1- La Madriguera

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No puedo dar ni un solo paso en la calle sin ser reconocida. Desde la guerra mi vida ha dado un cambio radical y el lugar más seguro es mi casa. Desde el día que Harry venció a Voldemort la prensa nos acosa. El trio dorado nos llaman y todos los seres mágicos nos adoran.

Reconozco que los primeros meses era gratificante saber que todo el mundo alababa el increíble esfuerzo que tuvimos que hacer para vencer. Pero con el tiempo se fue volviendo bastante pesado. La guerra acabó hace ya cinco años y la gente no deja que superemos y olvidemos esos recuerdos tan amargos que nos llevan a pensar en todo lo que perdimos.

Ron y yo vivimos juntos, no muy lejos de la madriguera, pero tampoco excesivamente cerca. Nos casamos poco después de la guerra, aunque he de reconocer que fue bastante precipitado. Decidí conservar mi apellido de soltera, lo que me costó mas de una discusión con Ron. Hace un par de meses tuvimos a nuestra preciosa hija Rose Jane. El poco pelo que tiene es pelirrojo, como el de Ron, aunque en las facciones ha salido clavadita a mi.

Mis estudios los finalice hace tres años. Decidí hacerme abogada, como no conseguía elegir ninguna especialidad en concreto, decidí estudiarlas todas. Lo que me ha conllevado a ser conocida como la loba Granger. En tres años que llevo trabajando no he perdido ni un solo caso, por lo que todo el mundo solicita mis servicios.

Ron es ahora el entrenador del equipo de quidditch londinense. Ginny es la buscadora en el mismo equipo y no porque su hermano sea el entrenador, no. Antes de la guerra, un ojeador había ido a ver unos cuantos partidos a Hogwarts y no le paso desapercibido el talento de la joven Weasley. Y Harry, no solo consiguió hacer realidad su sueño de unirse a los aurores, sino que ahora era el jefe de todos ellos, lo que hacía sentir a la gente más segura y hacer de este mundo un lugar más tranquilo.

- Hermione, date prisa, vamos a llegar tarde y mi madre nos espera. Ya sabes como se pone cuando nos retrasamos.

- Voy Ron- grito desde el cuarto-. Estoy terminando de cambiar a Rose, un segundo.

- No se porque te empeñas en hacerlo todo al estilo muggle. ¿No eres bruja, o que?

- Te lo he dicho mil veces, Ron. Si la visto con magia, la baño con magia, la peino con magia, ¿donde está la gracia? Quiero disfrutar de mi hija, sino, me habría comprado un muñeco. Y tu deberías de hacer lo mismo- le digo poniéndole a nuestra hija en sus brazos para que la colocara en el carrito- Vamos, ya estoy lista.

En un abrir y cerrar de ojos nos aparecemos en el jardín de la madriguera. El llanto de un bebe llega a nuestros oídos nada más pisar suelo firme.

- Bien Hermione, por tu culpa volvemos a ser los últimos en llegar, Harry ya está aquí.

Me abstengo de contestarle. No es plan de empezar una discusión en casa de sus padres. Así que pongo una de mis mejores sonrisas y empujo el carrito al interior de la casa.

- Ron, Hermione- saluda nada más vernos Molly- Pero mira quien hay aquí, si es la pequeña Rose- dice cogiéndola en brazos mientras le hace cosquillas.

Después de saludar a todos los presentes nos colocamos en los sitios libres que quedan alrededor de la mesa. La casa se encontraba llena. Harry ahora sin gafas ya que se había echo una operación para no tener que utilizarlas más, Ginny con James en brazos, mientras el pequeño no paraba de llorar porque le estaban saliendo los dientes. Bill y Fleur bastante tristes, al parecer tenían problemas para concebir un hijo y eso se notaba a la legua en su estado de animo. George y Angelina, esta ultima con un barrigón que no cabía por la puerta, le quedaban tres días para salir de cuentas. Ron, que como no, aunque no había empezado la comida ya tenía la boca llena, una costumbre que le había echo ganarse quince kilos en los últimos años. Y Molly que no paraba de jugar con Rose, por el momento la más pequeña de sus nietos.

El timbre sonó y Molly dio un respingo cuando empezó a sonar la canción de la cucaracha. Mientras una cucaracha se materializaba en medio de la mesa anunciando la llegada de los visitantes.

- No me acabo de acostumbrar a este cachibache- se quejo con una mueca mientras se encaminaba a la puerta- Lo prefería cuando solo sonaba la infernal canción. Katie, querida, pero bueno si es el gran Liam- saludo removiendo el pelo al pequeño.

Si, Katie Bell tenía un hijo, fruto de Fred. Ella se entero semanas después de acabar la guerra. Lo que fue una gran alegría para todos, ya que Liam era la viva imagen de su padre, al fin y al cabo sigue en nuestras vidas.

La comida fue bastante tranquila, hasta que en el postre comenzaron a hablar de quidditch, momento en el que desconecte y me fui al salón seguida de Molly, Katie y Fleur. Iniciamos una conversación sobre los progresos que daba Liam en el colegio muggle, evitando las bromas que gastaba a sus compañeros.

De repente un haz de luz nos cegó a todos y se convertido en un patronus encima de la mesita del té. Los que estaban en la cocina vinieron corriendo.

- Este mensaje es para el señor Harry Potter y la señora Hermione Granger, el señor ministro requiere de vuestra presencia inmediatamente.

El patronus desapareció con la misma rapidez con la que había venido. Todo el mundo nos observaba y Harry y yo nos miramos atónitos.

Confía en mí (Pausada Temporalmente)Where stories live. Discover now