Capítulo 1. El Infausto Cazador (Parte dos)

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Sistema Solar, Órbita de la Tierra. 18:02 (Hora terrestre).



Kelso abrió los ojos una y otra vez hasta poder reconocer lo que había a su alrededor y la pequeña luz que estaba frente a su rostro. -«Vaya golpe que me dio...» -, pensó. Posterior a eso se levantó, pasando su mano derecha a su sien, sintiendo dolor con sólo rozar sus dedos. Luego giró su rostro a la derecha, logrando ver el casco que siempre solía utilizar con una grieta de derecha a izquierda en su visor.

-Me tenías preocupado -dijo Eros, trás verificar que su guardián haya despertado sin problemas graves.

-¿Dónde está el caído? -preguntó.

No había nada más importante que la información que tenía dicha criatura y, para su desgracia, la respuesta de su espectro fue negativa.

-Tuve que dejarlo ir -respondió.

Kelso negó variadas veces con la cabeza, pues cabía la posibilidad de que su espectro lo hubiese liberado a propósito, para que él no se siguiera inclinando al lado contrario del Viajero. Ahora se quedarían sin la otra mitad de la información que cuidaban, y técnicamente eso no sería de mucha ayuda en la Torre.

-Necesitamos buscarlo y encontrarlo -indicó el guardián.

-No es necesario todo eso, sabemos de una amenaza y tenemos que informar a las Vanguardias de inmediato -replicó su espectro.

Kelso se levantó haciendo a un lado a su compañero, se acercó al asiento de piloto de su nave y tomó los controles. Tres pantallas frente a él se encendieron mostrando así las imágenes del exterior. Contempló como si hubiese sido la primera vez, los satélites destruídos y la chatarra espacial que adornaban la órbita de la Tierra.

-¿Qué tal si el espectro llevaba viajando por años consecutivos sólo para informar de la amenaza de Orix? -insistió el cazador - No quiero molestar a las Vanguardias con información atrasada y obsoleta, mucho menos perder mi tiempo -se quejó.

Eros no dijo nada más, no habían palabras o forma sobre el Sistema solar que le ayudara a quitar lo necio a su guardián. Lo único que hacía en esos momentos era simplemente seguir sus órdenes hasta que sus necesidades hayan sido saciadas.

-Venus -susurró el espectro -. El caído está en Venus.

Después de que Kelso escuchó a su espectro, el mismo desapareció para tratar de dejar solo a su guardián; no quería acalorar aún más las cosas.
El cazador ingresó las coordenadas y realizaron un salto que los llevó directo al planeta deseado.

-¿Puedes ser un poco más específico con la información? -preguntó el cazador, dirigiendo la nave a la órbita del planeta.

Un mapa con la localización triangulada apareció en una de las pantallas de la nave, mas la voz del espectro no se volvió a escuchar.

Kelso suspiró pesadamente, su compañero se había "alejado" de él para que se calmara un poco. Oh, como el guardián odiaba cuando hacía eso.

-Lamento haberte hablado mal, ¿si? -se disculpó mirando el techo de la nave -. Sabes mejor que nadie que no me gustan las cosas inconclusas.

El espectro volvió a hacer su aparición, en las pocas formas de expresión que podía mostrar, no denotaba si se encontraba en calma, feliz o triste; más bien enojado, molesto y frustrado.

-Recibiré esa disculpa, pero los dos sabemos que no sólo por eso te encuentras así -comentó, sin siquiera dirigirle el único ojo que disponía.

-Allá vamos otra vez... -murmuró Kelso, pero sabía a la perfección que tenía razón.

-No lo dejé ir porque quisiera, tuve que hacerlo para que no murieras -aclaró y en esa ocasión lo vio, completamente preocupado.

Destiny: The JourneyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora