⌞Jiminnie Day⌝

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Un lindo chico de cabello rosado se encontraba acostado, con una almohada entre sus piernas y todo su suave cabello revuelto por la amohada. Respiraba tranquilamente, su pecho se elevaba y bajaba con una inmensa lentitud al estar completamente relajado en el mundo de los sueños. Todo estaba muy tranquilo, en la casa solo se podían oír pequeños ruidos de tazas siendo movidas y el abrir y cerrar de las puertas de la alacena.

Yoongi sonrió y tomó una bandeja que le había comprado a su bebé para poder desayunar en la cama cómodamente. Tenía pequeños dibujos de gatitos y frutas. Tomó la taza en la que había preparado leche con chocolate y la colocó en la bandeja de forma en la que todo cabiera en su lugar. Apagó el fuego de la cocina y dejó las tostadas recién preparadas sobre un pequeño plato para también ponerlo en la bandeja, junto a un pote de dulce.

Y por último, guardó la pequeña cajita color azul en el bolsillo de su sudadera, tomó la bandeja y con mucho cuidado de no voltear nada se dirigió lentamente a la habitación.

Empujó la puerta que estaba entreabierta con su pie y dejó la bandeja sobre la mesa de luz para poder despertar al chico cómodamente.

Se sentó suavemente en el espacio que quedaba al borde de la cama y apoyando sus brazos al costado se acercó lentamente. La luz del sol entraba completamente por la ventana pero el chico durmiente parecía ni siquiera notarlo. Sus largas pestañas reposaban tranquilas y la luz provocaba una linda sombra sobre sus mejillas.

Yoongi llevó su pálida mano hasta su mejilla y con su dedo pulgar dio unas suaves caricias, su pequeña nariz de botón se arrugo por la típica frialdad que tenían las manos del mayor.

— Bebé... — Susurró intentando despertarlo suavemente sin ningún sobresalto. — Bebé... — Comenzó a dejar pequeños besitos en su mejilla.

El pelirrosa soltó un pequeño gruñido, que más que gruñido se asemejaba al ronroneo de un gatito.

Yoongi soltó una pequeña risa y volvió a su tarea de dejarle besos pero esta vez por todo su suave rostro. Primero su mejilla, luego su frente, sus párpados y por último un suave y casto beso en sus abultados labios.

— Amor~ — Un beso más. — Ya — Otro. — Despierta — Uno más en el cual se quedó allí, con sus finos labios pegados a los del pequeño, para luego moverlos un poco, siendo correspondido vagamente por el chico que aún deseaba volver a dormir.

— Mhm, cinco minutos más — Habló contra sus labios, dejando un rápido pico y enterrando su rostro en la almohada.

— Mm... Está bien, te había preparado un increíble desayuno, pero creo que se lo daré a Holly — Hizo el amague de agarrar la bandeja pero rápidamente el menor se sentó cruzando sus piernas en forma de indio.

Yoongi rió levemente y se acercó al pelirrosa.

— Feliz cumpleaños, bebé.

Jimin no pudo evitar sonreír y envolver sus bracitos en la cintura del mayor por la diferencia de altura, estando él en la cama, y el mayor de pie.

— Gracias hyung — Respiró profundo y frotó su mejilla en el estómago del contrario.

— Te amo — Dejó un beso en su coronilla y dirigió una de sus manos a la barbilla de Jimin para levantarla y poder ver sus hermosos y achinados ojitos.

— Yo lo amo aún más — Le dedicó una amplia sonrisa y se giró hacia la bandeja. — Gracias por el desayuno...

— Todo por mi pequeño — Le devolvió la sonrisa y dejó un rápido beso en su mejilla. — Hazte a un lado.

Al instante el chico le hizo un espacio a su novio y colocó el desayuno al medio de ambos.

El pelirrosado tomó la taza color verde entre ambas manos y le dio un gran sorbo a su chocolate. Cuando bajó la taza, una macha marrón había quedado en su labio superior dejándole un tierno bigote de chocolate.

Yoongi rió y su corazón se estrujó por la ternura y el amor que ese chico le provocaba, siempre estaba allí, podía sentirse una mierda por dentro, llegar cansado del trabajo, tanto que sus ojos se cerraban y no veía las horas de que su cuerpo tocara la cama para así dormir y recuperar fuerzas para que al día siguente todo se repitiera. Estaba tan cansado, pero Jimin, Jimin era capaz de cambiar eso. Hasta la cosa mas simple como una sonrisa de ojitos cerrados o un suave beso en su mejilla le hacían ver lo suertudo que era al tener tan maravillosa persona consigo.

Una galleta con chispas lo sacó de su ensoñación, la cual el pelirrosa había extendido hacia él, mientras sus mejillas se encontraban infladas al haberse metido a la boca casi tres galletas juntas.

— Son para ti, cielo.

— Coma hyung, apuesto a que todavía no desayunó — Lo miró entrecerrando sus ojitos y levantando su pequeño dedo índice en forma de regaño.

«¿Cómo lo supo?» Pensó el mayor, a lo que no tuvo con qué rebatir y aceptó la galleta que su chico le ofrecía.

Luego de que Jimin terminara de desayunar y obligar a su hyung a que ingiriera algo, ambos se quedaron allí en la cama.

El menor envolvió sus brazos en el torso de su pareja y el contrario hizo lo mismo con su cintura.

— Gracias hyung, de verdad.

— Y eso no es todo — Sonrió mientras su mano de aventuraba dentro del pijama del menor, acariciando su espalda baja.

Rápidamente levantó su cabeza para poder mirarlo a los ojos. — ¿De verdad?

Yoongi apretó su agarre en la cintura del menor y en un rápido movimiento dejó al chico atrapado bajo su cuerpo.

— Jimin... Te amo y-

— Hyung... — Interrumpió.

— Shh, no me interrumpas — Jimin hizo un gesto de estar ofendido y colocó una mano en su pecho. Yoongi dejó un beso en sus labios y continuó con su planeado discurso. — Te amo, lo sabes ¿verdad? Te amo demasiado... No se que haría sin ti, sin tus sonrisas, sin tus berrinches, sin tus mimos... Quiero que estemos juntos por muchos años más y algún día... Si quieres... Adoptar niños, y... Creo que iré al grano — Dirigió su venosa mano hacia el bolsillo de su chaqueta y sacó la pequeña cajita azul que había guardado con anterioridad. — ¿Te gustaría pasar el resto de tus días con este idiota? — Su mirada reflejaba el mas puro amor, pero también miedo. Miedo de que Jimin no aceptara su propuesta, porque tal vez sí lo quería, pero no como para soportarlo todo una vida y tal vez...

— Sí.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por esa simple palabra, una simple palabra que envolvía millones de momentos y felicidad a un futuro. Una palabra que fue dicha entre sollozos de felicidad y ojos brillosos.

Los delgados brazos de Yoongi se envolvieron en la cintura de su pequeño y los de Jimin en su cuello, ambos aferrados al otro, casi esperando fusionarse por tantos sentimientos encontrados que hacían acelerar sus corazones de felicidad, gozo, y tantas emociones a las que no le podían poner un nombre. Sólo supieron que harían hasta lo imposible para sentirlas por siempre.

°°°°

Espero les haya gustado, fue una idea que tuve, algo como un "regalo" por el cumpleños de este bebito, pero me atrasé un poco xD

~Gracias por leer~

×Berry×

╰ JiMinnie Day + yoonmin os ╮Where stories live. Discover now