— No — niego de inmediato —. Voy a la biblioteca. Lo más probable es que te aburras.

— ¿Biblioteca? ¿Y eso? — Sophie se interesa.

— Tarea. Necesito buscar algo para mi clase de historia.

— Sí sabes que pronto vamos a tener varios días de vacaciones, ¿no? — Hannah recuerda, viéndome como si fuera un bicho raro.

— No me gusta dejar nada para el último minuto — le respondo —. Nos vemos en un rato — y, sin más, me doy la vuelta para empezar mi camino hacia la biblioteca.

No tengo ni la menor idea de en dónde queda con exactitud. Sin embargo, eso no me detiene y empiezo a pedir indicaciones. Las personas se muestran muy amables y me ayudan a llegar. Por suerte no queda lejos e indecisa entro.

No sé exactamente con quién me voy a encontrar, pero agradezco que hayan varias personas en el lugar. El hecho de que me citaran en un sitio público me tranquiliza un poco.

Decidida a camuflarme entre el mar de personas que hay, camino hacia uno de los estantes y agarro un libro. Tomo asiento en una de las mesas y hago como si estuviese leyendo.

Paseo mi vista por las letras del libro, sin leer nada realmente, solo espero; sin embargo, nadie viene ni se acerca. Estoy empezando a creer que esto solo fue una perdida de tiempo cuando siento que alguien toma asiento a mi lado.

— Creí que no ibas a venir — habla una voz masculina, y cuando lo miro me encuentro con la mirada de Douglas.

Así que es él…

— ¿Cómo entraste a mi habitación para dejar la nota? — Es lo primero que quiero saber, viéndolo con una ceja alzada.

Douglas sonríe.

— Tengo mis trucos — dice únicamente, sin perder la sonrisa — ¿Estuviste investigando lo que te dije?

— Sí. — admito —. Y no entiendo qué mierda está pasando. ¿Por qué no hablas claro de una maldita vez? Los asesinatos. ¿Qué tienen que ver con Chase y por qué me incumbe a mí?

— Bueno… — Douglas empieza, sin dejar de mirarme, divertido — Claramente una biblioteca no es el lugar apropiado para hablar. Pero, para tranquilizarte, Giselle, Chase no es el asesino — se burla.

— Nunca se me cruzó por la cabeza — aseguro.

Douglas sonríe un poco más.  

— Mi turno termina en diez minutos. Después seré todo tuyo y te explicaré todo — me guiña un ojo antes de colocarse de pie, y es en ese momento que noto el uniforme que trae puesto.

— ¿Trabajas aquí…?

« Okay, Giselle, que pregunta más estúpida »

Douglas frunce el ceño, divertido.

— Es obvio.

— ¿Por qué tengo que confiar en ti? — Decido preguntar — Se me hace muy extraño todo esto.

— Escucha, Giselle, yo no te conozco, tú no me conoces, pero conozco a tu novio. No veo qué tiene de extraño que quiera advertirte sobre algo de lo cual ese chico tiene relación — se encoje de hombros —. Ya han muerto muchas personas. Si quieres saber más deberás esperar un poco, hasta que mi turno termine. — me guiña un ojo y, sin esperar una respuesta de mi parte, se da la vuelta antes de perderse entres los estantes llenos de libros.

Dejo salir el aliento y hundo mi cara entre mis manos. Hay algo raro aquí, él es raro, pero asegura tener información sobre los asesinatos y su relación con Chase, y muero por saberla.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora