-Jack, yo quiero encontrarla tanto como los guardianes y como tu, pero, recuerda que también debemos cuidar a los niños, si ellos dejan de creer, no podremos seguir ayudándote- Conejo intentaba que Jack entrara el razón-.

Frost suspiró pesadamente, sabia que Conejo tenia razón.

-Lo siento- Jack bajó la mirada- es sólo que no puedo vivir tranquilo sabiendo que ella está con Pitch-.

Jack accedió a volver con los guardianes, para así, juntos hallar la manera de encontrar a Enid.


~Había pasado una semana y Enid, por fin se armó de valor, tomó su guitarra y se dirigió hacia Pitch~

-Iré a tocar- avisó con voz tenue-.

-Estas a prueba- la miró severo-, te  advierto que mis pesadillas te seguirán y al mínimo intento de escapar tienen ordenes de asesinarte ahí mismo- desvió la mirada, por algún motivo no pudo decirle eso viéndola a la cara-.

Enid hizo un esfuerzo sobrehumano para no mostrar expresión, pero tragó saliva, tenia una mezcla de sentimientos, hacia ya diez meses que vivía sumergida en oscuridad. Respiró hondo y tomando un abrigo salió en compañía de Nero...

...Al salir... la luz lastimaba sus ojos café, los rayos tenues del atardecer se reflejaban en la piel pálida casi gris de Enid como si de un espejo se tratara. Una vez que sus ojos se acostumbraron a la luz miró a su alrededor, era un bosque cubierto por nieve en su totalidad, podia ver su aliento a forma de vapor, habia olvidado el aroma de la nieve y el color real del cielo, sintió como un sentimiento extraño la invadia, pero ya habia llegado hasta ahi, no podia retroceder; Enid montó el lomo de Nero, despegaron en un casi irreal vuelo, ella se maravilló con el paisaje por quince minutos que fué lo que tardó en llegar volando al pueblo.

Nero aterrizó en un callejón de los que rodeaban el centro de ese pueblo, Enid sintió una combinación de ansias y nervios que la invadían, volteó a ver a Nero; él la empujó suavemente con la cabeza para darle valor. Cerrando sus ojos y respirando hondo, sin pensarlo dió un paso tras otro, abrió sus ojos y avanzó hasta quedar frente a una fuente, abrió el estuche de su guitarra y se paralizó al notar que los habitantes de ese lugar la veían con atención y, cómo no hacerlo, ella era diferente a todos los pueblerinos, tenia un largo cabello café tan oscuro que parecía negro, piel tan blanca que podía brillar como la nieve o el hielo más escarchado, tenia ojos grandes y un rostro fino, era muy delgada, casi enfermiza...

...Enid rompió ese incomodo momento con un acorde, los habitantes parpadearon y se embriagaron con ese acorde, Enid no esperó más y cantó una canción.

Al terminar guardó su guitarra y huyó hacia el callejon, sólo se escuchaban aplausos. Al despegar en el lomo de Nero sonrió, se sintió viva, después de tanto, sintió esa bella sensación al cantar.

Pitch caminaba de un lado a otro, como animal enjaulado, por alguna razón el no tener a Enid cerca lo ponía ansioso, sintió un miedo que lo volvía loco y no tanto por sentirlo, si no, porque el no debía sentirlo, él era el AMO y SEÑOR de la oscuridad y pesadillas, él provocaba miedo, no lo sentía; golpeó la pared y, antes de dar otro golpe escuchó llegar a Enid, lo que hizo que de inmediato recobrara la compostura.

Enid entró a la habitación que podría ser un tipo de sala sombría y lúgubre.

-¿Y?, ¿Qué tal tu pequeña y ridícula aventura?- Preguntó sarcástico, pero al voltear a ver a Enid quedó paralizado-.

-¡Fue asombroso!- dijo ella con una angelical sonrisa, la cual Pitch nunca había visto-.

Enmudecido sintió una opresión en el pecho; verla así le erizó la piel, pero se obligó a tomar la compostura.

Leyenda de un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora