Capítulo 1

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De repente despierto por una pesadilla. Todos los días las tengo y siempre es la misma que se repite una y otra vez hasta que consigo abrir los ojos y cegarme con la luz de la realidad.

Después de abrirlos siento que lloro y respiro muy rápido, eso quiere decir que tengo otro ataque de ansiedad, y es porque las pesadillas no son solo pesadillas sino recuerdos de hace cuatro años cuando mi vida cambió, cuando pasé de ser una niña inocente a ser una loca con problemas mentales encerrada en un orfanato.

Todo comenzó, como he dicho antes, hace cuatro años cuando tenía 13 y un día mis padres tuvieron que salir por una urgencia, que nunca me llegaron a contar ya que ellos no me hablaban sobre sus trabajos. Cuando salieron con el coche y los vi irse nunca me imaginé que sería la última vez que los vería. Después de haberse ido, se escucho una explosión. La explosión que dejó sin vida a mis padres. Mire por la ventana asustada y vi en lo lejos como todo se convertía en fuego, hasta mis padres, por eso nunca encontraron sus cuerpos.

Como estaba sola en casa, las autoridades vinieron a contarme la horrible noticia y lo que suponía quedarme sin padres, es decir, ingresar en un orfanato. Pero no podían hacerme eso ya que les conté que no estaba todavía sola ya que tenía a Colin, mi hermano de 20 años que podría ser mi tutor legal, así que buscaron a mi hermano pero no lo encontraron, había huido o muerto, nunca me llegaron a decir nada.

Cuando entré en el orfanato,me dijeron que sería mi nuevo hogar y que me sentiría cómoda cuando me acostumbrará, pero eso nunca pasó. El primer mes se hizo eterno y me di cuenta de las dos clases de trabajadores que estaban allí: por un lado algunos trabajadores sentían compasión por todos los niños y por mi, lo que no me gustaba, pero otros sólo trabajaban por el dinero y por eso les dábamos igual. Me asignaron una habitación muy pequeña con una ventana con rejas por si alguien decidía saltar. Siempre estaba en esa habitación porque me gustaba estar sola y mirar por la ventana durante horas sin pensar en nada.

Después del primer mes, aparecieron los ataques de ansiedad y las pesadillas. Muchos de los niños me escuchaban gritar por la noche así que decidieron que lo mejor sería que hablara con un psicólogo. Pensé que era una pérdida de tiempo porque hablar a un desconocido de mis problemas no me ayudaría, así que intente hablar lo menos posible en las sesiones hasta que un día vio los cortes que tenía en las muñecas y comprendió que tenía problemas mentales.

La vida en el orfanato era un infierno del que no podía escapar ya que al ser una suicidad siempre tendría que tener un tutor legal y comprendí una cosa: sólo puedes salir del orfanato si te adoptan pero eso para mi era imposible, ¿quién iba a adoptar a una chica con defectos de fábrica pudiendo adoptar a una niña normal? Nadie, además las persona que adoptan suelen adoptar a niños pequeños, no a adolescentes.

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