I

4.8K 893 302
                                    

El primer mejor amigo nunca se olvida.

Conocí a Irina en primer grado de primaria, era un año y medio mayor porque la habían hecho recursar por motivos que nunca reveló. Recorría todo con unos ojos enormes como si buscara algo, o alguien. Me daba pena verla tan sola en los recreos, pero no me atrevía a acercarme. Sabía que me observaba a la entrada cuando me despedía con un abrazo de mi madre, a veces le devolvía la sonrisa cuando nuestras miradas se cruzaban durante las clases.

Fue ella quien dio el primer paso aquella mañana antes de que la maestra entrara al salón.

—Eres como una princesa —fue su presentación con una imperceptible sonrisa—, ¿sabes cómo siguen los cuentos de hadas? —No esperó mi respuesta—. La princesa sufre un infierno antes de encontrar su felices por siempre.

Dos gotas carmesíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora