Adoptada

💊 ¿Esteroides? 💊

Podía sentirse una pizca de incomodidad entre nosotros.

<<<Theo siempre tiene que arruinar todo.>>>

Por suerte, sentimos risas detrás de nosotros. Nos volteamos y nos pusimos de pie.

La mirada fulminante de Matt hacia su hermana hizo que sus risas pararan.

-Oh, Matt... Nos íbamos juntos ¿No? – Suspiró. – Lo siento, lo olvidé...

-¿Por qué no me sorprende?

La mirada Jessica pasó de su hermano a mí. Su cara mostró sorpresa y pude notar como se puso un poco incómoda. Y creo que Matt lo notó también.

-Hum... Me tengo que ir... - Dijo Theo. - ¿Nos... vemos luego? – Se dirigió a Jessica.

Ella asintió con una sonrisa, la cual escondía incomodidad.

-Yo también me voy... Adiós...

Matt la apresuró con la mirada y se fueron luego de una mirada tierna de ella hacia mi hermano.

-Bien... ¿Nos vamos?

Me llegó un mensaje.

-No me hables... Ve hacia el auto... Iré en un segundo.

-¿Hueles eso? – Olfateó. – Huele a tu mal humor... - Se dirigió al auto. Me olí.

-¡Pues huele delicioso! – Le grité y me mostró su dedo de en medio mientras estaba de espaldas a mí.

Iba a decirle un par de cosas más, pero mi teléfono volvió a sonar. Era un número desconocido.

-"Hice maravillas para conseguir tú número."

Fruncí el ceño.

-"Oh, soy Chris."

Sonreí al ver ese último.

-¿A qué viene esa sonrisa?

-Oh, es que... - Alcé la vista. – Chris...

-Sí, bueno... No fue fácil. – Alzó su teléfono. – Costó lo suyo.

-¿Qué? ¿Quién te lo dio? – Le dirigió una vista rápida a mi hermano, el cual ya estaba en el auto y al ver que voltee, se escondió velozmente en el asiento golpeándose la cabeza. Negué con la cabeza.

-Algo me dice que tiene que ver con él...

-No preguntes...

-De todas formas, me daba miedo la respuesta. – Rio.

-Hum... - Descolgó la mochila de sus hombros. – Mamá me obligó a darte esto. – Me extendió una vianda.

-¿Qué es? – Lo tomé.

-Los brownies...

-Oh... ¿Quedaron?

-Pues si...

-Gracias. – Sonreí.

Theo tocó bocina. Me voltee a verlo y me apuró.

-Hum... - Señalé el auto.

-Sí, ve. Nos vemos mañana. – Nos sonreímos y me dirige al auto.

-Estaba en medio de algo... - Le dije una vez adentro.

-Sí, se notaba por sus caras de incomodidad que la estaban pasando bomba...

-Cierra la boca. – Me coloqué el cinturón. – Vámonos. – Sonrió y puso en marcha el auto.