Capítulo 17

99 20 8
                                    

Salgo del comedor lo más rápido posible hasta llegar al pasillo porque no quiero que nadie me detenga para hablar, ya que es lo que menos quiero en este momento. Pienso en ir a mi cama porque es lo único que es solo mío, aunque en realidad es de Charlotte, pero me lo pienso mejor ya que no es un buen sitio si quiero estar sola, seguro que vendrían a buscarme allí. Así que giro a la izquierda y me meto en uno de los baños para pensar mejor donde puedo ir.

Aprovecho que estoy en el baño para lavarme la cara y despejarme de todo. Después de limpiarme la cara, me quito las muñequeras y me lavo las manos y las muñecas. Es lo que siempre hago después de cortarme para que la sangre no se vea y no manche las muñequeras.

Entonces caigo en una cosa. Nadie que limpie las habitaciones les ha podido decir a Charlotte que me corto porque yo siempre me corto en el baño y siempre me lavo para no machar las muñequeras.

Charlotte lo ha averiguado pero no sé cómo, así que vuelvo al comedor para obtener respuestas. Voy directa a la mesa donde todavía sigue sentada Charlotte con su libro. 

-¿Cómo lo has sabido?

-Creía que serías más rápida.- Charlotte sonríe con la vista clavada en el libro. Le quito le libro para tener toda su atención.

-Responde a la pregunta.

-Sé como funciona tu cabeza.

-¿Cómo?

-Sé como es tu pasado y basándome en eso, lo he deducido. Cuando creíste que tus padres estaban muertos, no soportaste la tensión y , como no querías expresarla, empezaste a cortarte para liberarla y desde entonces no has podido parar. Los suicidas no cambiáis de opinión tan fácilmente, simplemente no podéis. Cortarse las muñecas en un mecanismo de resolución no saludable.

-¿Por qué dices todo eso?- digo sin saber que decir, Charlotte ha sido la única que me ha dicho lo que me pasa.

-Porque soy observadora.

-La gente observadora no hace un diagnostico tan detallado de una persona.

-Bueno además de ser observadora, soy psicóloga. Antes trabajaba para la policía y trataba con criminales con problemas mentales, así que saber lo que te pasa a ti no me supone un gran esfuerzo.

-¿Me estas comparando con criminales?

-Claro que no, ellos tienen problemas mentales y tu solo viviste una situación complicada.- Explica Charlotte- mira sé que no quieres mi ayuda ni de la de nadie pero una cosa es querer y otra es necesitar. 

-Déjanos ayudarte- oigo a alguien hablar detrás de mi y me doy la vuelta y veo Fin, que por la forma en que me mira, sabe de lo que estamos hablando.

-Ya es demasiado tarde.

-No lo es, todavía sigues viva.- dice Charlotte.

-Me gustaría poder controlarme pero no puedo.

-Pero ahora nosotros te controlaremos, no dejaremos que vuelvas a tocarte las muñecas.- Dice Fin

-Es demasiado difícil, si no me corto me volvería loca. Sé que suena un poco exagerado pero es la verdad, si no siento ese dolor tan familiar no podría controlarme.

-Soy psicóloga, puedo ayudarte.

-Ya he hablado con un psicólogo y no solucionó nada.

-¿Hablaste con él o estuviste en la habitación con él sin hablar?

-Creo que sabes la repuesta.

-Claro que la sé, no soy idiota. Así que a partir de ahora hablarás conmigo cuando te sientas mal y con ganas de cortarte, ¿entendido?- asiento- bien y ya que estamos hablando de lo que vas a hacer a partir de ahora, te comunico que entrenarás conmigo durante una temporada y cuando no este conmigo estarás con el- dice refiriéndose a Fin- o con tu hermano.

-Espera, me dijiste que no le ibas a decir nada a mi hermano para que no se preocupará.

-Y no le diré lo que pasa, solo le diré que este contigo unas determinadas horas. Tranquila Alex, lo tengo todo controlado.- Y, como no, vuelve a aparecer la sonrisa siniestra de Charlotte. 

