Capítulo 11.- Perdón

263 38 1
                                    

Estaba saliendo de clases, cuando el se acercó a mi—. Hola Isis.

—Hola Luis —lo saludé, por respeto solamente pero deseaba alejarme de él—. Tengo que irme —añadí alejándome en dirección a mi casillero, para sacar los cuadernos de matemáticas, ya que nos habían dado una tarea de esa materia.

—Espera, te quería pedir perdón por lo que paso en la mañana, no quería lastimarte —habló sujetando mi brazo derecho para detenerme.

—Ya no hay problema, no es la primera vez que me pasa algo así, a veces se crean esas heridas mientras duermo, ya estoy acostumbrada —le respondí soltándome.

—Aún así, te ofrezco que vengas a almorzar a mi casa mañana —habló siguiéndome.

—No creo que me den permiso —expliqué, cuando llegué a mi casillero.

—Si vas acompañada por otra compañera de ahí, te van a dejar, lo se, el mejor amigo de mi hermano mayor, esta en el mismo orfanato —terminó de decir, por un momento me quede congelada, era increíble que supiera en que orfanato estaba.

—Igual no creó que... —quise continuar pero la voz de Evelyn me detuvo.

—¿Igual no crees que Isis? —preguntó ella llegando al lugar.

—Que la quería invitar a comer a mi casa mañana, como forma de disculparme por causar que se lastimará más temprano —respondió Luis—. Pero no quiere aceptar Evelyn.

—Un momento, ¿como sabe el nombre de mi hermana?

—A, entonces fuiste tu de quien me habló en el recreó —dijo con una voz medio coqueta—. Bueno ella va a ir, yo me encargaré de que asi sea Luis, hasta luego —le respondió.

—Hasta luego Evelyn gracias, y nos vemos pronto Isis —se despidió alegré antes de salir.

—¡Por que hiciste eso Evelyn! —le grité cuando logré reaccionar—. No quiero que se me acerqué es muy raro, y no dejaba de mirarme, seguro estaba pensando en como lastimarme.

—No es el fin del mundo, y cualquiera que te vea se va a quedar mirándote, tu no eres una más, tu eres diferente, tu eres especial, en cambió yo soy una más entre la multitud —habló rápidamente—. Y no te va a querer hacer daño, lo conozco no es mal chico.

—Igual, no me agrada la idea —me quejé nuevamente volteando a mi casillero para no mirarla

—Iré contigo si eso te hace sentir más cómoda.

—Esta bien —dije resignada, no quería pelearme con ella, era mi única amistad aquí después de todo, y tal vez la única amiga que había tenido en varios años.

Un Mundo Mágico.- Los Orígenes De IsisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora