ROCK NIGHTS AND METAL DREAMS #PHAWARDS

Prólogo

En otra de las partes se encontró con algo que le arrancó una sonrisa, ya que no recordaba haber escrito aquello: "¡Ah! Estoy pensando en hacer periodismo musical, creo que sería genial. Me daría la posibilidad de escribir, estar en mi mundo, viajar, conocer gente y hacer algo que me gusta. Así que... ¿por qué no?". Y sí, desde luego que había sido maravilloso hacer el master de periodismo y dedicarse a su pasión, aunque mucho más fascinante había sido conseguir trabajo en Finlandia. Aún no podía creérselo. Iba a trabajar en el país que quería y en la profesión que deseaba. No podía ser más feliz.

"Aquí cada día pasan más cosas y cada vez más rápido. Casi no me da tiempo a coger aire cuando ya ha pasado lo siguiente, a veces es un poco estresante". Sí, recordaba la sensación de Alicia en el País de las Maravillas, a veces una soledad extrema se apoderaba de ella, otras no sabía qué pensar de lo que estaba viviendo y otras simplemente, se dejaba llevar, mientras los focos la deslumbraban y el mundo en el que se estaba metiendo poco a poco, se filtraba en su piel como un veneno del que no sabía cómo, ni tampoco quería deshacerse.

De pasada sus ojos fueron a parar al pasaje donde relataba cómo había conseguido el primer concierto del grupo en Madrid, algo por lo que aún se sentía estúpida, por lo que no había conseguido las gracias pero sí mil lágrimas. Aunque le quedaba el consuelo de haber descubierto la carrera que marcaría su vida, tanto como todos los hechos que pasaron ésos días. Hay cosas que se marcan a fuego.

Su mirada volvió a detenerse: "Ayer me enteré de lo Hijo de Puta que es Baby. Kat me confesó que su grupo tenía un precontrato con Universal, que éste se había peleado con su batería y la discográfica les había retirado su apoyo. Baby les ha jodido sus sueños".

Tras esto había un millón de momentos de dudas sobre Jason, sobre el grupo, sobre la gente que creía conocer, sobre en quién podía confiar... Podía ver lo extremo que había sido todo y aún seguía sin comprender cómo no había salido corriendo, porque las cosas no pintaban bien y debería haberse dado cuenta que no iba a acabar bien, le hubiera encantado convertirse en visitante del futuro para ir al pasado, coger a la Beka de entonces y darle una buena charla. Pero sobre todo le habría encantado decirle: "No te fíes de todo lo que te cuentan. La gente no es tan buena como parece".

Había seguido deshojando el diario, cual margarita, solo que estaba vez sabía el desenlace y la respuesta. De éste modo, los días llegaban a julio del 2011, recuerdos alegres, como cuando conoció a Speed: "Estábamos hablando cuando Speed apareció, entonces Marta dijo: "Bueno... ¡¡aquí está!" Y yo: "esto es raro... No, ¡es surrealista!" Speed me miró divertido y dijo: "¡Hola! Encantado de conocerte", mientras me tendía la mano. Yo me quedé pensando: esto no está pasando y... ¡para encantada yo! Le di la mano y entonces me preguntó: "¿De dónde eres?" Yo: "¡De España!" El: "Ah... de España. ¿Y cómo te llamas?" Jajaja... ¡y ahí se acabó la broma!! Me empecé a reír y le dije: "¿Mi nombre...? ¡¡Lee ésto!!" Y le enseñé el guante que me había hecho con el nombre del grupo y el mío más abajo y fue cuando dijo: "Naaahh... ¡Lo sé! ¡Te conozco!" Dijo señalándome con el dedo. "Eres Beka". Bien, pues ahí iba, adiós hoja. Momentos que le arrancaron sonrisas soñadoras, al recordar juegos de miradas con Jason. Momentos en los que se preguntaba qué demonios estaba haciendo en un mundo al que no pertenecía. Momentos...

Había cosas que aún dolían, a pesar de que ya habían pasado más de... ¿cuántos? ¿Cuatro años? ¿Cinco? Debía superarlo.

Páginas y más páginas iban cayendo al agua, en todas se dejaba notar el comportamiento errático que había sido la constante de los últimos días de aquel verano, la pasión que la consumía, la desconfianza, el no saber qué hacer consigo misma, su inmadurez, los pensamientos desbordados, los prejuicios innecesarios, el dejarse guiar por la gente inadecuada, los celos, la inseguridad, los fantasmas internos que la habían acompañado fruto de otras relaciones... el arrancar ésas páginas casi era como quitarse un peso de encima.