4. El señor de las águilas

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El gigantesco orco pálido ríe sínicamente al ver a los enanos indefensos colgando de árboles y a su merced. Ráfagas de recuerdos amargos empiezan a inundar a Thorin, recuerdos que siempre tiene en su cabeza merodeándole una y otra vez, como procurando que nunca pierda la sed de venganza.

 Ráfagas de recuerdos amargos empiezan a inundar a Thorin, recuerdos que siempre tiene en su cabeza merodeándole una y otra vez, como procurando que nunca pierda la sed de venganza

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—Saku nûl!! —ordena el orco a sus servidores. Huargos y orcos atacan derribando los arboles de los cuales se encuentran los enanos, uno tras otro como dominó caen las impresionantes y enormes florestas haciendo que los enanos reaccionaran a saltar a otro árbol, así y sucesivamente quedar en uno solo, el único en pié, y el único alto y fuerte, pero lo malo es que sus raíces son débiles debido a su proximidad al vacío, preocupando al mago.

Entre risas sínicas y carcajadas Dwalin intenta hablar y apaciguar la ira de su amigo.

—Thorin no hagas estupideces... —dice Dwalin tratando de detener al enano.

—Él fue el que mató a Eurielle!!! —grita con mucha furia, Aûstryth lo mira sin comprender.

El árbol, conforme el peso de los enanos y las garras incesantes de los huargos, empieza a ceder haciendo que éste, esté poco a poco cayendo al vacío

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El árbol, conforme el peso de los enanos y las garras incesantes de los huargos, empieza a ceder haciendo que éste, esté poco a poco cayendo al vacío.

—Aûstryth!! —le llama Gandalf lanzándole una semilla de pino escocés llena de llamas. La enana mira la semilla salteándola de mano en mano tratando de no quemarse.

—Tíralo!! —le dice Kili mientras lanza una semilla en llamas a las hordas. Aûstryth obedece lanzándola e impactándole a un huargo el cual en un segundo se enciende en llamas.

Entre aullidos de dolor y gritos de victoria los huargos y orcos retroceden, pero el árbol hace otro aviso; produciendo que Dori y Ori resbalaran, pero gracias al mago y a su báculo lograron sostenerse.

—Recuerdas Thorin? —dice Bolgo, Thorin le mira con odio —. Lo recuerdas? Porque yo sí... quitarle la vida a la enana no era mi plan, pero ella se movió y la flecha le impactó a un costado... —habla, y en un suspiro agrega— Mi plan era matar a tu hijo... llenarlo de veneno para que agonizara y tratara de sobrevivir en vano, convirtiéndose en uno de nosotros... y mirarte a ti lleno de ira, venganza y odio... pero la enana se movió... —se encoge de hombros— ¡así que el veneno y la herida acabó también con ella!

El Canto de Durin (Thorin Escudo De Roble)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora