Situaciones problemáticas

Un domingo tenso, romántico y prendido

Hola guapas y guapos, gracias por entrar aquí. Hoy les traigo un capítulo extra de una historia, que supongo, daban por terminada. Debo reconocer que cuando terminé esta historia, siempre me quedó una espina que me molestaba y me recordaba que el fic tenía un final abierto.

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Capítulo dedicado a:  Dalila312, gracias por decir en tu comentario: "Espero que siga" , la inspiración llegó y aquí estoy.

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Capítulo 3.- Un domingo tenso, romántico y prendido.

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El sol había salido hace horas en Sunagakure, poco a poco se comenzaba a ver gente por las calles, ya que al ser día domingo todo era más lento. En la mansión del Kazekage, la mañana recién comenzaba, específicamente en una de habitación, donde cierta rubia había terminado de acicalarse.

—Shikamaru, Shikamaru, despierta...—Temari remeció al estratega, quien yacía profundamente dormido en la cama de ésta—, vamos no seas vago, despierta.

—Por favor, mujer —susurró, el pelinegro, tapándose la cara con la sábana—, déjame dormir un rato más, es domingo.

—Si quieres puedes dormir después, pero ahora hay que ir a desayunar—espetó, la rubia, destapando al moreno—. Por la hora que es, Gaara ya debe haber bajado al comedor, y tiene que estar esperándonos. Tú sabes que él es muy protocolar para todo.

—Dile que me disculpe —murmuró entre dientes, el pelinegro, buscando la sábana con la mano, y dando con ésta, para luego volver a taparse—, que estoy indispuesto.

—¡Nooo!, no puedo decirle eso —exclamó, la rubia, algo complicada—, me preguntará si estás enfermo.

Shikamaru destapó su rostro y miró a la mujer enarcando una ceja.

—Problemática —sonrió de lado, el estratega, mirándola a los ojos —, cuando digo indispuesto, es que ando con resaca. Tu mente pervertida voló muy lejos.

—Mi mente debe estar atenta a lo que puede decir Kankuro, sería darle alas para que comience a molestarme.

—Ustedes nunca dejarán de reñir, ¿cierto? —el moreno se desperezó y volvió a cerrar los ojos.

—Ya, Shikamaru, levántate y ve a bañarte.

—Está bien, mujer —musitó, el pelinegro, mirándola de pies a cabeza—. Vaya, tú ya estás lista.

—Por supuesto, sólo faltas tú —sonrió altanera, Temari.

—A ti te gusta ir siempre un paso adelante que yo —espetó fastidiado, el estratega.

—Ya, Shikamaru, déjate de charlar y ve a bañarte.

—Tsk, problemática —susurró fastidiado, el moreno—. Hey..., espera mujer, no te vayas, por favor, necesito una toalla.

La mujer quien ya estaba enfrente de la puerta, se giró sobre los talones y se devolvió hacia su guardarropa.

—Puedes ir también a buscar mi mochila que está en la otra habitación.

—Sí... ¿algo más? —habló, la rubia, enarcando una ceja.

—Mmm... creo que no, gracias.

—Iré por la mochila —espetó, la kunoichi, mientras salía de la habitación—, te la dejaré sobre la cama y de ahí bajaré.

—Entonces, me apuraré.