— Te llevo las maletas al carro — Stefan dice, y lo veo agarrar el equipaje que descansa cerca. Wendy le da las gracias a lo que Stefan le sonríe antes de empezar a caminar hacia la salida del café, llevándose consigo las maletas.

— Ve con Stefan. Yo tengo que hablar algo con Giselle — Chase dice, mirando a la pelirroja.

— ¿Te esperamos?

— No es necesario. Vine en mi carro.

— Bueno… Nos vemos luego, chicos.

Hannah, Gael y yo nos despedimos de ella al unísono y, cuando Wendy se marcha, Chase me toma de la mano y tira de mí para colocarme de pie. Juntos caminamos hasta llegar al inicio de la escaleras, donde se sitúa frente a mí.

— ¿Quieres que pase por ti mañana para irnos juntos a la escuela? — pregunta, aferrando sus manos a mi cadera para pegarme a su cuerpo.

— Bueno… siempre me voy con Hannah.

Chase se encoje de hombros.

— No importa. Ella también puede venir con nosotros  — resuelve simple y yo sonrío un poco.

¿A quién le importa si Wendy es su ex novia? Él ahora es mío y me basta con eso.

— De acuerdo — acepto a lo que Chase sonríe.

— Paso por ti mañana temprano — besa mi frente a lo que yo asiento y, sin más, se da la vuelta para alejarse y salir del café.

Dejo salir el aliento y me acerco de nuevo a los chicos.

— Oigan… yo, debo salir — digo, recordando de pronto la cita que tengo con la señora Boston. Cuando chequeo la hora en mi teléfono, noto que por suerte tengo tiempo para llegar. 

— ¿Adónde? ¿No quieres esperar el almuerzo? Mamá dijo que estaba casi listo.

Niego ante las palabras de Hannah.

— Tengo algo importante quehacer. Yo… vengo temprano. Si papá pregunta le dicen que salí de nuevo — digo, agarrando mi mochila.

Hannah y Gael asienten a la vez, y yo empiezo mi camino a la salida del café mientras me coloco el abrigo.

Busco en mi bolso la libreta donde he anotado la dirección de la señora Boston y, al encontrarla, la arranco y sigo mi camino hacia la parada de taxis.

❅ ❅ ❅

Cuando el taxi se detiene en la dirección que le he dado, empiezo mi camino hacia la casa antes de tocar la puerta.

La señora Boston vive un poco alejada del pueblo, lo único que hay cerca es nieve y árboles enormes.

En cuestión de segundos me abre una mujer alta, de tez súper clara y ojos azules intensos. Es hermosa, pero sus ojos se mantienen rojos e hinchados, y su nariz está dilatada y de rojo escarlata, una clara señal de que ha estado llorando.

— Hola. Buenos tardes — saludo, adoptando una posición profesional para seguir cubriendo mi mentira —. Gigi Dixon — me presento, estirando mi mano en su dirección.

— Valerie Boston.

Me acepta y me da espacio para entrar.

— Me sorprende que sea tan puntual — comenta, cerrando la puerta y haciendo una seña para que la acompañe hacia la sala —. Y me esperaba a alguien… de más edad.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]حيث تعيش القصص. اكتشف الآن