"Si... Estoy bien."

Recordé mi conversación con Jin y la mancha en su cuello. Definitivamente yo no estaba nada, nada bien.

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"Hey, hola campeón."

Me arrodillé, dejando caer la mochila de la cámara al suelo y el trípode por suerte fue sostenido por la señor Yon antes de impactar también contra el piso, hubiera sido horrible tener que escuchar tremendo estruendo, además no eran baratas esas cosas y si la rompía, seguro tendría mi ataque de rabia luego; la cámara por suerte estaba segura en su estuche contra impactos. A mí no me importó absolutamente nada, solo atraje el cuerpo de mi pequeño hacía mí y dejé que su calor me llenara, Dios, hasta habiendo dormido la mayor parte del tiempo separados, lo había extrañado tanto.

"Papi." Oí su hermosa voz y me aparté para mirarlo. "Papi huele raro."

"Lo siento, amor, no es mío este olor. ¿No te gusta? ¿Me ducho ya?"

"Es raro." Kwang se encogió de hombros, sin embargo no se apartó de mi, volvió a esconder su cabecita en mi cuello mientras lo alzaba en mis brazos, caminando hasta sentarme sobre el sofá. La señora Yon dejó el trípode apoyado en la pared de la entrada, sonriendo con tranquilidad, mientras terminaba de empacar sus cosas.

"Me alegro que esté bien, joven." Subí la mirada ante la mujer y le sonríe en agradecimiento. "Cuando no llegaba, nos preocupábamos mucho, hasta que abrí la puerta y observé el auto del señor Park en la entrada, él fue muy amable, dijo que usted estaba cansado así que se quedó dormido."

"Siento mucho que te hayas tenido que quedar más tiempo del normal, Yon."

"No es molestia."

"Si quieres puedo darte algo más de dinero por este día ¿Te parece?"

"No, el señor Park ya lo intentó, no es molestia, joven, en serio." La mujer colocó su bolso bajo su brazo, caminando lentamente hasta la entrada. Arquee una ceja, aun mirándola. "Me acerqué  a él y le dije que quizás lo mejor era acostarle a usted en su cama, que Kwang se encargaba de cuidarlo, es un pequeño muy inteligente. Sin embargo, él negó con la cabeza y me ofreció dinero a cambio de cuidar a Kwang unas horas más."

"¿Por qué se negó? ¿No era más fácil hacer lo que tú dijiste?"

"Él dijo algo como "No lo pienso soltar hasta saber que está bien." Si me permite decirlo, joven, el señor Park estaba soltando tantas feromonas que asustaba, en los pocos minutos que bajó la ventana de su carro para hablarme, me dejó algo aturdida."

"Si... Cuando me desperté las sentí, creo que nos encerró en el auto, no entiendo porqué."

"Creo que yo lo sé." Yon le puso algo de suspenso, mientras la observaba alejarse y abrir la puerta de la salida, volteándose a verme. "Olía a un alfa entrando en pánico, estaba muy preocupado por usted. Pienso que ningún alfa quiere ser olido cuando huele a algo tan patético como preocupación, ansiedad o pánico ¿No? Y el señor Park olía a todo eso... Junto."

Esa noche preferí no bañarme para ahorrar agua. Inventé esa excusa en mi mente cuando mi omega prácticamente luchaba contra mí e intentaba guiarme lo más lejos del cuarto de baño, él no quería desprenderse del olor de Jimin y por una noche lo consentí, al final, yo tampoco quería dejar de oler a Jimin.

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A la mañana siguiente me levanté de un mejor humor, intenté creer que no tenía nada que ver con aún sentir a Jimin tan cerca que incluso creí que  había dormido conmigo, aunque despertar y encontrarme con el cuerpo de mi pequeño también era una gran, gran vista. Me alisté para ir a clases, intenté no mostrar mi decepción cuando me di una ducha y me vi obligado a cambiarme de ropa, ni tampoco quise mostrar lo desesperado que estaba cuando apenas dejé que el agua me tocara en aquel baño, queriendo de alguna forma mantener a Jimin conmigo durante todo el día.

