Wattpad Original
Te quedan 15 partes más de forma gratuita

Capítulo 4

185K 9.9K 2.1K
                                    

Blair entró en casa, Lorena la estaba esperando, con el semblante serio; estaba sentada en el sillón de orejeras viejo que había sido del abuelo de Blair, Lorena tenía diecisiete cuando su madre la llevó a trabajar para los Rain, y ahí se quedó. Cuidó del padre de Blair como si fuera su propia madre, lo apoyó cuando se divorció por primera vez, lo apoyó cuando volvió a casarse, prácticamente era la persona que le daba vida a esa casa, había cuidado de la media hermana mayor de Blair y ahora estaba a cargo de ella y de Roscoe mientras su padre intentaba hacer más dinero y su madre iba de compras a diestra y siniestra.

Lorena se levantó del sillón y caminó hasta Blair con las manos detrás de la espalda. Blair suspiró y bajó los pequeños escalones de la sala, resonando sus tacones por el piso recién pulido de Lorena. La rubia se desplomó en el sillón con una cara de muerto viviente sin esperar el regaño de la señora morena que la miraba desde arriba, clavando su mirada color miel en la chica.

—Puede que a tus padres les dé igual donde te encuentres y lo que estés haciendo, pero a mí no. —Le recordó— ¿Dónde estabas? Ni siquiera mandaste el mensajillo de los mil demonios para avisar que ibas a llegar tarde. Es apenas el primer día Blair.

Y así era como funcionaba. Cada vez que Blair tenía planes luego de la escuela, mandaba secretamente un mensaje a su nana, para que supiera en donde estaba. No quería que nadie se enterase de que a ella la gobernaba alguien más, por eso era secretamente. Cuando hacía fiestas en casa, Lorena se iba a pasar la noche en casa de una de sus hermanas, casi siempre volvía a la mañana siguiente lista para ver un desastre en el hogar, pero Blair era su favorita, así que lo asumía. Sin embargo, Blair últimamente se había salido de control, como todas las personas en el ámbito de la popularidad. Había perdido un poco de confianza en ella, pero Blair hacía de las suyas igualmente.

—Estaba en el jodido instituto, como una pringada, esperando que mamá fuera por mí. —Le contestó. Lorena frunció el ceño.

—Guarda ese lenguaje para tus amigos. —La acusó con un dedo.

— ¿Qué amigos? —Preguntó tristemente irónica— Todo está acabado, Lo. —Se cubrió los ojos con las manos— ¡Todos me odian! Sospecho que mi madre también lo hace, porque jamás contestó mis mensajes y tuve que volver a casa con el lunático que vive en frente y su hermana en esa camioneta que se cae a pedazos. —Se acurrucó en una esquina del sofá, sollozando.

— ¿Hablas del nieto de Genevieve? Pero si es un muchacho muy bueno, Eugene es...

— ¡No te molestes Lo! Sé como es, es un rayito insoportable de sol, lo sé, me molesta hasta el tuétano ¿Pero qué hacer? —Tomó la cara manta que su padre había obtenido en Dubái y se arropó con ella, dejando los zapatos en la alfombra— Al menos me trajo a casa.

—Condenadamente dramática, como tu padre. —Murmuró Lorena y se sentó en el sofá junto a Blair quien había vuelto a lloriquear como niña— ¿Aun estás triste por lo de Greg? —Le preguntó.

Blair se secó las lágrimas con el dorso de la mano.

—Ajá. —Contestó.

No era por Greg, era por todo lo demás. Lucy podía quedarse con Greg y a ella no le importaría en lo más mínimo, porque realmente nunca lo amó, el problema era que Greg representaba al resto de la comunidad de estudiantes. Si Greg la quería, los demás también lo hacían, porque eran como ovejas siguiendo al rebaño. Y Greg era el pastor. Ella había sido la reina, pero realmente nunca lo fue, solo estaba allí porque había tenido suerte. Pero decir ajá era más fácil.

—Cariño, lo siento mucho.

Todos habían dicho que lo sentían; su padre, su madre, Lorena, el psicólogo, Lucy cuando le quitó a su novio, Greg cuando decidió quedarse con Lucy. Blair comenzaba a sospechar que ninguno lo había dicho con sinceridad.

La vida después de la popularidad.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora