Reality |H.S| (Libro 2 Small Details)

Capítulo 18.

"¿Sigues ahí? Dijiste que no te irías aunque oscureciera".

--No Elena, eso no va a ahí ¿puedes dejarme hacerlo?—le saqué de un tirón a la chica la pila de clásicos de García Marquez de las manos.

--Allyson, solo quiero ayudarte, ¿Harry no te lo digo? Yo-

--No, no me dijo nada. Pero tampoco entiendo por qué tiene que mandar a alguien para esto si yo puedo sola, por dios, es mi casa y-

--Hey, tranquila. Solo vengo a darte una mano, ¿no has hecho mucho sola ya? Pedir ayuda nunca está demás.

Exhalé mirando a mis hermanos mirando la tele.

--Bueno, gracias...

Arqueó las comisuras de sus labios en señal de respuesta.

Llamé a todos mis hermanos a la cocina, Katlyn ya estaba adentro.

--¿Qué comeremos hoy?—pregunto con un papel y pluma en mano para anotar una lista de lo que necesite.

--Pidamos pizza—pide Sarah.

Arrugo la nariz.

--¿Nath?

--Yo ya me iba a ver a mis hijos—asentí.

Miré a Katlyn.

Le dio un trago a su café—Yo puedo hacer unos vegetales...

La miraba y lo único que se me venía a la mente eran imágenes de ella y Harry borrosos, imágenes asquerosas. Caminé hacía atrás en todo momento.

--si, haz eso—mascullé tallándome los ojos—es un asco...

--¡Dios! ¡Desde ayer que no anda el WI-FI en esta casa!—se queja Nathaniel toqueteando su móvil por todos lados. Miré mi teléfono y pasaba lo mismo. Fui hasta el modem, lo apagué y prendí.

--Yo hice eso hoy todo el día, ¡pero esa mierda no anda!

Elena se aclaró la garganta y me mostró unos cuantos sobres con cartas.

--Esto estaba en el cajón del mueble al lado de la puerta.

La primera era del servicio de internet y teléfono, la segunda de la luz, gas, línea telefónica.

--¡Pero estas son todas facturas y avisos de corte por falta de pago!—exclamo al borde--¡Nathan! ¿¡Por qué no las pagaste!?

Se encogió de hombros.

--Pensé que lo harías tú, además ¿con qué dinero?

--¿¡CÓMO CON QUÉ DINERO!? ¡El que nos dejó mamá para mantenernos!

Vi a Elena saliendo al patio, debo parecer una loca. Siempre que me enojo y empiezo a gritar por ley mi cabello se pone en punta como electrificado y mi cara se desfigura, a mi madre le pasaba lo mismo.

--No, no. Habla de ese dinerito con tu adorable hermanita Kat.

Me desaté.

Fui a la cocina en busca mi hermana, ya no nos iba a pisar más.

--¿Qué has hecho con el maldito dinero de TODOS?—escupí.

Me miró a los ojos, cuando se dio cuenta de mi estado sonrió a medias.

--Me voy a alquilar un departamento, ya no quiero vivir más bajo el mismo techo que tú, zorra.

--¿Un departamento para ti sola? ¿te estas escuchando? ¿¡no te das cuenta de lo que estamos pasando todos!?