Después de despedir a Yon, salí de la casa y encontré a Jimin ahí, parado apoyado en su coche mientras se quitaba sus lentes de solo, si, al parecer sería un día caluroso en Corea del Sur pero ¿Qué necesidad de verse tan bien quitándose unos simples lentes? ¿Por qué todo lo que hacía este hombre tenía que verse tan sexy?

"¿Dormiste bien?" Observé atentamente su cuello y sonreí al ya no encontrarme con ninguna marca de lápiz labial, aunque de igual forma, el día apenas comenzaba.

"Si, dormí bien ¿Y tú?"

"Perfecto."

Cuando subí al auto, él cerró mi puerta y subió del otro lado tardando absolutamente nada en arrancar. Se le veía feliz y quise preguntarle porqué, sin embargo no me sentía con la confianza para hacerle ninguna de las preguntas que pasaba por mi cabeza como: ¿Por qué tenías esa marca en tu cuello anoche? ¿Por qué te ves como cachorrito feliz recibiendo su hueso? ¿Por qué continúas llevándome y recogiéndome todos lo días? ¿Por qué tienes que verte tan malditamente bien solo quitándote unos lentes de sol? ¿Por qué aceleras mi corazón de esta forma? ¿Por qué sigues adentrándote en mi y volviéndome loco? ¿Por qué me besaste ese día? ¿Por qué no me besas ahora? ¿Por qué quiero besarte?

"Oye, Jimin."

"¿Mm?"

"Ayer nos quedamos por un largo tiempo fuera de mi casa ¿No? Te lo agradezco pero... No tenías que hacerlo, me imagino que tenías muchas cosas que hacer en tu trabajo y ya es bastante con recogerme en mi casa y llevarme hasta ella todos los días."

"Está bien, solo cancelé unas citas, nada importante."

¿Nada importante? ¡Cancelaste unas citas de negocios por mí, tonto!

"En serio lo lamento." Mordí mi labio, conteniendo aquella sonrisa llena de felicidad que deseaba con todas sus fuerzas escapar de mi boca.

"Yoongi, está bien. Es más, si me permites decirlo, me hiciste un favor."

"¿Un favor?"

"¿Recuerdas a Sook?" Mi cuerpo se tensó al escuchar el nombre de la chica de aquella vez, sin embargo asentí, mirando rápidamente hacía el camino, evitando la mirada curiosa de Jimin, porque sabía y sentía, él me estaba observando.

"Ella no me interesa, Yoongi."

"Oh... Bueno."

Relamí mis labios para contener la sonrisa que apareció en mi boca cuando dijo eso, e incluso cuando lo encontré sonriendo de la misma forma. Busqué con cuidado el botón para bajar un poco la ventana, empezaba a hacer calor o solo era mi rostro.

"Me gusta tu sonrisa."

"No estoy sonriendo."

"Lo haces ahora."

"Que no, Jimin."

"Y ahora te sonrojas."

"¡Basta!"

Llevé mis manos a mi rostro para evitar que me continuara viendo, cuando sentí como una de sus manos tomaba las mías y las apartaba, aún sus dedos continuaron haciendo contacto sobre mi mano más cercana, hasta que lentamente la guió a la palanca de cambios, dejándola ahí, colocando la suya encima, mientras sus dedos encajaban entre los míos y sentía mi corazón latir ferozmente al notar que nos iba a dejar así, por lo que restaba de camino.

"No te cubras, Yoongi. Tu rostro es lo más hermoso que he visto en mi vida."

"¡¿No se supone que me ibas a contar algo?!" Intenté cambiar de tema, sintiendo calientes hasta mis orejas.

Este chico va a matarme, lo juro.



The perfect omegaWhere stories live. Discover now