"Lo siento." Me dijo Iseul, encogiéndose de hombros.

"No, está bien. Gracias igual."

Ignoré ese lado mío recordándome que la profesora había dicho que se hicieran grupos con los alumnos presentes, no con los que faltaron, simplemente sabía que no me querían ahí y no iba a estar rogando, aún me quedaba algo de orgullo, o eso esperaba. No me atreví a acercarme a ningún otro grupo y me fui a mi lugar.

Pasados otros diez minutos, más o menos, en los que me dediqué solo a observar el rostro de mi Kwang en el fondo de pantalla de mi celular,  tuve el coraje suficiente de levantarme de nuevo, amaría decir que un trabajo más o un trabajo menos sin hacer, no importa, pero yo tenía una calificación promedio que mantener y no podía darme lujos como esos. Caminé hasta el escritorio de la profesora, aclarando mi garganta antes de hablarle, ahora con más calma, captando su atención.

"Uhm, profesora Choi." Ella asintió, colocando sus manos sobre la madera de su pupitre, esperó mientras yo acomodaba mis palabras de la mejor posible. "¿Me podría colocar en un grupo? Por favor, es que ya todos están completos... O puedo hacer el trabajo solo, pero si usted me lo permite."

"No, es mucho para que lo hagas solo, Yoongi." Ella se levantó en su lugar y observó cada uno de los grupos formados, más o menos ocho o nueve por toda el aula. Me removí incómodo ciando me indicó que la siguiera y caminamos hasta uno de los más cercanos.

"Chicos, ustedes son tres ¿No? ¿Por qué no dejan que Yoongi ingrese aquí? No tiene un grupo y necesita la calificación."

"No, profesora, nuestros compañeros ya vienen, solo tardaron."

"¡Los de allá! ¿Tienen espacio para uno más?" Gritó, indicándole a un tercer grupo de ahí. Al final opté por mirar a cualquier otra dirección, aunque gracias a mi buen oído me fue fácil escuchar la excusa tonta por la cual tampoco me dejarían ingresar ahí. Así fue durante otros tres o cuatro grupos más, cada vez me sentía más pequeño y horriblemente enfermo, quizás así me veían, como un tipo con una enfermedad terminal y por ello no me aceptaban en ningún círculo, todo por cometer un error, un error que para mí, ya no lo era, tenía al más hermoso hijo que pudiera imaginar.

Bueno, quizás mi problema no era el tener un hijo, sino el no tener a mi alfa a mi lado, eso, sumándole el hecho de ser amigo de una persona conocida como Jimin y de que para este punto, todos estaban enterados de la pelea que tuvo con Bon Hwa afuera de la Universidad, no sabía si me tenían miedo o realmente me veían como alguien tan extraño o repelente.

Al final, me senté en un grupo de tras más, aparte de mí, una chica omega, sumisa, linda, maquilla y bien vestida, como las típicas chicas que buscan mantener a su pareja a gusto con ellas, o buscan pareja en tal caso, aunque por su olor, estaba casi seguro que tenía novio. El otro era un beta, un chico un poco más bajo que yo, no se le veía tan mal y por cómo estaba sentado, estoy seguro que es buen amigo de la omega. La última era una beta también, pero había algo diferente, noté su desagrado por mí desde que tomé asiento, viéndola mascar su chicle con exageración.

"Hola." Me saludó la omega, le sonreí, ya estaba cansado de tantos  "Hola" durante el día, solo deseaba que sea la hora de irnos y retirarme de una vez. "Mi nombre es Seong, él es Chul y ella es Myeong."

"Oh, bueno... Yo soy..."

"Yoongi, sí ¿Quién no te conoce? Eres la mejor descripción de fácil en el diccionario ¿Podemos empezar a hacer el trabajo ya?"

A pesar de su tono hostil, intenté tranquilizarme un poco, no es como si en los pasillos no se dijeran cosas de mí anteriormente, además de que ella estaba irritada, debía comprenderla, no es lindo cuando alguien llega a ingresar automáticamente en tu círculo o tu zona de confort, aunque siendo sincero, yo sería un poco más amable en su lugar.

The perfect omegaWhere stories live. Discover now