Amor | Diabolik Lovers

LA DUDA | Yuma/Reiji.

Publicado originalmente: 03/junio/2017.

Pareja: Yuma/Reiji.

Clasificación: +13.

Temática: Fluff.

Advertencias/Aclaraciones: Ninguna, más que es cursi.

Sinopsis: Donde Edgar vive con una "duda" desde que conoció a Reiji.

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LA DUDA

Palabras: 497.

Edgar viene lidiando con una «duda» desde los nueve años.

Esta nació desde que Shu le presentó a Reiji, su hermano menor, e incrementa (además de modificar una y otra vez las piezas del rompecabezas, haciendo imposible revolverlo) cada que sus ojos se topan con otros de color magenta.

Esa «duda» es extraña, porque hasta pronunciar el nombre de Reiji (ese que dice con un tono más gentil solo cuando se halla sin compañía), le provoca una combinación de dolor de estómago, hambre y fiebre.

Y ese misterio, curiosamente, crece con el correr de los días y el tiempo que pasa junto a Reiji.

Raro en verdad, puesto que estar al lado de Reiji es como caminar en plena tormenta eléctrica. Él más joven siempre porta un rostro lleno de seriedad y mirada llena de arrogancia, aprovechando cada una de sus visitas para recalcarle a Edgar su supuesta superioridad sobre él. Por lo que, Edgar no comprende el motivo por el cual siente una especie de alegría cuando ve de nuevo el rostro de Reiji, en vez de un lógico desagrado por el otro.

Quizá se deba a que tiene un gusto secreto por lo bonito.

Edgar es sencillo y directo para expresarse, por lo que no tiene ningún tipo de vergüenza en admitir que Reiji le parece bonito, más bonito que todas las personas que conoce.

Sin embargo, que Reiji sea bonito no explica del todo su «duda». La cual parece ser más grande de lo que creía, más cuando Edgar ya tiene más de cinco años cargando con la misma. Demasiados días donde su estómago se revuelve y su pecho se aprieta, cada que Reiji llega para recordarle a Shu que debe volver a casa.

Esa misma «duda» que le hace decir cosas que ponen en peligro su vida.

-Hey -saluda al hermano de su mejor amigo, éste se encontraba de pie y con los brazos cruzados esperando a que Shu deje de jugar con las cabras-, ¿me estás oyendo, niño?

- ¿Qué quieres? -Reiji responde tosco, Edgar sonríe y el otro se enoja aún más, es muy bien sabido por el humano que Reiji odia ser considerado un niño (incluso aunque su apariencia de alguien de apenas doce años no lo ayude)-, campesino, no me hagas perder tiempo.

-Eres bonito.

- ¿Disculpa? -Reiji muestra una expresión confusa y después una llena de molestia e indignación.

-Lo que escuchaste, eres bonito -Edgar repite sin vergüenza, disfrutando de cómo las mejillas del más joven se tornan rojas, ya sea por la pena o la ira, Reiji aprieta sus puños y gira la cabeza con desdén, ignorado por los siguientes minutos al mortal, que sonriente nota que las mejillas de Reiji no perdieron su color aunque aparenta enojo y asco.

"Realmente, muy bonito", piensa Edgar, mientras a la vez trata de comprender por qué justo en ese momento (al haber dejado sin palabras a Reiji y estar separados por una corta distancia), la «duda» se vuelve mucho más clara.

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