IX: ¿Vivir?

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» Me inspiré en este capítulo con la canción Impossible, la versión de James Arthur por si quieren oírla mientras leen «

IX.
"¿Vivir?"

La vida no es simple, la vida no es algo que se pueda recuperar una vez que se va fácilmente como un abrir y cerrar de ojos

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La vida no es simple, la vida no es algo que se pueda recuperar una vez que se va fácilmente como un abrir y cerrar de ojos. La vida no debe ser desperdiciada y mucho menos, asesinar las posibilidades de poder entrar a un mundo mejor del que te encuentras para superarte. Ella me lo enseñó. Nunca vi más posibilidades de las que tenía en frente de no ser por ella, quizás debí ser un poco más como Obito y seguir el camino correcto. Quizás, pude haber cambiado todo si hubiese sabido y ahora recién lo meditaba. Lo siento mucho... Naori.

Te he fallado.

─¡Kakashi-sensei! ¡Atrás de usted!

Mi cuerpo no pretende moverse, mis músculos están algo tensos, adoloridos mientras mi ropaje está hecho un asco y observo al chico con mis ojos bastante abiertos sin querer reaccionar ¿Debería luchar? ¿Quedarme? ¿Seguir?

En otros momentos podría insistir, permanecer como lo hacía usualmente y como lo hice aquella vez. Pero algo, algo me lo impedía. Yo quería esto, en el fondo de mis entrañas lo quería. No como antes. Lo necesitaba.

Sé que lo prometí, se lo prometí a ella.

Y Ella me lo prometió. Pero las promesas se rompen y todo se quiebra para quien no sabe salir, tarde o temprano lo hacen. Esto estaba mal, no era digno de un shinobi.

Entonces, el estruendo llegó a mis oídos junto al griterío. Naori... yo realmente lo siento.

Como no tienes idea.

La cena había transcurrido normal durante toda la jornada, Minato había devorado como un completo animal aquellos platillos hecho por su mujer mientras que la morena apenas y tocó su comida durante ese lapso de tiempo, aunque al recibir la mirada angustiada de Kushina se obligó a comer el resto. Los ninneko no tenían noticias, aquello la mantenía bastante al margen y algo nerviosa. Más si el rubio frente a ella se tocaba la barriga con una mirada bastante alegre y relajada.

No lo soportaba ¿Por qué el podía estar tranquilo y ella no?

─Minato ¿Te había dicho alguna vez que eres un cerdo? ─soltó ella con un resoplido, limpiando su boca mientras se ponía de pie.

El rubio frunció el seño, algo confundido. Al menos solo hasta que notó la suciedad y la humedad de su ropa.

─¿Y yo te había dicho alguna vez que estás loca?  ─respondió─ Además, esto se llama trabajo duro y una novia hermosa que me ama.

Kushina soltó unas risas al oírle, notando como su amiga tomaba el plato usado por ella y los de Minato para ayudar a la pelirroja en el lavabo de la cocina. Al parecer su idea no había sido tan buena después de todo, los felinos no tenían noticias y simplemente subió el volumen de los audífonos.

Lágrimas de un ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora