𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟑

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Olive estaba nerviosa

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Olive estaba nerviosa. La idea de ir a la casa de Jim le ponía con los pelos de punta. En realidad le ponía nerviosa su sola presencia, si ya era tímida para hablar con las chicas imagínate con los chicos.

Se miró al espejo varias veces retocándose el pelo.

- ¿a quién intentas engañar, Oli? Te peinas y sigues igual de fea que siempre, además si me maquillo sera algo raro. ¿Para qué? Solo voy a su casa a estudiar ¿No? - se dijo impaciente y un poco insegura.

De pronto su madre le avisa. Jim ya había llegado. Olive corrió rápidamente hacia la entrada y le vio de pie,con una postura de "pasota" y la misma ropa de siempre. Sin duda Jim Hawkins era un caso peculiar.

- hola Jim - habló en bajo.

- hola Olive, ¿Ya estás lista? - preguntó. Ella asintió y se despidió de su madre con un beso en la mejilla.

El camino a casa de Jim fue algo silencioso. Los dos querían hablar, pero no encontraban las palabras adecuadas para empezar una conversación fructífera. Olive se tomaba de las manos de forma nerviosa y Jim se rascaba la nuca.

- ahm... ¿Qué bonita conversación no crees? - comenzó Olive. El chico soltó una carcajada y ella sonrió tímidamente.

- ya hemos llegado.

Jim abrió la puerta de la posada de golpe, alertando a todo el mundo que se encontraba ahí. Las miradas se posaron en los dos chicos. Olive al notarlo se puso nerviosa y su cara se tornó de un rojo intenso.

- ¡Jim Pleyades Hawkins! ¿Dónde se supone que estabas? Tenías que ayudarme hoy. - le dijo su madre con un tono de enfado notorio.

Fijó su vista en el chico y luego en la chica que le acompañaba y suavizó su gesto al verla tan tímida. Se acercó a pasos decididos pero lentos, y luego miró a su hijo de manera fulminante, para más tarde observarla a ella con una sonrisa simpática.

- hola cariño. Soy la madre de Jim.

- hola señora Hawkins, yo soy Olive.

- ¡Oh! ¿Tu eres Olive? ¡Vaya! Jim no para de hablarme de ti a todas horas. - comentó ella, con una sonrisa. Jim se puso nervioso y se rascó la nuca incómodo.

- bueno, Mamá no nos distraigas, todavía tenemos que estudiar ¿Recuerdas? Vamos Olive ¡Estaremos arriba, mamá! - habló él, tomando de la mano a la chica, mientras le obligaba a seguirle subiendo las escaleras.

Entraron a la habitación de Jim. Era grande y espaciosa, pero no tenía mucha decoración. En el medio, estaba su cama, desecha y con las sábanas casi colgando de la cama y su ropa estaba un poco esparcida por ella. Él, rápidamente tiró las prendas al suelo y las metió debajo de la cama.

- t-tu haz como que no has visto nada.

Olive soltó una carcajada y luego asintió. Jim sacó de un armario, un libro de la materia y lo llevó consigo hacia la cama.

𝙎𝙄𝙂𝙊 𝘼𝙌𝙐𝙄 𝘑𝘪𝘮 𝘏𝘢𝘸𝘬𝘪𝘯𝘴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora