Su madre tenía maquillaje, y estaba bastante arreglada como si fuese a salir.

  -¡Gonzalo! ha venido Celia.

  -Voy.

  No, no vengas. El corazón me latía cada vez mas rápido, joder, joder, no quiero. Me voy, abro la puerta y salgo corriendo. Oía trotes en las escaleras. Cada vez me ponía mas nerviosa. Bajó.

  -Hola Celia, ¿subes a mi habitación?

  -Va -dije cortante.

  -Gonzalo cielo, me voy a ir, portate bien, te llamo esta noche a ver que tal, - su madre se iba, ¿la casa sola? Éste quiere algo.

   Subimos arriba y nos encerrramos en su habitación aun que la casa estuviese vacía; se hizo el silencio. Abrió un cajón y saco un caja de tabaco, me sorprendí al verla, no tenía sentido sorprenderse, él fumaba y yo fumaba, a pesar de nuestra temprana edad. Se sentó al lado mio, sentía que me temblaba la pierna, la miré, y era solo mi imaginación, quizá era porque se me iba a salir el corazón del pecho.

  -¿Quieres uno a medias?

  -Vale.

  Saco un cigarro y lo encendió. Mientras que fumábamos nadie hablo. Dejé el móvil al lado de mi, encima de la cama, y al dejarlo me dio un beso en la mejilla. No sabía como reaccionar y le sonreí como un niña pequeña. Se acabó el cigarro. No hubo palabras, solo silencio, estaba empezando a ser incomodo. De repente se inclinó hacia mi, y me cogió el móvil.

  -Para- dije riendome.

  -¿Por qué?

  -Porque es mio.

  Nos reíamos. Cogí el móvil, y paso la mano por detrás de mi, haciendo que mi cabeza estuviese contra su pecho, nuestras miradas se cruzaron, y él sonreía. Empezó a acercarse hacia mi, sus labios se acercaban a los míos, su aliento olía a tabaco. ¿Me va a besar? Sí, sus labios cada vez estaban mas cerca, y me besó. Era un beso lento y dulce. Nos empezamos a tumbar sobre la cama, yo encima de él y él debajo de mi.

  Estaba incómoda, no sabía que podía ocurrir en ese momento, podía ser romántico o no... no quería ni pensarlo... pero lo pensaba, necesitaba algo que interrumpiese ese momento; en mi cabeza rezaba a todos los dioses que se me ocurrían. Que tontería. Simplemente tengo que decir que parase, pero mi cuerpo no me deja pronunciar palabras, no puedo pronunciar sonidos, solo mi respiración. Gonzalo empezó a respirar cada vez mas rápido, era incómodo, se me aceleró el corazón, tenía miedo de lo que pudiera pasar, no estaba preparada para eso.

  Por la calle pasó un coche con la música a todo volumen, era rap, a mi me gustaba, mi hermano, Jaime, también lo escuchaba, y cuando hizo las maletas y se fue, se dejo algunos discos en su habitación. Gonzalo paró.

  -Gracias -susurré mirando al cielo.

  Nos incorporamos, y me levanté, intentando ver el coche que tenía esa música, solo me dio tiempo a ver que era un coche amarillo, además yo no entendía de marcas de coches. Miré el reloj y eran las 6, decidí irme a casa.

  ***

  Entré en mi casa, estaban mis padres hablando y mi hermano, jugando con el perro. Era raro no ver a mi padre trabajando. Cuando Raúl me vio corrió hacia mi.

  -¿Qué pasa enano? - dije cogiéndolo en brazos.

  -Mamá y papá están muy contentos - me dijo al oído. - Creo que ha pasado algo, enterate que a mi no me lo quieren contar.

  -Vale, sube a tu cuarto y ahora voy.

  Mientras que Raúl subía, hablé con ellos.

  -¿Qué tal? ¿Algo nuevo?- dije.

  Se rieron, parecían felices tal como decía Raúl.

  - No me vais a ver más trabajando en casa, -dijo mi padre sonriendo.

  No lo entendía, ¿le han despedido, le han ascendido?

  -Le han ascendido, es jefe de sección, -siguió mi madre. - Así que esta noche vas a ir al bar a decir que dimites.

  Sonrieron, mientras a mi se me salían las lágrimas, paralizada en frente de mis padres.

  Subí a la habitación y me tumbé al lado de mi hermano, que se había quedado dormido en cuestión de minutos. No voy a trabajar más, voy a ser una niña normal de mi edad, excluyendo la enfermedad de mi madre, no me gustaba ser egoísta pero estaba contenta de no tener que trabajar por las noches. La vida me sonreía.

  ***

  Del coche amarillo salió un chico con cazadora vaquera, era muy guapo, conforme se iba acercando me fijaba más,  y más, tenía una herida de bala en el costado derecho, no sabía ni como ni por qué pero mi mente me decía que era un disparo de bala, lo intuía, lo sabía, no sé explicarlo. Oh dios mio.

-¿Jaime? Joder Jaime, te han disparado, ¿qué coño a pasado?

  No contestaba, se desplomó delante de mi, corrí para cogerle pero no me dio tiempo, le sacudía entre lágrimas histéricas, pero no daba respuesta.

-Jaime joder responde, reacciona, no puedes morirte, te echo de menos, te quiero, joder te quiero. ¡AYUDA POR FAVOR! ¡AYUDA!

  No había nadie, estábamos Jaime y yo solos. Él ya no respondía.

  -Jaime, te quiero.

  Abrí los ojos, y los tenía empapados de lágrimas, ha sido un sueño, solo un sueño. No sabía si pensar que solo era un sueño o una señal, ¿y si le ha pasado algo? No lo sé, no creo, él era fuerte.

   ***

Jaime's POV.

  Todavía me acuerdo de la noche en la que me fui de casa.

  -¡Jaime! Joder, eso es marihuana.

  -Si, me estaba haciendo un porrito-dije entre risas.

  -Ah, que bien, un porrito, ¿lo compartimos?- dijo mi padre, enfadado.

  -Compraté tú tu maría, que esta subiendo.

  Mi madre me contemplaba, y parecía que me mataba con la mirada. Mi padre estaba realmente enfadado. Y mi hermana estaba sentada en la escalera, siempre me apoyaba, pero aquella vez no parecía contenta, sentía decepción en su rostro, y eso fue lo único que hizo salir mi dolor.

  -Fuera de esta casa - susurro mi padre tan alto como para que yo lo oyera, - vuelve cuando creas conveniente.

  Iba a salir por la puerta, y eché una ultima mirada a mi hermana, que se levantó, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas. Ella era pequeña, solo tenía 9 años, estábamos muy unidos, la quería mucho, la quería mas que a Raúl, el solo tenía 4 años y no habíamos pasado mucho tiempo juntos. Espero que Celia se haya olvidado de mi, no creo que se siga acordando.

  Miré mi mesita de noche, y contemple la foto de mi y de mi hermana en la playa, y seguí mirándola hasta dormirme.

Amor de hermanos.Where stories live. Discover now