BUNNY & LION ✾ KOOKMIN

U N I Q U E

El pequeño leoncito sabía que su mejor amigo sufría cada vez que alguien lo rechazaba... Monnie no tenía muchos amigos en los alrededores del orfanato, usualmente era el rechazado. Jiminie manejaba aquello, por eso, siempre quiso ser el mejor amigo de Namjoon y nunca abandonarlo o cambiarlo por alguien; porque los dos se amaban y se necesitaban con la misma intensidad. ¡Su deber era proteger a su manada y su manada era Namjoon! Monnie era su lobo alfa...

— ¡Claro que no, bobo! —Puchereó mientras se acercaba con resentimiento al moreno, abrazándolo fuertemente—, sabes que jamás te cambiaría por otra persona, soy un lindo leoncito fiel.

El mayor sonrió, de verdad admiraba mucho a su mejor amigo, desde que lo vio entrar aquella vez por el orfanato decidió hacerse su amigo; porque no había nadie que pudiese resistirse al pequeño Jiminie. Incluso las señoras que hacían limpieza en el orfanato y luego se iban, traían galletas a escondidas para poder dárselas a Jimin y luego este se las obsequiaba a Namjoon, porque siempre decía "eres mi manada y mejor amigo, debo cuidar de ti"

— ¿Me lo prometes? —El pequeño lobo alzó su dedo meñique, haciendo un ademán de que debían entrelazarlos para mantener la promesa siempre entre sus manos—. ¡Tienes que prometerlo, Jiminie!

El leoncito hizo un lindo puchero—: ¡Prometo siempre ser tu amigo, Monnie, nunca te abandonaré por nadie!

Los dos niños se fundieron en un dulce y cálido abrazo, haciendo que unas sonrisas aparecieran en sus rostros, se amaban tanto que no podían explicar la docena de sentimientos que habitaban en ellos. Solían hacer cada actividad juntos, desde bañarse hasta corretear por todo el patio hasta enlodarse juntos; fue un día, en la mañana, que Namjoon descubrió mientras se bañaban que su leoncito cantaba de maravilla, incluso, le pidió que le diera un concierto, agregando que iba a pagar su ticket. Jiminie asintió emocionado pero luego dijo que el Lobito no tenía nada que pagar, todos los conciertos eran gratis solo para él.

El olor gatuno entró en sus fosas nasales, haciendo que la cola de Namjoon se alzara y se moviera de un lado hacia otro, era Min Yoongi, uno de los cuántos gatitos que habitaban en el orfanato; él de verdad era un gatito muy gruñón, usualmente se lamía sus patitas enfrente de ellos y los miraba con mucho recelo.

Decían por ahí que Yoongi gustaba de Namjoon...

— ¡Gatito! —Exclamó con emoción Jiminie al ver aquel albino gatito que mantenía sus orejitas alzadas con orgullo, si bien, Jimin sentía una especie de debilidad ante aquel orgulloso gatito... era como tener una mala madre en casa.

— ¡Ya han venido los nuevos niños! —El gatito había sonreído emocionado, dejando a la vista sus lindas encías rojas... los dos niños se extrañaron al verlo sonreír con cierta emoción que nunca habían visto—: ¿ya se han bañado? —Rápidamente intentó cambiar de tema, haciendo que los dos niños se asustaran ante aquella pregunta.

¡Yoongi era mayor que ellos y a veces los protegía mucho! Más de lo necesario, incluso.

— ¡Yo sí, hyung, el que no lo ha hecho es Jiminie! —Exclamó con rapidez Namjoon, empujando al leoncito hacia las garras del gato, la traición que le había dado su mejor amigo hizo que sus orejitas se bajaran con temor y se acercara lentamente hacia su mayor—: ¿le dará un baño, hyung?

— ¡Claro, no dejaré que un bebé como él se presente ante los nuevos niños con un feo olor! —La piel de Jimin se erizó al escuchar aquella afirmación y comenzó a llorar falsamente con fuerza, exigiendo ser soltado, pero ya había sido atrapado por las garras de Yoongi.

Sintió como la lengua rasposa de su hyung pasaba por sus mejillas, limpiándolo, gruñó al sentir como aquella lenguita le estaba haciendo daño, pero luego empezó a relajarse. La lengua de Yoongi comenzó a pasar por los cabellos rubios del leoncito, haciéndolo sonreír ampliamente, aunque a veces se hiciese el que no le gustaba... en el fondo tenía que admitir que amaba como su hyung le daba aquel baño tan peculiar. Eso ya era normal entre ellos.