¿Qué pasa?

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Mara, estudiante de 20 años, está sentada en su habitación mientras lee un artículo sobre los estigmas. Su madre Loretta, de 58 años, se encuentra en la cocina mientras prepara un biberón de leche y guarda juguetes en una pañalera. Paula, hermana de Mara, está jugando con su hijo Matías mientras termina de cambiarlo. Ésta pequeña familia se prepara para salir a distraerse y divertirse un rato, sin embargo, será una noche diferente a las demás.

- ¿A dónde iremos hoy? – pregunta Mara

- Al cine, quiero disfrutar de palomitas mientras veo una película – responde Loretta

- Pero puedes ver una película aquí en casa. Además, no me gustaría llevar a Matías a un lugar con mucha gente. Podría contagiarse de algo – dice Paula

- Miren, yo decidiré que hacer ésta noche. Si tanto te preocupa el niño, podemos pedir una niñera, pero quiero ir al cine ya que hace mucho que no me divierto viendo una película.

- Bueno, llevémoslo pero yo elijo la próxima semana que hacer

Todos salen de su casa y se dirigen al nuevo cine que abrieron en la ciudad. Es un lugar muy grande, pero al ser las 10 pm, no hay mucha gente. Solo hay tres funciones, así que eligen la más cercana a la hora. Deciden ver una película de comedia y le dan el biberón a Matías para que se duerma y no moleste a las personas con su llanto. Compran dos cajas de palomitas y dos sodas para compartir. El bebé ya está medio dormido y pueden disfrutar de la función. Mara se acaba una de las sodas a mitad de la película, así que decide ir a la dulcería por otra. Mira los precios y piensa que es mucho dinero para una simple bebida, así que sale a una tienda pequeña que está cerca del lugar para comprarse una botella de 600 ml.

Vuelve al cine y trata de esconderse de los empleados para que no le quiten su soda. Entra a diversas salas solitarias pero no encuentra ninguna puerta que la lleve a su función. Después de unos minutos, mira el número de su sala y entra cautelosamente. No había tantos trabajadores así que pudo ver detenidamente algunas partes: se dio cuenta de que abrieron una sección de enfermería en una de las últimas salas y que solo había cuatro baños para el enorme lugar, ella piensa que crearon el cine erróneamente y sin pensar en la cantidad de gente que va a los sanitarios cuando hay muchas películas en horas parecidas.

Todo está tranquilo pero de tanto beber, Mara tiene ganas de ir al baño. Ya que recorrió el lugar anteriormente, sabe dónde ir. Entra al baño de mujeres y mira que hay un desastre. Están todos los baños vomitados y llenos de sangre. Cuatro personas están ahí y una empleada, nadie sabe qué pasó y Mara siente un escalofrío recorrer su cuerpo.

- Pasen al baño de hombres, cerraré este lugar para limpiarlo profundamente – dice la empleada

Las chicas salen del baño y están a punto de entrar al de hombres pero salen dos chicos de ahí.

- No entren, hay sangre y vómito. No se puede ni caminar – dice uno de ellos

Todos se miran con los ojos abiertos, empiezan a tener miedo y preocupación. Nadie sabe que sucede y les eriza la piel una alarma que comienza a sonar hasta ensordecer. Una voz llena el lugar:

- De manera silenciosa y tranquila, diríjanse a la sala 17. Por favor, vayan a la sala 17

La empleada sale del baño y los apresura. Todos están nerviosos, algunos sudan y dos chicas lloran. Mara tiene muchísimo miedo, espera ver a su familia en la sala a donde los dirigen. Un hombre le pregunta a la trabajadora qué es lo que sucede, pero ella tampoco lo sabe.

Llegan a la zona y están cincuenta personas y dos bebés. Mara escucha el llanto de Matías y corre hacia él. Loretta está muy nerviosa y necesita de sus pastillas, las cuales dejó en la pañalera del niño junto con los juguetes y medio biberón de leche sin terminar. Necesitan regresar a la sala por la pañalera pero los empleados no dejan salir a nadie de la sala.

- ¡Exigimos saber lo que sucede! – dice un hombre de unos cuarenta años

- Tranquilos, no estamos seguros de que pasa, pero creemos que un hombre está armado – responde un empleado y la gente comienza a gritar y llorar

- ¡Llamen a la policía! – Grita una mujer

- Ya lo hicimos, pero dicen que tardaran media hora en venir. Mientras tanto, debemos permanecer aquí

- Podemos atacar al hombre – dice un chico

- Pero alguien puede morir – le responde una señora

- ¡Nadie matará a Henry! – grita una mujer y todos se callan

- ¿Quién?  

El hombre enfermoWhere stories live. Discover now