"¿Tas bien?" 

"Sí... Dios, Kwang ¿Quién te enseñó esa palabra?"

"Tía Chae." Sonrió.

"¿Por qué no me sorprende?" Le regalé una cansada sonrisa y apoyé mi espalda en la pared más cercana, observando mi pecho subir y bajar escandalosamente, no me arrepentía de lo que había hecho, ese idiota se lo merecía por haberse metido con Kwang cuando fue un accidente, pero sabía que había captado mi olor y podría hasta perseguirme si era un buen alfa, así que tampoco podía quedarme ahí mucho tiempo. "Eso fue extremo ¿No?" Kwang ladeó la cabeza. "Que fue genial, peque."

"¡Síp!" Celebró feliz. 

"Ven, ahora vamos a casa, si seguimos aquí no viviré para contarlo."

                                                                                                              +

"¿Y no sabes su nombre?" 

Ya siendo lunes, Jimin me había ido a recoger a la hora de siempre y ahora estábamos dirigiéndonos a la Universidad, la verdad es que el ambiente se había relajado muchísimo, después de todo un fin de semana con Kwang o metido en la sesión fotográfica que me tocó hacerle una pareja a punto de casarse, me sentía un poco menos angustiado. Aún sabía que debía despedirme de Jimin en poco más de dos días, quién sabe si cuando inicie clases de nuevo él ya no quiera llevarme o quizás ya hasta se haya conseguido una novia.

"No, no me paré a pedirle su nombre después de haberle metido una patada en los huevos, lo siento." Jimin sonrió de medio lado. Venga, yo sabía que había sido un gran comentario.

"Tienes que tener cuidado, Yoongi." 

"Soy perfectamente capaz de defenderme solo, gracias."

"Lo sé." Aprovechando un semáforo en rojo, Jimin volteó a mirarme y no le mantuve la mirada por más de tres segundos, no porque sus ojos no fueran lo más hermoso en este mundo, sino porque me transmitía ese sentimiento, él de verdad creía que yo podía defenderme solo. Me sentía halagado, cohibido y ¡Dios! de nuevo las mejillas calentándose. Malditos sentimientos.

"Uh... Uhm." Me removí en mi lugar, mirando por la ventana. "¿Y tú? ¿Cómo has estado?"

"¿El fin de semana?" Asentí. "Bien, tranquilo. Jungkook y yo no hemos tenido demasiados problemas, de hecho cerramos un contrato importante hace poco. Se podría decir que nos va bien."

"¿En serio? ¡Felicidades!" Me ahorré la pregunta de ¿Quién es Jungkook?, no soy su novio, solo un amigo, y si él no tiene planes de decirme quien es, no debo obligarlo, no debemos, porque aquí el curioso era yo, y el que prácticamente chillaba queriendo saber era mi omega. Cálmate, Yoongi.

"Sí, gracias." Jimin se tomó unos segundos antes de continuar. "Jungkook es mi mejor amigo, si se le puede llamar así, es como mi mano derecha. Alfa también."

A veces sentía que exponía tanto mis emociones, aunque considerando que Jimin aún no ha dejado de venir a recogerme, puedo decir que soy un maestro en ocultar mis ansias por besarlo o por restregarme contra él para que me haga suyo de una vez.

"Entiendo." Observé que ya estábamos cerca de la Universidad y maldije al ver a Taehyung en la puerta, seguro esperándome. "Rayos ¿Por qué tengo que tener un amigo tan chismoso?" Solté al aire, pero fue dicho lo suficientemente fuerte como para que Jimin lo escuchara.

"¿Pasa algo malo?" 

"No, es que..." Voltee a mirarlo, suspirando. "Ayer me llamó para hablar con Kwang, y le conté que había llamado mi madre, me dijo que hoy me interrogaría o algo así."

The perfect omegaWhere stories live. Discover now