El día después.

Start from the beginning
                                    

- ¡No te quiero!

De repente se me acerca enfurecido, me coloca una mano en la parte baja de la espalda y me acerca a él bruscamente, y con la otra me acaricia los labios. Está tan cerca que me tiemblan las piernas, literalmente.

- Mirame a los ojos y dime que no me quieres. - me susurra al oído, y después me roza los labios con los suyos.

- Pues claro que te quiero. - murmuro. - Pero no puede ser, Eric.

Mi mano se mueve sola, y le acaricia la cara sin mi permiso. No puedo dejar de mirarlo. Tiene una carita de bebé desconsolado que me rompe el corazón, pero no. No puede ser y ambos lo sabemos.

- Pero... ¿por qué?

- Porque siempre nos hacemos daño, siempre. Lo queramos o no. Y el hecho de que tú me dejaras solo porque Jaco te lo dijo demuestra que ninguno de los dos estamos preparados para estar juntos.

- No solo rompí contigo por eso, también fue porque creía que no era justo para ti estar al lado de una persona como yo. Y, en todo caso, lo que demuestra es que no estábamos preparados, pero ahora sí, al menos yo.

Pienso en lo que dice, igual tiene razón... Él sigue hablando. Está desesperado.

- Es por eso por lo que quiero contarlo.

- El qué y a quién.

- Que estamos juntos. A nuestros padres.

Definitivamente Eric Durán ha perdido la cabeza.

- Se te ha ido la pinza. - me suelto bruscamente de su abrazo y le empujo. - ¡Si ya era difícil sin que ellos lo supieran imaginate si lo saben! Estás loco.

- Por ti. No aguanto más esta situación, no entiendo por qué no podemos estar juntos si nos queremos.

- Porque eres un Durán y yo una Quintana.

- ¡Oh, por dios, me importa una mierda! - noto como se siente. No para de pasarse las manos por el pelo nervioso, frustado y enfurecido. - Estás sonando igual que Jacobo cuando vino a coaccionarme.

- ¡No te creas que te quiero menos o peor por ser un Durán, o que no quiero estar contigo solo por un apellido, Eric! ¡Es el simple hecho de que si se descubre será el final definitivo, joder!

Yo también me siento frustada, estoy destrozada, y esta conversación/discusión no lo arregla.

- ¡Pero te cuidaré! - Ah, asique a eso se refería.

- ¿¡Cómo!? ¿¡Como de la última vez!? ¡Esa última vez en la que rompiste conmigo!

- ¡Pero quieres dejar eso ya, ya te lo he explicado, joder!

- ¡No, no quería dejarlo precisamente!

- ¡Ruth, ya te he explicado todo! ¿¡Qué es lo que no entiendes!?

- ¡¡No entiendo por qué fuiste tan cobarde!!

- ¡Porque soy un inseguro de mierda! ¡Porque no valgo nada, y por eso rompí contigo! ¡Porque no pensaba que fuera el chico que tú necesitabas!

- Te repites, colega. - dejo de gritar. No tengo fuerzas. Pero el sigue, está fuera de sí, demasiado frustado.

- ¡Me haces repetirme!

Se pone a dar vueltas sobre si mismo, y pasándose las manos por el pelo. Me está poniendo de los nervios. Está pensando en algo. Yo me apoyo con las manos hacia atrás sobre una de las mesas de la cafetería, sin dejar de mirarlo.

- Para ya, por favor. - Suspiro, cansada.

Y sin darme cuenta, en menos de un segundo, Eric me está besando. Es un beso diferente, complicado, lleno de frustación. Está enfurecido, y me cuesta llevarle el ritmo al principio, pero enseguida me adapto. Me agarra de las piernas y me sube a la mesa, en cinco segundos estoy sin camiseta. En la cafeteria no me siento muy cómoda, y él debe notarlo porque, cuando enrosco mis piernas en su cintura, él me levanta, y me lleva de nuevo al gimnasio. Me sienta en la mesa del profesor, y empieza a meterme mano. Está desatado, y yo ahora mismo también. Pero de repente se para. Se separa de mi completamente y me tiende su ropa, que estaba en el suelo desde que nos despertamos.

- Póntela, voy a darme una ducha.

No me mira, y lo prefiero. Me pongo su ropa y mis pantalones y él se va del gimnasio bastante abatido. No sé que le pasa. Cuando me calmo me doy cuenta de yo también debería ir a ducharme, pero con él. Que le den a todo, no puede hacer eso y después dejarme así. Llego a los vestuarios, donde están las duchas. Me visto y armo de valor y corro la cortina de la ducha donde está Eric.

- Eres un capullo. ¿¡A qué ha venido eso!?

- Lo siento, me dejé llevar.

- Quiero hacerlo otra vez.

- Me da igual, no va a pasar.

- ¿Desde cuando no quieres hacerlo?

- ¡Es que no lo entiendes! ¡Claro que quiero hacerlo! ¡Pero no quiero que mañana pienses que fue un error, o que he sido un capullo que se aprovechó de ti! ¡No quiero ser para ti lo que fuí para otras tías!

- ¿Cuál es la diferencia?

- ¡¡Que estoy jodidamente enamorado de ti!! ¡Si ya te lo he...

Me meto en la ducha corriendo. Lo interrumpo besándole y se que una corriente eléctrica recorre su cuerpo. También recorre el mío. Joder, yo también estoy enamorada de él. Nos separamos, toda mi ropa está empapada.

- Me lo pensaré, a lo largo del día le daré unas vueltas, ¿vale?

- ¿A que?

- A esto, a lo nuestro.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Oct 15, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

The Outsider. (El rebelde)Where stories live. Discover now