Me quedo sumergida en mis pensamientos hasta que vuelve a aparecer, tocando mi hombro para llamar mi atención.

— Voy a ir a casa de Dove y Donovan — dice una vez que estoy de pie y caminamos afuera de la biblioteca.

— ¿Vas a decirme todo de una vez?

— Voy a ir a casa de Dove y Donovan — repite. Arqueo una ceja.

— Eso es en el pueblo de al lado. — Expongo, como si él no lo supiera.

— Una hora en carro. Cuarenta minutos si no hay trafico — expone, deteniendo sus pasos para verme.

— Solo quiero que me digas de una vez qué mierda tiene que…

— ¿Vienes conmigo o no? — Me interrumpe, viéndose fastidiado de pronto.

— No pienso ir a ningún lado contigo. — Me cruzo de brazos.

Douglas se encoje de hombros.

— Como quieras. — Canturrea, dándose media vuelta para empezar a alejarse. Aprieto la mandíbula y lo miro fijamente. ¿Qué mierda le pasa? ¿A qué mierda juega?

Dejo salir el aliento y busco mi teléfono antes de mandarle un mensaje a Hannah, avisándole con quién estoy y adónde voy.

— ¡Douglas! — Lo llamo en un grito. El chico se gira para mirarme y arquea una ceja. Dejo salir el aire y camino hacia él —. Voy contigo.

— Sabía que eres inteligente. — Me guiña un ojo antes de guiar mi camino hacia su auto rojo aparcado cerca —. Todo valdrá la pena, Giselle — asegura, sin dejar de sonreír, burlón.

— Acabemos con esto de una vez. — Refunfuño, abriendo la puerta del copiloto antes de treparme en los asientos.

❅ ❅ ❅


Cuando Douglas aparca el auto frente a casa de los hermanos Whittmore, me apresuro a bajar. Él, por su parte, se toma su tiempo para descender del vehículo y, una vez que está a mi lado, me hace una seña con la cabeza para que nos adentremos a la casa.

Lo miro con desconfianza, pero no me queda de otra que seguirlo. Se escuchan voces en el interior de la casa y, una vez que estamos en la sala, soy blanco de la mirada de todos los presentes.

— ¿Giselle? — Donovan se ve sorprendido, pero emboza una sonrisa antes de acercarse para darme un apretón de mano como saludo —. Que sorpresa verte aquí. ¿Cómo estás?

— Bien. — Fuerzo una sonrisa y miro a Dove y a Mary, ambas me miran como si fuese un bicho raro. Es extraño.

— ¿Qué haces aquí?

— Yo la invité — Douglas responde por mí la pregunta de Donovan, y camina hacia Mary antes de dejar un beso en la cima de su cabeza.

— ¿Y eso que solo te dio por invitarla a ella? — Dove pregunta, extrañada.

— Es domingo. — Douglas se encoje de hombros, simple, como si eso fuera suficiente explicación.

— Basta de todo esto, Douglas. Vamos al grano — pido, viendo al mencionado tomar asiento junto a su novia —. Habla claro de una maldita vez.

— ¿Qué planeas? — Mary pregunta, divertida, viendo a su novio con los ojos entrecerrados, como si estuviese desconfiando.

— Revelar los secretos de Los hermanos Lachowshi — Douglas tararea, sin dejar de verme, sonriente.

— No creo que sea buena idea — Donovan expone, cruzando los brazos a la altura del pecho.

— ¿Por qué no? — Pregunta divertido, levantando una ceja.

— Porque no es asunto tuyo darle esa información — de pronto, la voz de Stefan desde algún lugar se hace escuchar. Frunzo el ceño y lo busco con la mirada. Está apoyado en una pared, de brazos cruzados, y me mira de forma fija — ¿Qué haces aquí? — Me pregunta, en tono bajo, y empieza su camino para acercarse a mí. Me quedo en silencio hasta que lo tengo al frente, viéndome de manera fija.

— Douglas dejó una nota en mi habitación. Dice que tiene información sobre los asesinatos y el por qué tú tienes relación con todos ellos. — Explico, sin apartar mi mirada de la suya. Veo a Stefan cerrar los ojos por un corto segundo, como si se estuviese conteniendo, y luego se gira para encarar a Douglas.

— ¿A ti qué mierda te pasa? — Pregunta, serio — Giselle es la novia de mi hermano, esto no es asunto tuyo, es él el que debe explicarle todo, y si no lo ha hecho aún es porque tiene sus motivos. Chase no se mete en tu vida, tú no te metas en la de él — Stefan sisea antes de darse la vuelta y agarrar mi muñeca —. Vámonos. — Pide, jalando de mí para guiar mi camino hacia la salida. 

— Han muerto muchas personas, Lachowshi — Douglas habla a nuestra espaldas, haciendo que Stefan se detenga y se gire para mirarlo —. Dile lo que ocurre.

— Cállate y anda a joder a otro lado — Stefan escupe, apretando mi muñeca. Todos en la sala, incluyéndome, permanecen en silencio, viendo todo, atentos a cualquier cosa, y yo solo puedo concentrarme en lo tenso que Stefan se ve de pronto.

— ¿No es raro, Giselle? Es decir… ¿Por qué crees que todas las muertes han sido tan sospechosas? ¿Por qué crees que todas las personas que han muerto son de condición yeti? — Douglas pregunta, pero me da la impresión que no le interesa escuchar una respuesta de mi parte, que solo lo hace para colmar la paciencia de Stefan.

— Douglas…, basta — Mary ordena, entre dientes. Ella no parece muy feliz con lo que su novio está haciendo.

Somos testigos de cómo el ambiente se pone tenso y pesado, mientras Douglas y Stefan intercambian una pequeña guerra de miradas. El hermano de mi novio se ve enojado. Douglas, en cambio, se ve que está disfrutando esto.

— Vete a la mierda. Y agradece que Chase no está aquí para partirte la cara — Stefan masculla entre dientes antes de darse media vuelta y tirar de mí hacia la salida.

Cuando el aire gélido golpea mi cuerpo, me detengo y me suelto de su agarre. Stefan avanza unos pasos más, y, entonces, se agarra la cabeza con las manos y niega, como si quisiera borrar algo de su mente.

Ya ha empezado a nevar, y a través de la nieve que cae veo como se gira para mirarme.

— Basta con esto — digo, dando un paso hacia él —. Las cosas que dice Douglas…, Stefan, dime qué ocurre.

Lo veo soltar el aire de forma brusca.

— Maldición, Giselle… — Suena torturado, y vuelve a negar con la cabeza —. No puedo hacerlo.

Y sus palabras me hacen gruñir, frustrada.

— ¿Por qué no?

— Es complicado, Giselle. Lo siento. Es Chase quien debe contarte todo.

Niego con la cabeza.

— ¿Por qué tanto misterio?

— Habla con Chase.

No insisto. Este chico se nota que es una tumba.

— Vamos. Te llevaré al café de Liam. Chase y yo quedamos en vernos allá. De seguro ya debe estar ahí.

No digo nada, solo asiento. Stefan guía mi camino hacia su auto blanco, auto que ni siquiera había notado que estaba aquí.

Cuando estaciona frente al café, me quito el cinturón y volteo a verlo cuando dice:

— Yo… no le diré a Chase que te encontré en casa de Douglas porque creo que tú debes decírselo.

Asiento de inmediato.

— Sí, sí, yo lo haré. Cuando estemos a solas se lo diré — respondo.

Stefan no dice nada más, solo asiente, y juntos bajamos del auto.

Cuando Stefan me abre la puerta del café para que entre primero, veo a Chase sentado en una mesa junto a Hannah y Gael. Los tres ríen de manera escandalosa.

Cuando sus ojos azules me enfocan, fuerzo una sonrisa y me abro paso hacia él, con Stefan siguiéndome de cerca.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora