- Que el señor te bendiga, hermano –Me dijo el muchacho, luego de finalizado el sermón, tendiendo su mano para saludarme, apretando la mía bien fuerte.
Entonces una excitación recorrió todo mi cuerpo
Mientras cada uno de mis órganos reaccionó por causa del chispazo
Que sentí
Dos segundos
Es lo máximo que tarda nuestro semanal apretón de manos
Pero en mis sueños
Esa mano
Desabrocha cada uno de los botones de mi camisa
Baja el cierre de mis pantalones
Y me hace cosas que nunca haría la mano de un ''hermano'' de la congregación.
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Nuevas Sensaciones
PoetrySon muchas las sensaciones que se dejan sentir. Son pocas las personas que logran describir exactamente una sensacion. Pero son muchas las oportunidades que tenemos para tratar de volver a sentirlas e intentar comprenderlas. He aqui mi intento, la o...