E r r a d o

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¿Estás aquí? ¡Genial!

Has dado un buen paso dejándote envolver por la curiosidad. ¿Conoces el dicho que dice "la curiosidad mató al gato"? Esperemos que eso no te ocurra a ti.

Es broma, no vayas a correr que de aquí no puedes escapar.

La curiosidad es un arma infalible, por eso las historias de misterio y suspenso nos mantienen pegadas a ellas, sin la posibilidad de escapar, soltar el celular, quitar los ojos de la pantalla. Ansiamos más de ellas, ansiamos conocer más.

Apostaría que quieres conocer el video de Adam Bass y por qué está prohibido.

Lamento decirte que las cosas tienen que ir en un orden justo, así me desligo de futuras sospechas y sentencias hacia mi pobre cuerpo de adolescente. No quiero que piensen que conseguí el celular ilegalmente, que mi obsesión por su amigo me llevaron a robar el celular chantajearlo; decirle que a cambio de su celular y mi silencio tenía que conseguirme una cita con Daniel o que se enamorara de mí.

Demasiada fantasía, ¿no crees?

Soy Roxana, tal cual lo dice mi nombre de usuario. Estudiante de 16 años de un colegio con personas relativamente normales. No soy la nerd que enamora al popular, tampoco a elegida para una aventura que le dará millones a su autor, no tengo alguna habilidad especial, ni creo que el grupo freak en el colegio son vampiros que brillan. Tampoco mi jefe me mirará con ojos lascivos y pretenderé tener un romance con él, o no sé... ¿qué rayos está de moda ahora?

No.

Soy alguien común, como tú. Solo que las coincidencias de la vida me llevaron a encontrar un celular.

Y sí, acomoda tu trasero donde quieras que estés, porque daré la lata contando cómo ocurrió. Ya sabes, las personas se molestan si les das un capítulo corto.

Para empezar no comenzaré con el típico «me desperté con la odiosa alarmar del despertador» o «mamá llegó a golpear la puerta y decirme que faltaba un segundo para entrar a clases». ¿Qué pasa con esa gente? No le veo lo interesante a contar cómo me despierto todas las mañanas con el cabello imposible de peinar y la saliva seca en mi mejilla.

El día que encontré el celular de Adam Bass no fue diferente a los demás. De hecho, todo transcurrió como un día más aburrido en mi vaga existencia. El metro a tope; las conversaciones de mis amigas sobre tareas, series y chicos; el timbre anunciando la hora de entrada; el profesor Levi molesto porque pilló a Sarah mascando chicle; el timbre otra vez y el almuerzo.

Oh ese almuerzo.

Mi hobbie es mirar entre suspiros a Daniel siempre que lo veo entrar en el comedor. Mi pequeño romance silencioso sirve de distracción para que los minutos de colegio se pasen más rápido.

Es un amor inocente, de esos que todos han tenido.

De vez en cuando hablamos, coincidencias de la clase de arte. Pero jamás hemos pasado a una charla que no sea netamente escolar.

No mentiré al decirte que fantaseo viéndonos camino al altar cuando me saluda con su sonrisa. Mucho menos fingiré demencia si piensan que lo tengo como posible candidato para el padre de mis hijos.

Sin embargo, todo eso que queda allí, en una miserable fantasía.

El peso de la realidad siempre me golpea en la cabeza, por eso mis amigas no se sorprendieron con el exagerado bufido que emití aquella tarde que encontré el celular.

Todo lo contrario, de ellas solo recibo reproches por mi "falta de personalidad". Bah...

—¿Cuándo será el día en que te atrevas a mirarlo a los ojos e invitarlo a salir?

El video prohibido de Adam Bassحيث تعيش القصص. اكتشف الآن