PERO, tampoco estaba orgullosa de lo que había logrado. Sabía que era buena, mas no me sentía con la confianza de llegar y decir "miren esto es lo que hago". En la U, un puñado muy cercano de mis amigos, sabía que realmente hacía eso, y que era muy buena. Ellos siempre me han apoyado, nunca me han juzgado, supongo que el problema siempre fui yo. 

El año que conocí a BTS (fue como con Wings), me despedí oficialmente del coloreado oficial (porque ya no tenía tiempo por la U, pero nunca dejé de dibujar). Comencé a leer, conocí a wattpad. Con mi otra cuenta le escribí por primera vez a Anto, porque me sentí personalmente identificada con algunas cosas de una de sus historia. 

Leí y leí. Ustedes no se imaginan cuando, no discriminaba, leía de todo.  Cosas buenas, cosas no tan buenas. Hasta que un día me quedé sin cosas sin leer. Justo en ese momento, se me ocurrió una idea que no había leído. 

¡Jungkook estilista de Jimin! 

Pensé en regalarsela a algún escritor, pero pensé que tampoco era una gran idea. Una de las cosas que practicamos en mi carrera es: 

"Al que se le ocurre, la hace..." 

Que se refiere a que si alguien propone algo, tiene que tomar la iniciativa de ser uno de los principales gestores y realizarlo. 

"Si quieres algo, tienes que hacerlo tu mismo" 

Juntamos ambas cosas, sólo había un camino. Escribirla yo misma. 

Ahora había un problema:

No quería que la gente que me siguiera por los coloreados o mis dibujos, leyera lo que escribía. Sí, ahí íbamos nuevamente, avergonzada de mis creaciones.  No quería ser leída por ser yo. Quería que me leyeran porque lo que escribía era interesante. 

Así que me creé una nueva cuenta y empecé de 0, en ese minuto nació "springkolors" no le dije nada a nadie y empecé a escribir. No paré de hacerlo. Yo nunca recomendé mis historias, nunca las comparti, nunca hice nada. No tengo idea como llegaron a leerme, pero gracias por hacerlo. 

Escribir se volvió una buena forma de crear cosas, y le agarré el gusto. Obviamente, no tenía idea de como hacerlo, así que improvisé, aprendí sobre la macha, etc. Perdón por ello. 

Comencé a escribir, volví a dibujar, mayoritariamente fanarts, pero no importaba era satisfactorio darle color a mis dibujos. Ya no eran trazos de otro artista, eran los míos. Comencé a crecer y a ganar confianza. 

Pero tenía miedo. Porque cuando creces, estás a la vista de mucha gente, y no toda la gente es amable, no toda la gente es paciente, no toda la gente es empática, hay gente que es una mierda y le da lo mismo hacer daño gratis. No quería exponerme a eso, ya me había expuesto con los coloreados y ahí me tenía mucha más fe que escribiendo. 

¡Pero ustedes son tan persistentes! ¡No me dejaron como una escritora más! 

Se dedicaron como locos a recomendar mis historias. Hasta el punto que le tuve que decir a mi novia que comencé a escribir, no le dije mi cuenta, pero no se demoró en encontrarme y leerme a escondida. Es mi mejor amiga desde los 12 y ahora tenemos 21, me conoce muy bien.

No quería que nadie se enterará que coloreaba o que escribía. No quería que mis mundos se cruzaran. 

Hasta que mi otro mundo se impuso como siempre. 

La universidad. 

Para los que aún no lo sepan, estudio diseño gráfico, voy en mi cuarto año, soy bastante buena en el diseño editorial.  A la cuenta he diagramado y diseñado 6 libros,  encuadernado más de 20 a mano, uno de ellos soy co-autora, porque me dediqué a ilustrar 30 microcuentos. Me va bastante bien, no he reprobado nada, lo doy todo, pero eso ya lo saben.  

Spring ThingsWhere stories live. Discover now