T o r t u o s o

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Después de muchísimo tiempo, por fin mi escritora se ha dignado a escribir. Diría que los problemas en la universidad y su basta agenda llena de citas tienen que ver, pero no me gusta mentirles a los lectores. Y siendo uno de ellos, debes saber la verdad:

Mi escritora es una vaga que prefiere pasar la mayor parte del día viendo vídeos en YouTube y series en Netflix.

Dejando de lado su falta de atención y descuido hacia los propios lectores, continuaré este relato.

¿Alguna vez tu existencia dependió de una determinada situación? Una situación en la que creíste no saldrías a flote. Una situación donde no podías ver la luz al final del túnel porque ese túnel era eterno y de allí no escaparías. Así me sentí, agobiada como Jack en Titanic por no subir en el ¡maldito trozo de madera! Pero sin la tabla, sin nada en qué aferrarme. ¿Qué demonios iba hacer ahora que el futuro padre de mis hijos y Adam creían que lo invité a salir? Acercarme y decirle «¡Feliz día de los inocentes!» no funcionaría. Créeme que no; primero porque eso ya pasó y segundo porque cuando lo intenté con mamá no pude sentarme en un mes. Es broma, Exagerada es mi segundo nombre. No fue un mes, fueron un par de segundos. Por eso, querido lector curioso, nunca le mientas a tu madre. Un consejo patentado por Roxana.

—¿No era él? ¡Pero si todas están locas por Adam Bass!

—Todas no —corrigió Tiffany señalando el dedo adornado por un lindo anillo que su novio le regaló—. Hablando seriamente, yo también creí que tu enamorado era Adam Bass.

Me agarré la cabeza con desesperación.

—No, él no. Adam jamás. —Solté mis manos colocando mi pecho sobre la mesa y agité una para llamarlas. El gesto las hizo acercarse a mí—. Me gusta Daniel, no Adam Bass.

—¿Quién es Daniel? —curioseó Emma.

—El doble de Harry Potter que siempre sigue a Bass —habló Tory—. ¿Qué harás?

Por poco me atraganto con saliva al oír ese «harás». Apuesto que tú estarás de acuerdo conmigo sobre desligarme toda la culpa en cuanto al error de Tory. Ella debía hacerse responsable de su despiadado intento por ser buena persona, porque de buena amiga... Mejor sigo contando.

—¿Yo? ¡Fuiste tú la que le entregó el papel! Ve a decirle que es una broma.

—Ay, qué flojera.

—¿Flojera? Eres una...

A punto de agarrarnos por los pelos, como siempre solemos hacer, un carraspeo equivalente a un "disculpen por interrumpir sus actos de seres medianamente razonables" nos envolvió en una nueva revuelta de miradas más intensas que en Crepúsculo.

Era Daniel.

Mi Daniel. Mirándome. Hablando.

«Ya me morí», me dije contemplando cómo un aura celestial salía de su cuerpo. Allí, sobre su cabeza, reposaba una aureola brillante de color dorado. En su espalda estaba... estaba... Mierda, estaba Julio a punto de regurgitar su comida, así que nada de alas.

Al menos lo último sirvió para decirme que no estaba en el paraíso, lamentablemente.

—¿Se te ofrece algo, Potter? —le preguntó Tory, colocando su brazo sobre el respaldo de la silla. Dios, nos hacía ver como la mafia rusa con un lado potterhead.

Ahora que te estoy contando esto, es curioso que lo haya llamado por Potter y su nombre sea Daniel, porque... vamos, el actor que interpretó a Harry Potter se llamada Daniel Radcliffe. ¿Qué demonios digo? No puedo estar dos minutos sin divagar.

Bien. Volvamos a ese mítico almuerzo en que los malentendidos fueron el inicio de esta historia.

—Mi nombre es Daniel —se presentó el futuro padre de mis hijos con un gesto solemne—. Soy del último año.

Su presentación quedó ahí, y nosotras nos quedamos esperando que dejara más. Sin embargo, debió presentarse ante él alguna especie de ente, porque de otra forma no hay una explicación para su repentino cambio. Y es que mi amorcito se quedó estático, pálido y con la boca entreabierta. Empezaba a creer que Daniel pasaba por un problema de MK ULTRA bajo las garras de los Illuminatis.

De pronto, reaccionó, provocando que las chicas y yo nos miráramos confundidas.

—Estoy aquí porque necesito hablar con la chica que quiere salir con Adam. —De no ser porque el comedor del colegio estaba lleno de estudiantes hablando, seguro que el silencio era de ultratumba—. ¿Quién fue?

—Ella —dijeron mis tres enemigas disfrazadas de amigas. Tres dedos me señalaban ¡y eran los de ellas!

Me hice diminuta, elevando mi cabeza hacia Daniel. Sus ojos se posaron sobre mí y creí que había muerto otra vez.

—¿Podemos hablar?

Ya sé, ya sé. Algo así es imposible que pase en la vida real, pero esta es mi historia y mi creadora es... ¿cómo decirlo? A ella le gusta la ficción y que situaciones ilógicas que tienen un 0.00000000001 probabilidades de pasar, ocurran en sus historias. Es una misántropa soñadora, asume eso (por su bien).

—Claro.

La sonrisa de enamorada no me la podía quitar nadie, ni nada. O eso es lo que pretendía creer.

Me levanté de la silla y pensé: «unos pequeños pasos para el hombre, unos grandes pasos para Rox». Sé que así no es la frase, pero el momento lo ameritó. Me aventuré en la travesía, siguiendo a Daniel fuera del comedor. Se detuvo en el pasillo y se apegó a la pared; no tenía un aspecto muy amistoso, más bien confidente, como si quisiera confesarme un delito. Claramente yo prefería que me declarara su amor, pero bueh.

—¿O-ocurre algo? —interrogué, curiosa.

—Sí, quiero que te comprometas conmigo en santo matrimonio, aquí tengo los anillos y el padre que nos casará viene en camino.

Ya. Dejaré de molestar.

—Eh... Sí, vengo de parte de Adam. —¡Ay, no! Chillé internamente mientras pretendía agarrarme de los pelos y arrancarlos de mi cabeza. ¿Puedes creerlo? Adam Bass y el malentendido—. Dijo que en vista de que quieres salir con él, se vean después de clases para salir a... caminar por ahí.

Si lo hubiera hecho el mismísimo Adam Bass seguro que la propuesta tendría como respuesta un rotundo «NO»; pero como me lo estaba preguntando mi querido Daniel, no pude articular nada. Moví mi cabeza nerviosa, colapsando en un tortuoso ataque que no permitía articular palabras.

Por si te lo estás preguntando, persona curiosa, la respuesta que dije fue silencioso «sí».

Tendría que salir con Adam Bass.

Omitiendo su lado negativo, aquella salida me beneficiaría. El video prohibido de Adam Bass estaba a punto de serme revelado. Si deseas saber de qué va, dímelo y puedo contarte más.

Claro, si es que por algún motivo cancelan la cuenta de Netflix de mi autora y deja su lado perezoso de lado.


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⏰ Letzte Aktualisierung: Nov 28, 2017 ⏰

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El video prohibido de Adam BassWo Geschichten leben. Entdecke jetzt