Gracias a Hannah, mi mente se logra distraer de todo el caos que ha ocurrido últimamente.

Sin embargo, y después de la cena, cuando llega la hora de meterme a la cama para dormir, vuelvo a ser víctima de mis pensamientos y los recuerdos de lo ocurrido esta mañana, con Chase y Seam.

— Oh, mierda... — gruño, cubriendo mi cara con las manos.

Justo en ese instante mi teléfono vibra sobre mi mesita de noche y me inclino para tomarlo. Es un mensaje de Chase, y sonrío mientras lo leo.

CHASE: ¿Cómo estás?

YO: Estoy bien. ¿Y tú?

CHASE: También estoy bien. Estaba a punto de irme a dormir, pero quería escribirte antes.

YO: Ya estoy metida en la cama. Me gustaría que estuvieras aquí.

CHASE: También me gustaría estar ahí contigo.

YO: Nos veremos mañana, ¿cierto? Para el partido.

CHASE: Por supuesto. Pasaré por ti.

YO; Okay.

CHASE: Por favor, trata de descansar un poco.

Muerdo mi labio y suspiro. A pesar de que he logrado dormir en las últimas dos noches, Chase es consciente que me cuesta hacerlo, y eso le preocupa.

CHASE: No quiero que te preocupes por Seam. Prometo que todo estará bien.

YO: No puedo evitar preocuparme, Chase.

CHASE: Has el intento, mon amour, por favor.

YO: Está bien. Buenas noches.

CHASE: Buenas noches.

YO: Sueña bonito.

CHASE: Siempre sueño contigo.

Su mensaje me hace sonreír bobamente.

Apago la pantalla de mi teléfono y me acomodo en la cama para descansar, pensando en el día que se me viene mañana.

❅ ❅ ❅

Mientras termino de alistarme para el partido de hoy, dejo que la música me envuelva y haga su magia al relajarme.

— ¿Lista? — Escucho a mi hermanastra preguntar, y a través del reflejo en el espejo, la veo asomar la cabeza por la abertura de mi puerta entreabierta.

Me miro en el espejo una vez más y sonrío, complacida y cómoda con mi aspecto y lo que visto. Llevo puesta unas viejas botas de combate, unos vaqueros negros ajustados, una camisa blanca y una chaqueta de cuero. A diferencia de las demás personas, yo no tengo la necesidad de ir abrigada de los pies a la cabeza, no cuando tengo un Yeti que me proporciona el calor suficiente para no sentir frío y estar cómoda. Esto de poder sentir su calor me encanta, es una muy agradable ventaja.

— Estoy lista — me giro para mirarla y, sin perder la sonrisa, le guiño un ojo. Sin embargo, Hannah no se ve animada. De hecho, se le ve extrañamente incómoda, y me observa cómo si estuviera vacilando entre decirme al o callar.

Me resulta extraña su actitud por lo que arqueo una ceja.

— ¿Qué pasa? — Le pregunto, acomodando las mangas de mi chaqueta oscura.

— Los chicos ya llegaron...

¿Y...? — La animo a continuar, levantando un ceja.

— Chase está con esa chica pelirroja.

Dulce Debilidad © Libro 1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora