De cero a cuatro.

7.4K 666 131
                                    

Victor Nikiforov tenía cuatro años cuando visitó un hospital por primera vez -para él haber nacido e ir con su pediatra de vez en cuando no contaba como una visita, claro-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Victor Nikiforov tenía cuatro años cuando visitó un hospital por primera vez -para él haber nacido e ir con su pediatra de vez en cuando no contaba como una visita, claro-. Se encontraba allí debido a una caída que sufrió mientras jugaba con su mejor amigo en el patio trasero, no había sucedido nada grave sin embargo su madre había insistido en llevarlo, muy a su pesar.

Balanceaba sus piernitas con grasa de bebé en la silla mientras esperaba pacientemente con su madre al lado el atendidos por su pediatra, un joven médico con alegre sonrisa. Su mente vagaba en la idea de pedirle a sus padres un perrito, justo como el que había visto en un comercial de televisión hace unos días.

—¿Mami? —preguntó levantando su mirada azulada a los ojos castaños de su madre.

Él siempre creyó que su madre era la mujer más hermosa que haya visto, su mirada cálida lo hacía sentir protegido y en casa.

—¿Si, mi niño? —sus cabellos platinados fueron acariciados con cariño.

—¿Puedo tener un perrito? ¡Prometo cuidarlo bien!

Para su madre le era muy difícil negarle las cosas a su pequeño hijo, a pesar de ello respondió:

—Lo hablaremos en casa.

De pronto su madre fue llamada por la recepcionista, Victor no sabía que estaba diciéndole aquella mujer de mediana edad, supuso que no era nada grave pues vió como su madre sonreía haciendo ademanes con la mano restándole importancia al asunto.

Cuando su mami estuvo a su lado no tardó en preguntarle que sucedía a lo que su madre informó con su típica voz calmada:

—Tu pediatra no podrá atendernos ahora, lo hará otro doctor.

—¿Por qué? —frunció su ceño. No le agradaba la idea de no ser revisado por otro doctor pues el suyo siempre le daba una paleta de caramelo por haber sido un niño valiente.

—Acaba de nacer un bebé y debe verificar que se encuentre bien; no te preocupes, cielo, el doctor que atenderá es igual de bueno y estudiado que el doctor Morooka.

A Victor poco le importaba eso los títulos que tuviese, él quería su paleta después de su consulta.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Al otro lado del hilo |Victuri|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora