vayas a obligar a cuidarte, soy capaz de irme a vivir contigo y créeme que no lo quieres — lo señalo con el dedo mientras se levantaba del lugar donde estaban.

Quizás y si lo quiero, hyung.

Pero nunca sería lo suficientemente valiente para decirlo en voz alta.

— Adiós, Kookie.

— Adiós.

i learned it from you; [TAEKOOK]Where stories live. Discover now