-¿Hola? –Contesté.

-One mile to every inch of your skin like porcelain, one pair of candy lips and your bubblegum tongue. Cause if you want love, we'll make it.

Fue la voz de Asaiah cantando desde el otro lado de la línea. Me sonrojé y chillé como cachorro por una rara razón mientras él cantaba otro fragmento.

-Your body is a wonderland. Your body is a wonder. I’ll use my hands. Your body is a wonderland. –Volvió a cantar.

-Basta. –Paré.

-¿Qué? –Se escuchó un poco mal porque lo paré.

-Me haces sonrojar. –Dije. Pude oír como reía.

-¿Cuándo verás que me encanta hacerte sonrojar?

-Y dices que no eres romántico.

-Tal vez solo lo sea contigo. –Me volví a sonrojar.

-¿Y por qué esa canción? –Pregunté.

-Es linda.

-Pero la letra. Mmm es muy expresiva.

-Te la canté porque es cierto. Cada palabra. –Pude imaginarme su sonrisa de satisfacción.

-Así que quieres tener sexo conmigo, eh.

-No. Quiero hacer el amor, que es algo muy distinto.

Me llevé la mano a la boca para que no se oyera mi respiración que se volvió entrecortada. Sentí mi corazón  casi saliéndose por mi pecho. Dios. Toda mi sangre se agolpó en mis mejillas y mis orejas.

-Cure, a veces parece que te desapareces.

-Tú tienes la culpa. –Dije tratando de recuperar la voz.

-¿Yo? ¿Por qué?

-Esas cosas no se dicen. –Grité. Él soltó una carcajada.

-¿Por qué no? –Dijo entre risas.

-Porque… -¿Enamoran? –Porque no.

-Bueno, ¿quieres hacer algo? Estoy cien por ciento libre para ti.

-Quiero quedarme en casa en pijama y ver un maratón de Glee. –Dije alegremente.

-No podré soportar ver un solo capítulo más de esa serie.

-Pero si lo único que hiciste fue jugar en tu celular. –Rio.

-Es cierto. ¿Entonces?

-No quiero salir de mi casa.

-Vaya, que terca.

-Sí.

-Bien, te veré en tu casa en dos horas. Se me acaba de ocurrir algo fantástico. –Colgó, pero sonaba emocionado.

Regresé a mi cama y abracé mi almohada. A pesar que tenía mucha energía como para hacer cualquier cosa, no quiero hacer nada. Me quedé dormida con mi almohada con un pensamiento en mi cabeza.

¿Qué pasaría si me enamorara de él?

De nuevo mi celular sonó despertándome. Me revolví en mi cama y dejó de sonar. Cerré de nuevo los ojos y el maldito celular sonó. Me estiré y contesté.

-Déjame dormir. –Dije a la otra línea. Estaba a punto de colgar pero miré el identificador, después me puse el celular de nuevo en el oído. –Perdón, estaba dormida.

-Llevo quince minutos tocando el timbre y te he llamado más de diez veces.–Era Asaiah, se escuchaba un poco irritado y enojado.

-Perdón, ahora bajo.

BestiaWhere stories live. Discover now