-Está bien, seguiré tus órdenes. ¿Ahora que hago?

Veo como su sonrisa siniestra se amplia al oír mis palabras y siento un poco de miedo por lo que pueda decir.

-Ahora te toca entrenar conmigo. 

Y ahora ya sé porque sonreía tanto y porque sentía algo de miedo, me va a volver a dar otra paliza, o eso es lo que cree porque no va a poder conmigo y se lo hago saber por mi sonrisa.

-Entonces empecemos cuanto antes.

Salimos del comedor y llego donde siempre entrenamos, parece que es un buen lugar para esconderse, lo apuntaré en mi lista mental de sitios a donde ir cuando esté cansada de todo. Espero a Charlotte ya que se ha parado en el patio y supongo que será para vigilar a los demás durante un rato. La veo llegar con una mochila en la espalda

-Como ya sabes defenderte en un combate cuerpo a cuerpo, vamos a hacer esto más real.

-¿Cómo?

-Con esto- se quita la mochila de la espalda y la abre para mostrar un gran arsenal de armas.- escoge tu preferida.

Miro horrorizada como Charlotte saca un cuchillo y se lo mete en la bota.

-¿Quieres matarme?

-No, tranquila, no la voy a utilizar solo te mostrare como coger un arma y defenderte con ella y no solo con los puños.

-Está bien- digo y cojo el primer cuchillo que veo. 

-¿Estas lista?- me dice cogiendo otro cuchillo y apuntándome con este.

-No pero cuanto antes empecemos, antes se acabará.

Charlotte viene hacia mi con el cuchillo por delante y lo único que puedo hacer es apartarme de su camino.

-Venga, no seas cobarde y lucha.

-No soy cobarde.

Esto no acabará bien, seguro que me apuñalada en cuanto este desprevenida así que más vale que este alerta y que mi cuerpo no me falle.

Me acerco a ella y en cuanto lo hago, Charlotte se agacha, no se por qué lo hace hasta que siento dolor en mi pierna y veo que me ha cortado, no ha sido profundo pero puedo ver como sale mi sangre.

-Primero me dices que no me corte y luego vas tu y me cortas. No tienes sentido.

-Ahora mismo soy tu enemigo y como tal voy a matar.

Charlotte se acerca a mi despacio y yo intento que mis pies no den pasos hacia atrás, lo único que hago es esperarla anclando mis pies en el suelo. Cuando llega lo suficientemente cerca de mi, lanzo una patada que va directa a su cadera y hace que pierda un poco el equilibrio pero como no cae del todo, la empujo y choca contra un árbol y antes de que reaccione ya tiene mi cuchillo al lado de su cuello.

-No está mal- dice apartando mi mano de su cara- me has pillado desprevenida.

-En un combate nunca puedes estar desprevenida- digo bajando la mano.

-Eso es cierto.

Sin darme cuenta, Charlotte me da un golpe en la mano en la que tenia el cuchillo, y este sale volando. Me paro a pensar durante un segundo en ir a por el, pero sé que en cuanto lo haga  Charlotte me lanzará contra el suelo y la pelea se habrá acabado, por lo que pienso en otro plan mejor y tengo una idea.

Charlotte viene a por mi y en cuanto lanza un puñetazo a mi cara, me agacho esquivándolo. Pero no me agacho solo para esquivar su golpe, me agacho para coger el cuchillo que antes se había guardado en la bota, lo cojo con fuerza y lo lanzo al brazo de Charlotte. Durante un segundo me quedo quieta y satisfecha con la victoria, pero después me doy cuenta de que le he clavado un cuchillo a Charlotte.

Me levanto lo más rápido posible y le saco el cuchillo, haciendo que salga sangre de su brazo.

-Lo siento, creo que me he pasado.

-No importa, solo es un rasguño.

Pero sé que no es un simple rasguño así que la llevo al patio y me quedo mirando como la curan la herida que la he provocado. 

La ResistenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora